Comentario del libro del Profeta Joel

Comentario del libro del profeta Joel. (835-805).

Autor: Joel, nada se sabe de este profeta ni de las circunstancias que rodearon su vida. Parece que vivió en Judá y profetizó en Jerusalén. El nombre Joel significa literalmente “Jehová es Dios” siendo éste un hombre muy común en Israel, se dice que el profetas Joel es hijo de Petuel. Al igual que con Abdías, conoce muy poco acerca del profeta Joel.

Fecha: Probablemente alrededor del 835-805 a. C. No hay manera de fechar el libro con toda exactitud y los especialistas varían en sus opiniones al respecto. Hay referencias que también en Isaías y a Amos. La opinión que más predomina en los círculos conservadores es que Amos e Isaías se apoyaron en Joel, lo que haría de este uno de los primeros profetas menores.

Tema: El juicio y la gracia de Dios.

Palabras claves: El grande y temible día del Señor

JOEL: Viene del hebreo יואל (Yoel), que significa Yahvé es Dios o Dios es su señor.

langosta, joel, comentarioTrasfondo: Joel profetizó de una época de grandes conmociones para toda la tierra de Judá. Una enorme plaga de langostas había consumido completamente la vegetación de los campos, por lo que no había pasto para las ovejas y el ganado, ni tampoco había follaje en los árboles. En un breve lapso de tiempo, lo que antes había sido la tierra verde y floreciente si había convertido en desolación y destrucción.

En la descripción que hace Joel, la plaga de langostas era la mayor que se había visto hasta entonces. Todas las cosechas se habían perdido, incluso la semilla que se había sembrado para la próxima cosecha. Había hambre y sequía en todo el país. Todos morían gente y animales. Para Joel, esto no significaba más, que el juicio de Dios.

Joel compara, por inspiración divina, tan terrible plaga de langostas con el tiempo venidero de la tribulación.

Joel es también conocido como el profeta de Pentecostés, porque sus palabras acerca del Espíritu Santo fueran citadas tiempo después por el apóstol Pedro en el día de Pentecostés.

Contenido: el libro de Joel se divide en dos partes. La primera (1:1-2:7), trata del presente juicio de Dios, contiene un llamado al arrepentimiento y una promesa de restauración.

Moisés, en su sermón al pueblo de Israel (Dt 28:38-46) advirtió que si la nación era desobediente, “toda tu arboleda y el producto de tu tierra serán consumidos por las langostas”. El profeta Joel cree que ese día ha llegado, y describe gráficamente los horribles ejércitos de insectos en su lenguaje profético cargado de poesía. Podía decirse que estas horribles criaturas lo han consumido todo. Ya no hay vino para beber. Los sacerdotes no tienen nada que ofrecer en sacrificio a Dios. Los campesinos ya no tienen nada que cuidar, no puede haber cuadro más dramático, que la tragedia que había afectado a Israel.

La segunda sección (2:28-3:2) nos dice que esta plaga no es nada, aún con horrible que fue, comparada con el juicio divino que se próxima, para todas las naciones de la tierra, no solamente para Judá. Que cuando esta ocasión llegué a el sonido de las langostas será silenciado, (Jehová) rugirá desde Sion, y dará a su voz de Jerusalén, y temblar a los cielos y la tierra…” (3:16).

Grandes y aterradores portentos celestiales tendrán lugar, “el sol se convertirá en tinieblas, y la luna en sangre” (2:31). No debemos pasar por alto la lección más sobresaliente de la breve profecía Joel. Joel extiende su vistas cientos de años adelante, hasta el día en que Dios derramara su Espíritu Santo “sobre toda carne” (2:28). Esto constituirá el preludio de la devastación y el juicio del Día del Señor, este será un tiempo cuando todos los creyentes experimentarán la presencia del Espíritu de Dios formarán una comunidad profética sobre la tierra; donde profetizarán por igual los jóvenes y los viejos, los hombres y las mujeres. La salvación no será la única bendición que recibirá Judá. Será un tiempo cuando “todo aquel que invocar e el nombre de Jehová será salvo” (2:32).

Aplicación personal: Joel profetiza la inauguración de la edad de la Iglesia: éste será un tiempo donde todo el mundo podrá invocar el nombre del Señor en todo lugar, y ser salvos de sus pecados y poder entrar a formar parte del reino de Dios. Por medio del Espíritu Santo, la Iglesia será el cuerpo de Cristo sobre la tierra. El propósito redentor de Dios se extenderá de esta manera a todo el mundo, a través de los creyentes cuyas vidas sean llenas del Espíritu Santo.

Joel, en su profecía, está hablando de este tiempo en que vivimos. Porque hoy tenemos el privilegio no sólo de experimentar la salvación personal, sino el de aquellos que comuniquen las buenas nuevas a todo lo que quieran escuchar. Podemos comparar el trabajo de Joel, de una voz profética de Dios, revelando su mensaje, llamando al arrepentimiento, y extendiendo la esperanza de salvación al último y terrible Día del Señor.

Cristo revelado: lo que ve Joel a futuro, es cuando Dios traiga juicios sobre sus enemigos y los enemigos de Israel, cuando todas las naciones tengan que rendir cuentas de sus actos. Joel, en su profecía veía venir a un día en que fluiría  la abundancia del trono del Señor en Sion. Todo esto sería posible a través del Mesías. Es Jesús quien cerrará este período de la historia, derrotando a sus enemigos, recompensando a la Iglesia y estableciendo definitivamente su reino de justicia.

El Espíritu Santo o en acción: Es notable la alusión que deja prever al Espíritu Santo, con tanta anticipación lo terrible del día del Señor.

El pasaje más sobresaliente de Joel es 2:28-32. Joel ve en el futuro el derramamiento del Espíritu Santo “sobre toda carne”. Tanto jóvenes y viejos, hombres y mujeres, tendrán este experiencia. Todo esta revelación se dio 800 años antes de que sucediera, estaba como suspendida en el tiempo el momento de su consumación. Aunque el Espíritu había descendido sobre profetas y sacerdotes, nunca les había ocurrido tal cosa a un grupo tan numeroso de personas. Entonces, el día de Pentecostés, se cumplió cuando el Espíritu se derramó con tal poder y fuerza que atrajera la atención de toda la gente reunida en Jerusalén para las fiestas de la Pascua.

  1. Al igual que como Abdías, conocemos muy poco acerca del profeta Joel.
  2. Fue en el tiempo del ministerio de Joel que se dio esta terrible plaga.
  3. Joel compara por inspiración esta terrible plaga con el tiempo venidero de la tribulación
  4. Es conocido como el profeta de Pentecostés, porque sus palabras acerca del espíritu Santo fueron citadas tiempo después por el apóstol Pedro en el día de Pentecostés.

I. Israel y el juicio de Dios. Un examen del pasado (1:1-20)

 A.   La severidad del juicio de la langosta.

“Lo que quedó de la oruga lo comió el saltón, y lo que quedó del saltón comió el revoltón, y la langosta comió lo que del revoltón había quedado” (1:4).

Algunos comentaristas interpretan estas palabras como descriptiva de las 4 etapas del desarrollo de la oruga, mientras que otros piensan que se refieren a insectos diferentes. La langosta fue frecuentemente considerada como agente de juicio divino (véase Dt. 28:38-42; Ex 10:12-15; 1 R 8:37; Ap. 9:1-12).

 B.   Nombre bíblico para el juicio de la langosta.

“¡Ay del día! Porque cercano está el día de Jehová, y vendrá como destrucción por el Todopoderoso” (1:15).

Esta es la segunda mención de los profetas menores del término “el Día del Señor” lo podemos encontrar en muchos pasajes del Antiguo y Nuevo Testamento. (véase Is. 2:12; 13:6,9; Ez. 13:5; 30:3; Jl 2:1,11, 31; 3:14; Am. 5:18, 20; Abd. 1:15; Sof. 1:7, 14; Zac. 14:1; Mal. 4:5; Hch. 2:20; 1 Ts 5:2; 2 Ts 2:2; 2 P. 3:10). La frase se refiere casi siempre al periodo de los siete años de tribulación, pero el profeta Joel lo usa aquí (1:15) para referirse al juicio que Israel sufría en este momento.

II. Israel y el juicio de Dios: un anticipación del futuro (2:1-3:21).

A.   La identidad de la invasión.

¿De qué nación está hablando el profeta en los capítulos 2 y 3? Se puede estar refiriendo a varios en general, enfatizando en especial el último.

  1. La invasión asiria en 701 a.C., Dirigida por Senaquerib y que fue parada por el ángel de Jehová ante los muros de Jerusalén (2 R 19). Véase Joel 2:20.
  2. La invasión babilónica en el 586 a.C. Dirigida por Nabucodonosor (2 R. 24).
  3. La invasión de Rusia, en medio de la tribulación, que será dirigida por Gog (Ez. 38, 39).
  4. La invasión final, a lo último de la tribulación, dirigida por el anticristo en la batalla del Armagedón (Ap. 16:13-16; 19:11-21).

B.   El lugar de reunión de la invasión.

“Reuniré a toda la naciones, y la sabe descender al valle de Josafat, y allí entraré en juicio con ellas a causa de mi pueblo…” (3:2). (Véase también 3:9-14).

Nota: esta batalla, que será la mayor, la más arriesgada, sangrienta y cruel de todos los tiempos, se extenderá desde la ciudad de Meguido en el norte (Zac. 12:11; Ap. 16:16) hasta Edom en el sur (Is. 34:5, 6; 63:1), es una distancia de unas 200 millas (aproximadamente 320 kilómetros). Irá desde la costa del mediterráneo en el oeste hasta los montes de Moab en el este, es una distancia de unas 100 millas (aproximadamente 160 km). De forma que el area total del campo de batalla será de unas 20,000 millas cuadradas (aproximadamente 51,800 km2). El centro de la acción será aparentemente el valle de Josafat, localizado justo al este de Jerusalén, entre la Ciudad Santa Y el monte de los Olivos. Es conocido también como el valle del Cedrón.

C.   El doble propósito para este encuentro.

  1. El propósito del Anticristo: destruir a Israel y a su Dios (Sal. 2).
  2. El propósito de Dios: destruir al Anticristo y a sus aliados.

D.   El resultado de esta invasión.

“El sol y la luna se oscurecerán, y las estrellas retraerán su resplandor. Y Jehová rugirá desde Sion, y dará su voz desde Jerusalén, y temblarán los cielos y la tierra; pero Jehová será la esperanza de su pueblo, y la fortaleza de los hijos de Israel” (Jl 3:15; 16). (Véase también Ap. 19:11-21).

E.    Las bendiciones que vendrán después que la invasión haya sido aplastada.

El Espíritu de Dios será derramado sobre toda carne (2:28-32). Debemos notar que el evento citado en este pasaje marcará el cumplimiento del deseo de Moisés (Nm. 11:29).

Pero citaría más tarde este pasaje de Joel en el día de Pentecostés (Hch. 2:16-21). No lo hizo indicando que Pentecostés fue era el cumplimiento de la profecía de Joel (pues no lo era), sino más bien un ejemplo lo de la misma.

  1. Serán provistas todas las necesidades humanas (2:21-27).
  2. La naturaleza misma será transformada (3:18).
  3. Cristo Jesús reinará en Sion (3:21). El monte Sion es una altura que se levanta sobre la esquina sudoeste del antiguo muralla de la ciudad. Durante un tiempo estuvo dentro de las murallas de la antigua Jerusalén. Se le tienen como uno de los lugares más sagrados de Israel, pues allí estaba ubicada la tumba tradicional del rey David. Se cree que sobre él estuvo una vez el aposento un alto donde Jesús y sus discípulos celebraron la última Pascua juntos y donde se estableció la cena del Señor (Mr. 14:12-16; Lc. 22:7-13). Se considera también que este es el aposento alto donde los doce discípulos estaban reunidos cuando el espíritu Santo descendió sobre ellos en el día de Pentecostés (Hch. 1:12-14; 2:1-4).

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