¿Cuáles son las Bendiciones Bíblicas? – Estudio

La necesidad de la gente

Una reciente encuesta publicada por U.S. News & World Report enfoca la felicidad relativa de los estadouniden­ses en varios aspectos de sus vidas. En una escala de 1 a 10, con 1 como lo más bajo y 10 lo más alto, los estadounidenses dieron a su felicidad con su situación financiera un puntaje de 5.98. Cualquier puntaje por debajo de 7 era considerado como demostrativo de una «infelicidad relativa».

Cada día se oye como las personas están más endeudadas que nunca antes —casi seguro sobregiradas— y raramente capaces de hacer los pagos mí­nimos. Están experimentando lo que la Biblia dice enfáticamente acerca de las deudas:

El rico se enseñorea de los pobres, y el que toma prestado es siervo del que presta (Proverbios 22.7).

Más aún, mucho del creciente estrés en nuestra cultura se debe a asuntos financieros. Tratamos de vivir un estilo de vida sin rendirnos a Dios sólo para encontrar que estamos intentando establecernos mien­tras nos sacrificamos. Una reciente historia en la revis­ta Marriage Partnership , resumía el problema en esta manera:

Cuando los investigadores preguntaron a las pare­jas casadas qué es lo que los hace discutir, argumen­taban que el dinero siempre está cerca del tope de la lista. Si usted es como muchas de estas parejas, los problemas de dinero afectan su matrimonio tan­to como los desacuerdos respecto a cualquier otro asunto. No es extraño que las esposas sientan que las presiones financieras las están empujando más allá de los límites de resistencia.

La exhortación de Hageo

Pero tras esos asuntos puede haber algunos proble­mas mayores, uno de los cuales el profeta Hageo nos exhorta a atender:

Pues así ha dicho Jehová de los ejércitos: Meditad bien sobre vuestros caminos. Sembráis mucho, y recogéis poco; coméis, y no os saciáis; bebéis, y no quedáis satisfechos; os vestís, y no os calentáis; y el que trabaja a jornal recibe su jornal en saco roto. Así ha dicho Jehová de los ejércitos: Meditad sobre vuestros caminos. Subid al monte, y traed madera, y reedificad la casa ; y pondré en ella mi voluntad, y seré glorificado, ha dicho Jehová. Buscáis mucho, y halláis poco; y en­cerráis en casa, y yo lo disiparé en un soplo.

¿Por qué? dice Jehová de los ejércitos. Por cuanto mi casa está desierta, y cada uno de vosotros corre a su propia casa. Por eso se detuvo de los cielos sobre vosotros la lluvia, y la tierra detuvo sus frutos. Y llamé la sequía sobre esta tierra, y sobre los montes, sobre el trigo, sobre el vino, sobre el aceite, sobre todo lo que la tierra produce, sobre los hombres y sobre las bestias, y sobre todo trabajo de manos. Y oyó Zorobabel hijo de Salatiel, y Josué hijo de Josadac, sumo sacerdote, y todo el resto del pueblo, la voz de Jehová su Dios, y las palabras del profeta Hageo, como le había enviado Jehová su Dios; y temió el pueblo delante de Jehová (1.5-12).

Un contraste claro

Esto está en claro contraste con las promesas de Malaquías 3:

Traed todos los diezmos al alfolí y haya alimento en mi casa; y probadme ahora en esto, dice Jehová de los ejércitos, si no os abriré las ventanas de los cielos, y derramaré sobre vosotros bendiciones has­ta que sobreabunde. Reprenderé también por voso­tros al devorador, y no os destruirá el fruto de la tierra, ni vuestra vid en el campo será estéril, dice Jehová de los ejércitos. Y todas las naciones os dirán bienaventurados; porque seréis tierra deseable, dice Jehová de los ejércitos (Malaquías 3.10-12).

La necesidad de la iglesia

citas biblicas, biblia, bendicionesSomos testigos del más grande mover de la evangelización en la historia de la humanidad, la obra de sanidad más espectacular. El bendito  Espíritu Santo está actuando como nunca antes. Tenemos más puertas abiertas, más oportunidades, más maneras de difun­dir la Palabra, y más personas que nunca dispuestas a comprometer sus vidas para proclamar el evange­lio. La posibilidad de impactar a todo el mundo para el Maestro es mayor que nunca antes.

Un obstáculo

Pero hay un obstáculo, uno que es más grande que la persecución oficial, más importante que la oposición satánica. Es la falta de rendirse en cuanto a dar de algunos del pueblo de Dios. El Maestro pide a cada uno de sus hijos que devuelvan al menos el 10 por ciento de sus ingresos para la obra del evangelio. Sin embar­go, las estadísticas revelan que mucho, muchísimo pueblo de Dios está perdiéndose la bendición bíblica que viene por el dar.

  • Un directivo de los Bautistas del Sur informa: «He encontrado que en una mayoría de iglesias, aproximadamente el 12% da el 80% del dinero, y el 50% de los miembros no da nada».
  • Un reciente estudio del Sector Independiente so­bre donaciones y voluntariado en los Estados Unidos informó que el total de contribuciones para obras de caridad declinó un 10%.
  • Según un estudio, las familias con ingresos infe­riores a los diez mil dólares anuales dan un promedio de 2.8%, mientras que familias con ingresos entre50 mil y 100,000 dólares al año, dan sólo un 1.5%. Aproximadamente la mitad del total de contribuciones caritativas, en los Estados Unidos, proviene de familias con ingresos por debajo de los 30 mil dólares al año. 

Piense en esto

¡Estamos viviendo en el tiempo con mayor cosecha potencial en toda la historia del mundo, y 50% o más del pueblo de Dios no está dando nada! ¡Estamos viviendo en un tiempo de apertura espiritual sin paralelo y engaño satánico sin conciencia, y el pueblo de Dios no está dando ni siquiera el 3% de sus ingresos para llevar la luz. Si algo afirma O.S. Hawkins es:

El principal obstáculo para la extensión del Reino de Dios es la codicia. Es la peor barrera que impide un avivamiento de lo alto. Pareciera que cuando la codicia se rompe, el espíritu humano se remonta a regiones de generosidad. Creo no equivocarme al decir que no puede haber un avivamiento continuo sin un dar «alegre». Ni que dondequiera que haya un dar «alegre» pronto habrá un avivamiento.

Creo que la gran mayoría del pueblo de Dios quiere diezmar. Saben que es lo correcto. No necesitan ser convencidos de esta verdad tanto como ser animados a entender que realmente pueden hacerlo. Que el 90% con la bendición de Dios hará mucho más que el 100% sin ella.

Pero mucha gente hoy está sumida en deudas, abru­mada de responsabilidades, paralizada por temores y como resultado de todo eso, sinceramente no sabe cómo romper el ciclo y experimentar la bendición que viene del dar bíblico.

Mucho más de lo que pueda imaginarse

Las bendiciones de Dios son mucho más que las riquezas materiales. Los que se concentran en las riquezas materiales y excluyen el resto de las lo que pueda bendiciones de Dios lo limitan a Él, y no se dan cuenta de la verdadera cantidad de maneras en que nos bendice momento a momento.

Dicho eso, tengo que estar de acuerdo con algo que en cierta ocasión oí decir a Zig Ziglar a un grupo de personas: «¡He sido pobre, y he sido rico. Y permítanme decirles, es mejor ser rico!» Después que la audiencia dejó de reír, él señaló un punto crucial:

El dinero podrá comprar una cama pero no el sueño;

Libros pero no cerebros;

Comida pero no apetito;

Artículos de belleza pero no belleza;

Una casa pero no un hogar;

Medicina pero no salud;

Lujos pero no cultura;

Diversión pero no felicidad;

Religión pero no salvación.

Los ricos están equivocados, porque las Escrituras dicen que:

«Gran ganancia es la piedad acompañada de contentamiento» (1 Timoteo 6.6).

Sin contentamiento, nunca tendrás suficiente.

¡Con contentamiento puedes sentir gozo hasta en las áreas más desoladas de la tierra! Los ricos no alcanzarán la felicidad. La obedien­cia produce felicidad, porque Salomón mismo lo afir­ma claramente:

No hay cosa mejor para el hombre sino que coma y beba, y que su alma se alegre en su trabajo. También he visto que esto es de la mano de Dios. Porque ¿quién comerá, y quién se cuidará mejor que yo? Porque al hombre que le agrada, Dios le da sabiduría, ciencia y gozo; más al pecador da el trabajo de recoger y amontonar, para darlo al que agrada a Dios. Tam­bién esto es vanidad y aflicción de espíritu (Eclesiastés 2.24-26).

Pero habiendo dicho esto, debo señalar que es tam­bién un error suponer que Dios no se preocupa de nuestro bienestar financiero, o que sus promesas de bendiciones incluyen lo espiritual pero no lo financie­ro. R. T. Kendall tiene una idea profunda sobre esto.

Estas promesas , apuntan a un regreso material como una forma de bendición del Señor. Obviamente, algunos prosperarán más que otros, debido a regalos, lugar de responsabili­dad u oportunidad. Pero en el fondo de todo esto, es una promesa para todos los creyentes de que serán honrados aun a nivel material en una forma que, sea más abundante o no que otros, es más que lo que se pudo haber tenido si no hubieran sido fieles en su mayordomía cristiana. Hay innumerables testimo­nios, los cuales se podrían mencionar, que hablan de las dificultades financieras, deudas y angustias hasta que se empezó a diezmar. No que tales perso­nas llegaron a ser millonarios o empezaron a con­ducir un Rolls-Royce, sino que vivieron sin el terror de la constante adversidad financiera.

Verdadera bendición

Cuando experimentamos la maravillosa bendición descrita en la Escritura como «falta de nada» cada día es una aventura. Nos damos cuenta cómo nuestro amante Padre celestial provee para nuestras necesidades y más, en formas que nunca habríamos pensado. Pero no solo experimentamos la aventura de tener nuestras propias necesidades satisfechas, sino que logramos sentir la bendición de responder a la dirección del Espíritu Santo para atender a las necesidades de otros. En esta manera experimentamos la verdad tan admi­rablemente resumida por Matthew Henry:

Las rique­zas que compartimos son las únicas que siempre retendremos.

 El camino bíblico a la bendición: Mucho más diferente de lo que se podría pensar

Como verá, el camino bíblico a la bendición no es comercial. No hay un número telefónico gratis al cual llamar, y nuestro Dios no es un Aladino. La Biblia no es un libro de conjuros mágicos lleno de fórmulas que nos permitan manipular a Dios para que haga lo que queremos. La Biblia no es un catálogo que usamos para escoger lo que queremos y luego esperar que se pro­duzca la entrega.

No, primero y ante todo, la Palabra de Dios es una historia de amor. Habla del maravilloso, inmutable y fiel amor de nuestro Padre celestial. Y en ella aprendemos cómo podemos vivir diariamente en una relación de amor con El. Aprendemos cómo experimentarlo por lo que es, nuestro Padre, y cómo podemos vivir como hijos obedientes y felices.

Como puede ver, el camino bíblico a la bendición no es cuestión de fórmulas ni de doctrina pura. No, es sobre cómo llenarse de amor para con Dios el Padre. Es cómo dejar que el Padre satisfaga nuestras necesi­dades, incluyendo las financieras. Es acerca de una calidad de vida más completa y satisfactoria de lo que jamás creyó posible. Este es el camino bíblico a la bendición.

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