El Cuerpo de Gloria de Cristo – Bosquejo

Cita Bíblica: 1 Juan 3:3

INTRODUCCIÓN:

Una de las cosas que el Señor dará a los suyos cuando vuelva otra vez, es un cuerpo de gloria. El volverá a remodelar el cuerpo que ha sido humillado por el pecado, y lo hará a semejanza de Su cuerpo de gloria (Fil. 3:20, 21). ¿Cómo es Su cuerpo de gloria? En Ap. 1 tenemos una buena descripción al respecto. Creemos que Cristo es único en lo absoluto de Su deidad, pero Su gloria como se revela en Juan es la gloria del Hijo del Hombre, y por lo tanto habrá una similitud entre él y nosotros. Seremos como Él es…

cuerpo de gloria de Cristo, crucificado, corona de espinas1. En la gloria de su inmortalidad: «… Y el que vivo, y estuve muerto; mas he aquí que estoy vivo por los siglos de los siglos, amén». (Ap. 1:18). Él no puede morir otra vez, porque vive en el poder de una vida indisoluble (He. 7:16). La inmortalidad es más que el no poder morir, es un estado de santidad y de dicha en un cuerpo glorificado del cual nunca se puede caer.

2. En su inmaculada pureza: su cabeza y Sus cabellos eran blancos como la nieve. El blanco nieve es siempre un símbolo de pureza (Sal. 51:7). Así como los rayos del sol que brillan dentro de una ciénaga no pueden contaminarse con la suciedad allí presente, siendo nosotros como Él es, no podremos estar sujetos a ninguna clase de contaminación.

3. Su mirada penetrante: sus ojos son como llama de fuego. No podemos saber lo que veremos allí, pero tendremos la capacidad de ver dentro del mismo corazón de las cosas.

4. Sus pies de bronce bruñido: sus pies son «semejantes al bronce bruñido, refulgente como en un horno»… (Ap. 1:15). El bronce es un metal duradero y resistente, y el hecho de estar en un horno sugiere una intensidad de propósito. «… El que hace a sus ángeles espíritus, y a sus ministros llama de fuego». (He. 1:7). Siendo como Él, tendremos la capacidad de estar en Su servicio sin fatigamos, y brillar con amor intenso mientras le servimos.

5. Su voz de poder: su voz era «como estruendo de muchas aguas». Imaginemos el sonido que produce el gran salto de agua de una catarata, como por ejemplo, las del Niágara, y la fuerza que ésta genera. El pensamiento se dirige a algo tremendo que tiene capacidad para producir efectos.

6. A la diestra de su capacidad administrativa: a su mano derecha pueden verse siete estrellas que representan los mensajeros de las siete Iglesias. Cristo mismo sugiere que algunos de Sus santos glorificados tendrán poder para gobernar sobre Sus dominios (Lc. 19:17, 19; Mt. 25:21).

7. En la efectividad de su ministerio: «… De su boca salía una espada aguda de dos filos» (Ap. 1:16). La espada de dos filos se identifica con el poder de Su palabra (He. 4:12), y con Su habilidad para castigar a las naciones (Ap. 19:15). Aquí nuevamente se hace una indicación de una cualidad inherente que acaba con todo aquello que se oponga a llevar a cabo la voluntad de Dios.

8. En la gloria de su personalidad: el libro de Apocalipsis dice que Su semblante era «como el sol cuando brilla en todo su esplendor». (Ap. 1:17). Hay muchas cosas que nos sugiere el sol como aquí se describe: calor, luz, color, y sanidad; pero tal vez la cualidad principal es la de la luminosidad. El Señor está vestido de luz, pero además el pasaje nos sugiere que aquello que nuestros primeros padres perdieron a causa del pecado, es decir, la luz de gloria que les envolvía, lo recuperaremos nosotros con nuestro cuerpo glorificado, el cual tendrá una luminosidad deslumbrante en su apariencia y maravillosa en su gloria. El lenguaje humano no puede describir lo que será realmente el cuerpo glorificado del creyente, y, por lo tanto, debemos de resumirlo como lo hace el Espíritu de Dios: «… Y verán su rostro, y su nombre estará en sus frentes. No habrá allí más noche; y no tienen necesidad de luz de lámpara, ni de luz del sol, porque el Señor Dios los iluminará; y reinarán por los siglos de los siglos». (Ap. 22:4, 5).

CONCLUSIÓN:

Estamos entre dos eternidades. El propósito eterno en el cual fuimos predestinados para ser hechos conformes a la imagen del Hijo Unigénito, y la eterna realización de ese propósito tendrá lugar cuando seamos como Él en Su gloria. Podemos oír la voz que nos dice: «¡Oh benditos portadores de la imagen de Dios, que estáis en el camino de compartirla gloria de Dios y de Cristo, vivid una vida como hijos de Dios hechos a la semejanza del Hijo!» (Andrew Murray).

Si usted ha sentido o cree que este sermón le ha tocado su corazón y quiere recibir a Jesucristo como su Salvador personal, solo tiene que hacer la siguiente oración:

Señor Jesús yo te recibo hoy como mi único y suficiente Salvador personal, creo que eres Dios que moriste en la cruz por mis pecados y que resucitaste al tercer día  Me arrepiento, soy pecador. Perdóname Señor. Gracias doy al Padre por enviar al Hijo a morir en mi lugar. Gracias Jesús por salvar mi alma hoy. En Cristo Jesús mi Salvador, Amen.

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