La Fidelidad a Dios – Bosquejo para Sermones

Complemento: Dios demanda de nosotros fidelidad por los talentos o dones que nos ha dado, como a Él le place.

Introducción: Dios en sus inmenso amor y bondad nos ha hablado de muchas maneras, en esta vez nos ha hablado por el Hijo:

(Hebreos 1: 1,2) “Dios,  habiendo hablado muchas veces y de muchas maneras en otro tiempo a los padres por los profetas, 2 en estos postreros días nos ha hablado por el Hijo, a quien constituyó heredero de todo,  y por quien asimismo hizo el universo”.

Jesús mismo nos dice cual debe de ser la actitud de un siervo fiel, y cual la de un siervo infiel.

¿De qué se trata todo este discurso? ¿Se trata de dinero? O ¿Se trata de dones?

I. Veamos ¿qué les dio este “hombre” a sus siervos? ¿Por qué lo compara al reino de los cielos?

14 Porque el reino de los cielos es como un hombre que yéndose lejos,  llamó a sus siervos y les entregó sus bienes. 15  A uno dio cinco talentos,  y a otro dos,  y a otro uno,  a cada uno conforme a su capacidad;  y luego se fue lejos. Mat 25:14,15

Les entregó cinco, dos y un talento. Pero ¿que era un talento en ese tiempo? Talento, era una unidad monetaria griega usada comúnmente en la antigüedad. Sabemos por el contexto de que era dinero por el v. 27

Debías haber dado mi dinero a los banqueros,  y al venir yo,  hubiera recibido lo que es mío con los intereses.

Palabras textuales de Jesús.

Lo cola parabola de los talentos, fidelidad a Diosmpara al reino de los cielos porque desde un principio el propósito del Señor era enseñarnos que no se trataba de ningún dinero, sino de algo muy especial que nos ha entregado a cada uno de nosotros para poder tener acceso al reino de los cielos.

Pero para el significado en esta parábola de los talentos, hoy encontramos otra explicación:

Talento proviene del latín talentum, y este del idioma griego τάλαντον, plato de la balanza, peso. En la etimología de esta acepción del término, destaca el hecho de que existiera una unidad monetaria del mundo antiguo, el talento, que adquirió fama por su mención en una de las parábolas de Jesús: la parábola de los talentos  (Mateo 25:14–30;Lucas 19:11–27). De la interpretación de esta parábola deriva inteligencia, (capacidad de entender)

Pero antes de seguir adelante, ¿qué significa realmente lo que recibieron?, ¿fue dinero? o ¿fue un don especial que tenían que explotar? Y ¿Por qué lo compara con el reino de los cielos?

II. ¿Pero qué fue lo que pasó con estos siervos? ¿Qué hicieron?

16 Y el que había recibido cinco talentos fue y negoció con ellos,  y ganó otros cinco talentos. 17  Asimismo el que había recibido dos,  ganó también otros dos. 18  Pero el que había recibido uno fue y cavó en la tierra,  y escondió el dinero de su señor. Mateo 25:16-18

Encontramos dos actitudes:

1. Dos trabajaron los talentos y los pusieron a producir, tuvieron valor, no fueron haraganes, se propusieron rendirle a su Señor ganancia. Y;

2. El otro tuvo temor y fue y enterró su talento, porque tuvo miedo. Los primeros dos fueron fieles a su “señor” pero el otro el miedo lo paralizó e hizo lo menos indicado.

Entre este tiempo, el de la entrega de los talentos, hasta el regreso del “hombre” a sus siervos, vemos que hay un tiempo indefinido, no lo narra la Biblia, si el “hombre” de los siervos regresó luego, o se tardó un buen tiempo. Pero lo que si narra es que fue lo que pasó durante ese tiempo. Dos fueron fieles y trabajaron con diligencia los talentos que su “señor” les había dado.

Hoy que la Palabra está toda revelada, sabemos que esos talentos que el “hombre” de viña menciona como dinero realmente no era dinero, esta figura la usa el Señor Jesús como una figura que demuestra que lo que les dio tenía un gran valor.

III. ¿Qué pasa cuando regresa el “hombre” que les dio los talentos a sus siervos?

Ojo menciona “mucho tiempo”, será pura coincidencia acerca del tiempo. Hoy estamos esperando desde hace ya mucho tiempo por el regreso de ese “hombre” para que le rindamos cuenta de los talentos que nos ha dado.

19 Después de mucho tiempo vino el señor de aquellos siervos,  y arregló cuentas con ellos. 20  Y llegando el que había recibido cinco talentos,  trajo otros cinco talentos,  diciendo: Señor,  cinco talentos me entregaste;  aquí tienes,  he ganado otros cinco talentos sobre ellos. 21  Y su señor le dijo: Bien,  buen siervo y fiel;  sobre poco has sido fiel,  sobre mucho te pondré;  entra en el gozo de tu señor. 22  Llegando también el que había recibido dos talentos,  dijo: Señor,  dos talentos me entregaste;  aquí tienes,  he ganado otros dos talentos sobre ellos. 23  Su señor le dijo: Bien,  buen siervo y fiel;  sobre poco has sido fiel,  sobre mucho te pondré;  entra en el gozo de tu señor. 24  Pero llegando también el que había recibido un talento,  dijo: Señor,  te conocía que eres hombre duro,  que siegas donde no sembraste y recoges donde no esparciste; 25  por lo cual tuve miedo,  y fui y escondí tu talento en la tierra;  aquí tienes lo que es tuyo. Mat 25-19-25

Como hemos dicho anteriormente, dos fueron fieles y no tuvieron miedo y trabajaron los talentos hasta duplicarlos. Pero el tercero es un caso aparte, da tristeza, porque presenta varios aspectos deprimentes:

1. Le dice que lo conocía, que era “hombre” que siegas donde no sembraba, y que recoge donde no esparcía.

2. Tuvo miedo aun conociendo a su Señor,

3 Escondió en tierra el talento, no se quiso arriesgar.

¿Hay algún parecido en nuestras vidas? Si muchos somos así, hemos recibido talentos y no los ponemos a trabajar, pero ¿por qué?

Porque no hemos creído de verdad lo que el Señor nos dice en su Palabra, muchos de nosotros ni siquiera hemos nacido de nuevo. Vivimos un cristianismo de pantalla, simplemente somos religiosos al igual  que Nicodemo; pero éste fue inteligente y buscó al Señor, aunque fuera de noche, quería estar seguro de cómo ser salvo.

Debemos de tomar el valor de preguntarle a nuestro Señor Jesús, si de verdad hemos nacido de nuevo, necesitamos estar seguros que el regalo que el Señor nos ha dado, ya sea talentos o dones, tenemos que esforzarnos para ponerlos a producir, porque el Señor, así como es todo amor y misericordia (Salmo 118:1) también es un Dios de ira y de condenación. Como le saldremos al Señor cuando el venga o nos llame a su presencia. Cuando El dice: “entra en el gozo de tu Señor”. Y ¿que gozo será ese? Pasar toda la eternidad con Él.

O ¿queremos ser como el siervo infiel?

Respondiendo su señor,  le dijo: Siervo malo y negligente,  sabías que siego donde no sembré,  y que recojo donde no esparcí. 27  Por tanto,  debías haber dado mi dinero a los banqueros,  y al venir yo,  hubiera recibido lo que es mío con los intereses. 28  Quitadle,  pues,  el talento,  y dadlo al que tiene diez talentos. 29  Porque al que tiene,  le será dado,  y tendrá más;  y al que no tiene,  aun lo que tiene le será quitado. 30  Y al siervo inútil echadle en las tinieblas de afuera;  allí será el lloro y el crujir de dientes. Mat 25:26 -30.

Donde todo les será quitado para dárselo a los que si fueron fieles.

Conclusión:

Usted decide, quiere ser un siervo fiel y bendecido en la presencia del Señor, o ser un siervo malo y negligente y echado en las tinieblas de afuera.

Si usted ha leído o escuchado esta meditación, y todavía no tiene la certeza de que ha nacido de nuevo, lo invito a que en esta oportunidad tome la decisión de aceptar a Cristo como su Señor y Salvador, para que pueda hacerse poseedor de los talentos que el Señor nos entrega a los que lo hemos recibido como nuestro Salvador.

Solo tiene que repetir esta oración:

Señor Jesús, yo te recibo hoy como mi único Salvador personal; creo que eres Dios, que moriste en la cruz por mis pecados y que resucitaste al tercer día. Me arrepiento, soy pecador. Perdóname Señor. Gracias doy al Padre por enviar al Hijo a morir en mi lugar. Gracias Jesús, por salvar mi alma hoy. En Cristo Jesús mi Salvador. Amén

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