¿Qué es Creer? – Bosquejo

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En este mundo hay una multitud de gente que creen acerca de Cristo y el Evangelio, pero que nunca ha creído verdaderamente en el Señor Jesucristo como su Salvador personal.  Case todos cuando les preguntan acerca de su destino eterno responden, «Si, yo creo en Dios».  Pero solo están bromeando. Muy pocas personas saben verdaderamente lo que es creer en el Señor Jesucristo para la salvación de su alma.

Supongamos que voy con un amigo mío por una de las calles principales de una ciudad.  Mi amigo mi dice, «¿Ves esa casa grande de la esquina donde está esa placa?»  «Si», es mi respuesta.  Bueno, es allí donde vive el más grande especialista en enfermedades del corazón.  Sus clientes vienen de todas las partes del país a consultarle porque su fama se ha extendido».  Un día tengo el privilegio de verle exactamente cuando sale de su casa y sube a su automóvil.  Mi corazón está completamente sano.  Creo en todo lo que mi amigo me ha dicho acerca del doctor, pero la información no me interesa porque no necesito de sus servicios.

Pero supongamos que después de unas semanas de esta conversación sufro un ataque cardíaco.  Inmediatamente pienso en el médico, mando por él, pongo mi caso en sus manos sin reservas, y me sana.  Ahora conozco al doctor, conozco su destreza, y cuando hablo de él lo hago con mucho ardor, pues le estoy agradecido por lo que ha hecho por mí.  En fin, he puesto mi confianza en el médico.  Antes sólo había oído acerca de él.

Ahora supongamos que usted y yo caminamos a lo largo de una playa un hermoso día de verano.  Vemos un bote salvavidas en la arena.  Admiramos su fuerza, su elegancia, su adaptabilidad para salvar vidas.  En fin, creemos todo acerca del bote.  Pero no necesitamos tal cosa.  No hay, por el momento, peligro de que nos ahoguemos.

Pero a los seis meses nos encontramos en la cubierta de un barco próximo a hundirse, y nuestra única esperanza de rescate descansa en el bote salvavidas.  ¡Cuan diferente nos sentimos al ver a los hombres remar hacia nosotros!  ¡Que alivio experimentamos al entrar en el bote y salvarnos!  Ahora creemos no sólo acerca de él, sino que ponemos nuestra confianza en él.

En 1859, el celebre equilibrista francés Blondin atravesó las Cataratas del Niágara andando sobre un cable, y ofreció llevar a cualquiera sobre sus hombros.  Muchos fueron los que dijeron que lo podían hacer, pero sólo uno se ofreció para hacerlo.  Este aceptó su oferta, subió a sus hombros, dependió de él, y fue llevado sobre el cable al otro lado del río.

Todos  creían que el equilibrista podía hacer lo que hizo porque lo acababan de ver; pero ninguno, fuera del que atravesó con él el abismo, creía en él suficientemente como para poner su vida por completo en las manos de otro.  ¿Cree usted en Jesucristo lo suficiente como para poner totalmente su vida en Sus manos porque se da cuenta de que El es absolutamente capaz de llevarlo por el sendero seguro?  Por favor, no confíe tanto en sus pensamientos, ¡Ponga su confianza en Jesús, en el Señor Jesucristo!

Sea como Abraham. «Tampoco dudó, por incredulidad de la promesa de Dios, sino que se fortaleció en fe, dando gloria a Dios, plenamente convencido de que era también poderoso para hacer todo lo que había prometido» (Romanos 4:20-21).

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