Las Buenas Sendas Antiguas – Bosquejo

sendas, camino, bosque, sendero, sendas antiguas, bosquejoEste es el Bosquejo para Sermones «Las Buenas Sendas Antiguas».

Cita Bíblica: Jeremías 6:16

I. La senda que aquí se recomienda

1. La senda en sí:

a) La senda de la piedad escritural (Sal. 119:1, 65).
b) La senda de la fe que obra por amor (Gá. 5:6).

2. Este camino de fe y amor recibe el nombre de senda:

a) Lleva al gozo de la vida eterna (Mt. 7:14; Sal. 34:34)
b) Es una senda segura a la vida eterna (Ro. 2:7; Sal. 84:11).
c) Es la única senda que lleva a la vida eterna (He. 12, 14; Mt. 7:21).

3. Esta senda recibe el nombre de la senda antigua:

a) Es por lo menos tan antigua como la Reforma (consultar la historia de la Iglesia).
b) Es tan antigua como el cristianismo (Jn. 14:1; 15:12).
c) Es tan antigua como la dispensación mosaica (He. 11:24–27).
d) Es tan antigua como las edades patriarcales (He. 11:7; Gn. 5:24; He. 11:5; 11:4).
e) Es tan antigua como los días de Adán (Ec. 7:29).

4. Esta senda recibe el nombre de «el buen camino»:

a) Aquellos que andan en ella son buenos (Stg. 3:17; Ef. 5:8, 9).
b) Aquellos que andan en él hacen el bien:
—A sus familias (Dt. 5:29).
—A su país (Pr. 14:34).
—A todo el mundo en general (Mt. 5:13, 14).
c) La senda en sí misma es buena:
—En sus orígenes (Sal. 143:10).
—En su tendencia (Pr. 19:23).

II. Los mandamientos de Dios al respecto

1. Permaneced en estas sendas y ved:

a) Algunos hechos evidentemente son asumidos: hay sólo un buen camino; pero hay muchos malos caminos: los caminos de los pecados públicos y secretos, del ateísmo, de la confianza en sí mismo, de las meras formalidades religiosas, de la apostasía. Por naturaleza, la humanidad va andando en algún camino malo, e ignoran las buenas sendas antiguas. Usando los medios adecuados, los hombres son capaces de descubrir el buen camino y andar en él.

b) Es evidente que Dios ordena algunos deberes y obligaciones: pararse y considerar; ver y examinar en qué senda estáis andando.

2. Preguntar por las sendas antiguas:

a) Escudriñando las Escrituras (Jn. 5:39).
b) Pidiendo la dirección de Dios (Stg. 1:5; Pr. 2:3–5).
c) Asociándose con los piadosos (Pr. 13:20).

3. «Y andad por él»:

a) Introducíos en él (Job 22:21; 36:18; Mt. 3:2; Jn. 14:6; He. 7:25).
b) Manteneos en él (1 P. 5:8, 9; Lc. 21:36).
c) Avanzad en él (2 Co. 7:1; 2 P. 1:5–11).

III. La promesa por medio de la cual nos anima a obedecerle

1. La bendición prometida:

a) Un reposo lleno de gracia en este mundo (Is. 12:5; Mt. 11:28; Sal. 34:4; Jn. 14:4; Jn. 15:2; 1 Jn. 1:9).
b) Un reposo glorioso en los Cielos (He. 4:9; Job 3:17; Ap. 21:4).

2. La certeza de obtenerlo:

a) Es cierto, pues viene de la total suficiencia de Dios (Gn. 14:22).
b) Es cierto, pues viene de la bondad de Dios (Is. 45:19)
c) Es cierto, pues viene de la verdad de Dios (1 Ts. 5:24).

Si usted ha sentido o cree que este sermón le ha tocado su corazón y quiere recibir a Jesucristo como su Salvador personal, solo tiene que hacer la siguiente oración:

Señor Jesús yo te recibo hoy como mi único y suficiente Salvador personal, creo que eres Dios que moriste en la cruz por mis pecados y que resucitaste al tercer día  Me arrepiento, soy pecador. Perdóname Señor. Gracias doy al Padre por enviar al Hijo a morir en mi lugar. Gracias Jesús por salvar mi alma hoy. En Cristo Jesús mi Salvador, Amen.

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