5 Cosas que Dios no ha Visto – Bosquejo

Sabemos que nuestro Dios sabe todo, pero hay cinco cosas que El no ha visto.

1.  Dios no ha visto una persona que El no puede amar.

Hay personas que por causa de su aspecto o condiciones, son difíciles para nosotros amarlas.

Hace años hubo en Texas un grande incendio y la casa de una familia fue destruida.  El padre y la madre murieron en el fuego y sola quedó una hija pequeña que fue rescatada por un vecino.  Como ella no tenía parientes, fue llevada a un orfanato cristiano.  El director notaba que ella siempre andaba sola y si miraba triste.  Un día el la llamó y la tomó en sus brazos y habló del amor de Dios y le preguntó por qué ella estaba tan triste.  Ella le dijo que era porque su rostro se había quemado con el fuego y la habría desfigurado y ella pensaba que por eso a ninguno le gustaba.  Con ternura el explicó que Dios ama a todos y tenía un propósito por que ella se había quedado así.  Con lágrimas, aceptó a Cristo como su Salvador y descubrió que Dios no mira la apariencia, pero el corazón.

Ud. puede ser enfermo espiritualmente, abandonado por la sociedad; pero si Ud. si arrepiente de sus pecados puede experimentar el amor de Dios.

2.  Dios no ha visto una situación que El no puede resolver.

Ud. puede pensar que ninguno tiene tantos problemas, o deudas que pagar, o problemas en el hogar como Ud.  Pero leemos en Lucas 1:37 «Porque nada hay imposible para Dios.»  Cuando el pueblo de Dios salió de Egipto, enfrentaron una situación difícil.  El ejército de Faraón estaba atrás y el Mar Rojo en frente.  Pero cuando Moisés oró, Dios mandó hacer una cosa sencilla y el pueblo pasó en tierra seca y el ejército de Faraón pereció (Éxodo 14:13-28).

 3.  Dios no ha visto una enfermedad o dolencia que El no puede curar.

Cuando Jesús estaba aqui en la tierra El curó toda clase de enfermedad y hasta levantó los muertos.  Dios tiene todo poder, pero siempre opera según su plano y voluntad, que siempre está de acuerdo con su Palabra, la Biblia.  Jesús no curó todos los enfermos cuando estaba aquí.  La cura divina no depende de la fe de una persona, pero la voluntad de Dios.  Todo lo que acontece en la vida de un cristiano tiene un propósito según el plan de Dios.  Pablo oró tres veces para ser curado, pero quedó enfermo y la gracia de Dios lo sustentó en su aflicción (2 Cor. 12:7-9).

4.  Dios no ha visto una persona que El no puede salvar.

En este mundo no ha ninguno lejos demás para que la gracia de Dios no puede alcanzar.  No hay pecado que Dios no puede perdonar, ni pecador que Dios no ama y quiera salvar.

Mel Trotter vivía en la ciudad de Chicago, pero era un borracho.  No conseguía vivir sin el licor y cuando su niñita murió, vendió sus zapatos nuevos para comprar la bebida.  Unas semanas después en una noche fría estaba pasando por las calles de la ciudad cuando vio una luz y escuchó gente cantando.  Un señor que estaba en la puerta lo vio e invitó a entrar.  Era un servicio evangélico y cuando se hizo la invitación el fue a la frente y aceptó a Cristo como su Salvador.  Su vida se transformó y luego se tornó una nueva persona.  Sintió la llamada del Señor para predicar y se tornó un gran evangelista y fundó centenas de misiones.  Cuando murió fue elogiado hasta por el presidente de los Estados Unidos y millares de personas testificaran como Dios lo usó para llevar a ellas a Cristo.

 5.   Dios no ha visto un substituto por la sangre de Jesús y su sacrificio para nosotros.

En Hechos 4:12 leemos «Y en ningún otro hay salvación; porque no hay otro nombre bajo el cielo, dado a los hombres, en que podamos ser salvos.»  En el mundo los hombres hacen todo para llegar al cielo, pero todo está en vano.  «Porque hay un solo Dios, y un solo mediador entre Dios y los hombres, Jesucristo, hombre».  1 Timoteo 1:5

Si usted ha sentido o cree que este sermón le ha tocado su corazón y quiere recibir a Jesucristo como su Salvador personal, solo tiene que hacer la siguiente oración:

Señor Jesús yo te recibo hoy como mi único y suficiente Salvador personal, creo que eres Dios que moriste en la cruz por mis pecados y que resucitaste al tercer día  Me arrepiento, soy pecador. Perdóname Señor. Gracias doy al Padre por enviar al Hijo a morir en mi lugar. Gracias Jesús por salvar mi alma hoy. En Cristo Jesús mi Salvador, Amen.

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