La memoria es un don de Dios que puede ser una gran bendición para el creyente, pero también puede traer recuerdos tristes. Algunos años atrás vivía en cierto lugar un pastor con su esposa e hijito de tres años. Un día pocas semanas antes de Navidad el hijo se enfermó y se fue para el hogar de su Padre celestial.
Por la tristeza que sintió, el pastor se ausentó del púlpito por algunas semanas. Cuando anunció que iba predicar el próximo domingo la iglesia estaba llena para escuchar su mensaje. Cuando se levantó para predicar, llevaba algunos juguetes de su hijo amado. Explicó que su hijito amaba aquellos juguetes y el los guardó para tener un recuerdo de su hijo amado. Hay ciertas cosas que Jesús amó cuando estaba aquí por unos 33 años, y debemos amarlos también, si de corazón queremos a nuestro Salvador.
1. Jesús Amó a su Padre Celestial y debemos amarlo también.
«Y uno de ellos, intérprete de la ley, preguntó por tentarle, diciendo: Maestro, ¿Cual es el gran mandamiento en la ley? Jesús le dijo: Amarás al Señor tu Dios con todo tu corazón, y con toda tu alma, y con toda tu mente. Este es el primero y grande mandamiento» Mateo 22:36-38.
Todo lo que tenemos es por el amor del Padre que ha dado a todos bendiciones innumerables, terrenales y espirituales. Por esa razón debemos amar a nuestro Padre celestial como Jesús lo amó.
2. Jesús Amó la Biblia, la Palabra de Dios.
Para él la Biblia era una carta del cielo. Jesús vino a visitar este mundo por unos 33 años y él amaba leer las palabras de Su Padre que estaba en el cielo.
Cuando alguno está lejos de su casa, aguarda con ansiedad noticias de la familia. Como Jesús amó la Biblia, también nosotros debemos amarla con el mismo entusiasmo, dando valor a sus páginas divinas.
3. Jesús Amó la Oración.
Para El, la oración era una parte normal y necesaria de su vida. Jesús sabía orar, y muchas veces pasó la noche entera orando a su Padre celestial (Lucas 23:34). Jesús oró frecuentemente en público. En su bautismo, al hacer milagros, cuando curó los leprosos, al abrir los ojos de los ciegos, cuando alimentó las multitudes y cuando resucitó a Lázaro de la muerte. Finalmente en la cruz del Calvario, Jesús oró por sus enemigos.
La oración es un arma que todo creyente tiene a su disposición, pero muchas veces es poco usado. Dios tiene gran placer en escuchar la voz de sus hijos, y responder a sus peticiones.
4. Jesús Amó Las Almas Perdidas
Esta es la razón por que dejó su hogar celestial, y vino a este mundo. Jesús sabía que el mundo era cruel y lleno de maldad, pero por su amor a ello, vino a buscar las almas perdidas.
«Porque el Hijo del hombre vino a buscar y a salvar lo que se había perdido» Lucas 19:10.
«Mas Dios muestra su amor para con nosotros, en que siendo aún pecadores, Cristo murió por nosotros» Romanos 5:8
5. Jesús Amó La Iglesia
«Maridos, amad a vuestras mujeres, así como Cristo amó a la iglesia, y se entregó a sí mismo por ella» Efesios 5:25
¿Cómo puede usted amar a la iglesia de Jesucristo? Usted pueda mostrar su amor por la iglesia en las siguientes maneras:
1. Frecuentándola –
«No dejando de reunirnos, como algunos tienen por costumbre, sino exhortándonos; y tanto más, cuanto veis que aquel día se acerca» Hebreos 10:25
2. Ayudándola – Hay siempre lugar para las personas que quieren ayudar a su iglesia. Hay clases para enseñar, personas para ser visitadas, limpieza para hacer, y música para dirigir o tocar.
3. Sustentándola – Desde el principio de la Biblia, el plan para sustentar la obra de Dios ha sido el mismo. El plan bíblico es para que los creyentes, los miembros de la familia de Dios, sustenten la obra del Señor con sus diezmos y ofrendas.
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