Su Congregación lo que Necesita es un Arco de Esperanza

El presente estudio «Su Congregación lo que Necesita es un Arco de Esperanza, no una Cadena de Perlas» nos enseña un principio fundamental de la homilética. El predicador de hoy tiene que esforzarse en predicar lo que Dios tenían en mente cuando inspiro al escritor bíblico, y para lograrlo tiene que esforzarse en comprender el propósito histórico, el contexto, la idea principal del pasaje del cual va a predicar. 

De lo quiero hablar en esta oportunidad no tiene nada que ver en Jesús fuere un mal  predicador, todo lo contrario, Él es el ejemplo supremo de predicación, tanto así que, predicó para la gente de su tiempo en parábolas con un propósito especial, adelantándose a su tiempo, hacia el futuro, especialmente para nosotros. Pero no solo predicó en parábolas, dejó bien claro el propósito de su evangelio. 

Lo que estoy diciendo es que uno de los estilos utilizado en la predicación tradicional del Medio Oriente del primer siglo, no es especialmente eficaz en la actualidad. He visto a la gente tratar ese estilo, y no funciona.

El estilo al que me refiero es el «collar de perlas», en donde un maestro prescinde joyas de la sabiduría, uno tras otro, sin ningún orden en particular. Usted puede leer el libro de los Proverbios toda su vida y nunca averiguar cómo los proverbios ha llegado a existir en el orden que los encontramos. No necesariamente se relacionan entre sí; cada uno de ellos se considera valioso en su propio derecho.

collar de perlas, evangelio

Si la audiencia moderna puede funcionar con el formato de rutinas de comedia, ¿por qué creo que no funciona en la predicación? Porque en un comediante lo que la audiencia está buscando es nada más que un buen tiempo. Con ellos las risas pueden venir en un instante, ráfagas que no guarda relación ninguna relación sin ningún problema.

la audiencia del predicador de hoy necesita algo diferente. Yo no creo que sean perlas lo que ellos necesiten. En nuestra era de la información saturada, tienen todas las gemas de la sabiduría que necesitan mucho más de lo que puedan procesar. La Internet está plagada de ellos.

Enterrado bajo montañas de información, las personas hoy están desesperadas en como organizarla de alguna forma. Están buscando una manera de poner todas las perlas de sabiduría en una especie de orden coherente y con sentido. Ellos están buscando hacer sentido del mundo, de Dios y de sí mismos.

La diferencia entre las personas de hoy en día y aquellos de los años de Jesús es la diferencia entre un rompecabezas de 50 piezas y uno de 10.000 piezas. Entre más piezas tengamos, más difícil será ver donde algunas de ellas encajan.

En muchos sentidos, la vida en el siglo XXI es como la de un rompecabezas de 100.000 piezas. Una persona que puede poner su sabiduría en la fe, amor y esperanza en un coherente sector de 500 piezas nos ofrece una mejor oportunidad de resolver las cosas de una persona que solo vuelca otro montón de fichas en la mesa.

Hablando con aquellos son expertos en sermones, he descubierto que muchos oyentes, cuando describen la diferencia entre un buen sermón y uno débil, están describiendo un arco.

El sermón tiene que ir a alguna parte. Se necesita un comienzo, una historia que fluye desde el inicio y es envuelto en un final que tiene sentido con el resto del sermón. Un buen sermón hoy tiene que ser una historia por sí misma, donde todas las piezas encajan entre sí.

En realidad, Jesús predicaba de esa manera también –  en parábolas. Las parábolas tienen un arco.

Leyendo los Evangelios, pareciera que este estilo por parábolas no funciona tan bien en su tiempo. Pareciera que sus oyentes estaban confundidos por las parábolas. Tal vez estaban buscando perlas.

Me pregunto si, diciendo parábolas, Jesús estaba siglos por delante de su tiempo, predicando a una audiencia lejos en el futuro que tiene más perlas que no saben que hacer. Predicarle a personas atrapadas en una espiral o remolino vertiginoso, de asesoramiento, amonestaciones, hechos y opiniones, como cenicientas en una bañera de hidromasaje. Personas desesperadas para detectar el flujo ordenado para que sus vidas puedan comenzar a tener sentido.

 Predicadores no les den perlas,. Denles un arco. Denles un flujo. Denles el Evangelio en un paquete para que puedan encontrar el sentido a sus vidas. 

Por Nathan Aaseng

Traducido y adaptado por José Alberto Vega

WorkingPreacher.org

Nathan Aaseng sirve como pastor en el St. John’s Lutheran Church en Eau Claire, WISCONSIN. Ha publicado más de 170 libros, sacra y profana, para los lectores de 8 a adultos. Su último trabajo es Los Cinco Reinos, una fantasía épica basada en 1 Corintios 1:27.

¿Te gustaría anunciar tu empresa aquí? Leer más

¿Qué opinas? Únete a la Discusión