Lo que Debemos Saber para Creer y Adorar a Dios

El Dios que Creemos y Adoramos

Tema: La Biblia, El Dios Trino, La Condición Humana, La Redención, La Santificación,  La Iglesia, y La vida Cristiana.

Complemento: De modo que si alguno está en Cristo, nueva criatura es.

2-corintios-5Introducción:

¿Qué Creemos? Para poder entender y creer todos estos temas y comprender al Dios que Creemos y Adoramos, en necesario que creamos que:

I. LA BIBLIA

biblia, secreto, estudio, reflexion

La Biblia en su totalidad, es la Palabra de Dios. Esta inspiración se extiende igual y completamente a todas las partes de la Escritura como aparece en los manuscritos originales; toda la Biblia en los originales, es por tanto inerrante, o sea  sin error, y esto que fue escrita en un período de aproximadamente  mil quinientos años, por aproximadamente 40 personas que no se conocieron entre sí. De todos los estratos sociales, reyes, pescadores, publicanos, profetas, un médico, etc.

Creemos que todas las Escrituras se centran alrededor del Señor Jesucristo en Su persona y obra, en Su primera y segunda venida y como consecuencia ninguna porción, aun del Antiguo Testamento, se lee y entiende correctamente sólo hasta que nos conduce a Cristo. Creemos también que toda Escritura fue designada para nuestra instrucción práctica al ser nuestra guía infalible de fe y conducta y ser perfectamente confiable en todas sus partes, tal y como fue dada por Dios por medio de la inspiración del Espíritu Santo.

La Biblia es la última autoridad inequívoca y todo su contenido es verdad

 2 Timoteo 3:16 “Toda la Escritura es inspirada por Dios,  y útil para enseñar,  para redargüir,  para corregir,  para instruir en justicia”

Vv. 14-17. Los que deseen aprender las cosas de Dios y estar seguros de ellas, deben conocer las Sagradas Escrituras, porque son la revelación divina. La edad de los niños es época de aprendizaje; y los que van a aprender de verdad, deben aprender de las Escrituras, las cuales no deben estar a nuestro lado olvidadas, o leídas raramente o nunca. La Biblia es una guía segura a la vida eterna. Los profetas y los apóstoles no hablaban por sí mismos, sino que entregaban lo que recibían de Dios, 2 Pedro 1, 21.

Es provechoso para todos los propósitos de la vida cristiana. Es útil para todos, porque todos necesitan ser enseñados, corregidos y reprendidos. Hay algo en las Escrituras apto para cada caso. ¡Oh, que podamos amar más nuestras Biblias y mantenernos más cerca de ellas! Entonces hallaremos provecho, y por último, por fe en nuestro Señor Jesucristo obtendremos la felicidad ahí prometida, que es el tema principal de ambos Testamentos. Nos oponemos mejor al error fomentando el conocimiento firme de la palabra de verdad; el bien más grande que podemos hacer a los hijos es darles a conocer la Biblia a temprana edad.

2 Pedro 1:21 “Porque nunca la profecía fue traída por voluntad humana,  sino que los santos hombres de Dios hablaron siendo inspirados por el Espíritu Santo.

La profecía es Dios hablando al hombre:

Is. 1:1-2ª “Visión de Isaías hijo de Amoz,  la cual vio acerca de Judá y Jerusalén en días de Uzías,  Jotam,  Acaz y Ezequías,  reyes de Judá. 2  Oíd,  cielos,  y escucha tú,  tierra;  porque habla Jehová:..”

Lucas 24:27, 44 “Y comenzando desde Moisés,  y siguiendo por todos los profetas,  les declaraba en todas las Escrituras lo que de él decían.

44 “Y les dijo: Estas son las palabras que os hablé, estando aún con vosotros: que era necesario que se cumpliese todo lo que está escrito de mí en la ley de Moisés, en los profetas y en los salmos

“Empezando por Moisés, el primer escritor inspirado del Antiguo Testamento, Jesús les expone cosas acerca de sí mismo. Hay muchos pasajes en todas las Escrituras con referencia a Cristo”

1 Corintios 10:11 “Y estas cosas les acontecieron como ejemplo,  y están escritas para amonestarnos a nosotros,  a quienes han alcanzado los fines de los siglos”.

“Nada en la Escritura ha sido escrito en vano, siendo sabiduría y deber nuestros, aprender de ella. Otros han caído, así que nosotros podemos caer”.

II. RESPECTO AL DIOS TRINO

Dios trino, Padre, Hijo, Espiritu Santo

Creemos en el único Dios verdadero y viviente, Creador, Redentor, Sustentador y Gobernador de todas las cosas. Él es infinito, eterno, perfecto e inmutable. Él existe eternamente y se ha revelado en tres Personas: el Padre, su Hijo Jesucristo y el Espíritu Santo, quienes son de la misma sustancia e iguales en poder y gloria.

1. DIOS PADRE: Dios como Padre, reina sobre todo su universo con cuidado providencial. El es todopoderoso, misericordioso, justo, sabio. El es paternal en gracia común para con los hombres, pero es Padre amoroso y tierno para aquellos que han sido adoptados como hijos suyos por medio de Jesucristo

Genesis 1:1 “En el principio creó Dios los cielos y la tierra”

1 Crónicas 29:10 “Asimismo se alegró mucho el rey David,  y bendijo a Jehová delante de toda la congregación;  y dijo David: Bendito seas tú,  oh Jehová,  Dios de Israel nuestro padre,  desde el siglo y hasta el siglo.”

Vv.10. y bendijo a Jehová—Esta hermosa oración de gratitud fue la efusión rebosante de gratitud y deleite al ver el interés cálido y general que se tenía en llevar adelante el proyecto primordial de su vida. Su piedad se deja ver en el fervor del sentimiento devocional, en el reconocimiento de que toda riqueza y grandeza terrenales provienen de Dios el dador, en la mención de la prontitud general en contribuir para la influencia de su gracia, en la petición por la continuación de esta disposición entre el pueblo, y en encomendar solemne y ardientemente al joven rey y su reino al cuidado y la bendición de Dios.

Jeremias 10:10 “Mas Jehová es el Dios verdadero;  él es Dios vivo y Rey eterno;  a su ira tiembla la tierra,  y las naciones no pueden sufrir su indignación.”

Los amuletos y otros intentos por obtener socorro sobrenatural o atisbar en el futuro son copiados de las malas costumbres de los paganos. Temamos y no osemos provocar a Dios dando a otro la gloria que a Él solo es debida. Él está listo para perdonar y salvar a todos los que se arrepienten y creen en el nombre de su Hijo Jesucristo.”

Mateo 6:9 “Vosotros,  pues,  oraréis así: Padre nuestro que estás en los cielos,  santificado sea tu nombre

Hechos 1:7 “No os toca a vosotros saber los tiempos o las sazones,  que el Padre puso en su sola potestad

Romanos 8:14-15 “Porque todos los que son guiados por el Espíritu de Dios,  éstos son hijos de Dios. 15  Pues no habéis recibido el espíritu de esclavitud para estar otra vez en temor,  sino que habéis recibido el espíritu de adopción,  por el cual clamamos: ¡Abba,  Padre!”

1 Corintios 8:6 “Para nosotros,  sin embargo,  sólo hay un Dios,  el Padre,  del cual proceden todas las cosas,  y nosotros somos para él;  y un Señor,  Jesucristo,  por medio del cual son todas las cosas,  y nosotros por medio de él”.

“Los paganos tenían dioses de alto y bajo nivel; muchos dioses, muchos señores; así los llamaban, pero ninguno era de verdad. Los cristianos saben. Un Dios hizo todo y tiene poder sobre todo. El único Dios, el Padre, significa a la Deidad como el único objeto de toda adoración”

15:24 “Luego el fin,  cuando entregue el reino al Dios y Padre,  cuando haya suprimido todo dominio,  toda autoridad y potencia”.

Efesios 4:6 “Un Dios y Padre de todos,  el cual es sobre todos,  y por todos,  y en todos”

2. DIOS HIJO: Creemos que el Señor Jesucristo, el Hijo eterno de Dios, se hizo hombre sin dejar de ser Dios, habiendo sido concebido por el Espíritu Santo, a fin de revelar a Dios y redimir al hombre pecador. Es Dios encarnado, unigénito Hijo de Dios, totalmente Dios y totalmente hombre por sus dos naturalezas. Nació de la virgen María, vivió sin pecado, enseñó la Verdad, murió en la cruz para redimir a su pueblo, resucitó corporalmente, ascendió a la diestra del Padre, de donde regresará en poder y gran gloria a juzgar a los vivos y a los muertos

Lucas 1:34-35 “Entonces María dijo al ángel: ¿Cómo será esto?  Pues no conozco varón.

35  Respondiendo el ángel,  le dijo: El Espíritu Santo vendrá sobre ti,  y el poder del Altísimo te cubrirá con su sombra;  por lo cual también el Santo Ser que nacerá,  será llamado Hijo de Dios

“La respuesta de María al ángel fue el lenguaje de la fe y humilde admiración, y ella no pidió señal para confirmar su fe. Sin controversia, grande fue el misterio de la santidad, Dios manifestado en carne, 1 Timoteo iii, 16. La naturaleza humana de Cristo debía producirse de esa manera, para que fuera adecuada para Aquel que iba a ser unido con la naturaleza divina. Debemos, como María aquí, guiar nuestros deseos por la palabra de Dios. En todos los conflictos tenemos que recordar que nada es imposible para Dios; y al leer y oír sus promesas, convirtámoslas en oraciones: He aquí la sierva del Señor; hágase conmigo conforme a tu palabra”.

Juan 1:1, 2 “En el principio era el Verbo,  y el Verbo era con Dios,  y el Verbo era Dios. 2  Este era en el principio con Dio

Juan 14, 18 “Felipe le dijo: Señor,  muéstranos el Padre,  y nos basta.

Romanos 3:24-26 “Siendo justificados gratuitamente por su gracia,  mediante la redención que es en Cristo Jesús, 25  a quien Dios puso como propiciación por medio de la fe en su sangre,  para manifestar su justicia,  a causa de haber pasado por alto,  en su paciencia,  los pecados pasados,

Romanos 8:3 “Porque lo que era imposible para la ley,  por cuanto era débil por la carne,  Dios,  enviando a su Hijo en semejanza de carne de pecado y a causa del pecado,  condenó al pecado en la carne”

“Vv. 21-26. ¿Debe el hombre culpable permanecer sometido a la ira para siempre? ¿Está la herida abierta para siempre? No, bendito sea Dios, hay otro camino abierto para nosotros. Es la justicia de Dios; la justicia en la ordenación, en la provisión y en la aceptación. Es por esa fe que tiene Jesucristo por su objeto; el Salvador ungido, que eso significa el nombre Jesucristo. La fe justificadora respeta a Cristo como Salvador en sus tres oficios ungidos: Profeta, Sacerdote y Rey; esa fe confía en Él, le acepta y se aferra de Él; en todo eso los judíos y los gentiles son, por igual, bienvenidos a Dios por medio de Cristo. No hay diferencia, su justicia está sobre todo aquel que cree; no sólo se les ofrece, sino se les pone a ellos como una corona, como una túnica. Es libre gracia, pura misericordia; nada hay en nosotros que merezca tales favores. Nos llega gratuitamente, pero Cristo la compró y pagó el precio. La fe tiene consideración especial por la sangre de Cristo, como la que hizo la expiación.

Dios declara su justicia en todo esto. Queda claro que odia el pecado, cuando nada inferior a la sangre de Cristo hace satisfacción por el pecado. Cobrar la deuda al pecador no estaría en conformidad con su justicia, puesto que el Fiador la pagó y Él aceptó ese pago a toda satisfacción.”

3. DIOS ESPÍRITU SANTO: Creemos que el Espíritu Santo, como persona de la trinidad está presente en la tierra desde la creación. Al ascender Jesucristo al cielo, fue enviado para habitar, guiar, enseñar y fortalecer a todos aquellos que creemos en el Señor Jesucristo como nuestro Dios, Salvador y Señor. Creemos que Él convence al mundo de pecado, de justicia y de juicio. Él incorpora a todos los creyentes en la única verdadera Iglesia, la cual es el Cuerpo de Cristo; mora en ellos permanentemente, los sella para el día final de la redención, les confiere dones espirituales y produce frutos de rectitud y santidad por la Palabra de Dios

Juan. 3:3-8

“Respondió Jesús y le dijo: De cierto,  de cierto te digo,  que el que no naciere de nuevo,  no puede ver el reino de Dios. 4  Nicodemo le dijo: ¿Cómo puede un hombre nacer siendo viejo?  ¿Puede acaso entrar por segunda vez en el vientre de su madre,  y nacer? 5  Respondió Jesús: De cierto,  de cierto te digo,  que el que no naciere de agua y del Espíritu,  no puede entrar en el reino de Dios. 6  Lo que es nacido de la carne,  carne es;  y lo que es nacido del Espíritu,  espíritu es. 7  No te maravilles de que te dije: Os es necesario nacer de nuevo. 8  El viento sopla de donde quiere,  y oyes su sonido;  mas ni sabes de dónde viene,  ni a dónde va;  así es todo aquel que es nacido del Espíritu”

Vv. 1-8. Nicodemo temía, o se avergonzaba de ser visto con Cristo, por tanto, acudió de noche, pero aunque vino de noche, Jesús lo recibió, y por ello nos enseña a animar los buenos comienzos, aunque sean débiles. Aunque esta vez vino de noche, después reconoció públicamente a Cristo. No habló con Cristo de asuntos de estado, aunque era un gobernante, sino de los intereses de su propia alma y de su salvación, hablando al respecto de una sola vez.

Nuestro Salvador habla de la necesidad y naturaleza de la regeneración o nuevo nacimiento y, de inmediato llevó a Nicodemo a la fuente de santidad del corazón. El nacimiento es el comienzo de la vida; nacer de nuevo es empezar a vivir de nuevo, como los que han vivido muy equivocados o con poco sentido. Debemos tener una nueva naturaleza, nuevos principios, nuevos afectos, nuevas miras. Por nuestro primer nacimiento somos corruptos, formados en el pecado; por tanto, debemos ser hechos nuevas criaturas. No podía haberse elegido una expresión más fuerte para significar un cambio de estado y de carácter grande y muy notable. Debemos ser enteramente diferentes de lo que fuimos antes, como aquello que empieza a ser en cualquier momento, no es, y no puede ser lo mismo que era antes. Este nuevo nacimiento es del cielo, capítulo i, 13, y tiende al cielo. Es un cambio grande hecho en el corazón del pecador por el poder del Espíritu Santo. Significa que algo es hecho en nosotros y a favor de nosotros que no podemos hacer por nosotros mismos. Algo obra por lo que empieza una vida que durará por siempre. De otra manera no podemos esperar un beneficio de Cristo; es necesario para nuestra felicidad aquí y en el más allá.

Nicodemo entendió mal lo que dijo Cristo, como si no hubiera otra manera de regenerar y moldear de nuevo un alma inmortal que volver a dar un marco al cuerpo. Sin embargo, reconoció su ignorancia, lo que muestra el deseo de ser mejor informado. Entonces, el Señor Jesús explica más. Muestra al Autor de este bendito cambio. No es obra de nuestra sabiduría o poder propio, sino del poder del bendito Espíritu. Somos formados en iniquidad, lo que hace necesario que nuestra naturaleza sea cambiada. No tenemos que maravillarnos de esto, porque cuando consideramos la santidad de Dios, la depravación de nuestra naturaleza, y la dicha puesta ante nosotros, no tenemos que pensar que es raro que se ponga tanto énfasis sobre esto.

La obra regeneradora del Espíritu Santo se compara con el agua. También es probable que Cristo se haya referido a la ordenanza del bautismo. No se trata que sean salvos todos aquellos bautizados, y sólo ellos; pero sin el nuevo nacimiento obrado por el Espíritu, y significado por el bautismo, nadie será súbdito del reino del cielo.

La misma palabra significa viento y Espíritu. El viento sopla de donde quiere hacia nosotros; Dios lo dirige. El Espíritu envía sus influencias donde, y cuando, y a quien, y en qué medida y grado le plazca. Aunque las causas estén ocultas, los efectos son evidentes, cuando el alma es llevada a lamentarse por el pecado y a respirar según Cristo.

 Juan 14:16-18  “Y yo rogaré al Padre,  y os dará otro Consolador,  para que esté con vosotros para siempre: 17  el Espíritu de verdad,  al cual el mundo no puede recibir,  porque no le ve,  ni le conoce;  pero vosotros le conocéis,  porque mora con vosotros,  y estará en vosotros. 18  No os dejaré huérfanos;  vendré a vosotros”.

Juan 16:7-11 “Pero yo os digo la verdad: Os conviene que yo me vaya;  porque si no me fuera,  el Consolador no vendría a vosotros;  mas si me fuere,  os lo enviaré. 8  Y cuando él venga,  convencerá al mundo de pecado,  de justicia y de juicio.9  De pecado,  por cuanto no creen en mí;10  de justicia,  por cuanto voy al Padre,  y no me veréis más; 11  y de juicio,  por cuanto el príncipe de este mundo ha sido ya juzgado”.

 1 Corintios 12:7-11, 13; “Pero a cada uno le es dada la manifestación del Espíritu para provecho. 8  Porque a éste es dada por el Espíritu palabra de sabiduría;  a otro,  palabra de ciencia según el mismo Espíritu; 9  a otro,  fe por el mismo Espíritu;  y a otro,  dones de sanidades por el mismo Espíritu. 10  A otro,  el hacer milagros;  a otro,  profecía;  a otro,  discernimiento de espíritus;  a otro,  diversos géneros de lenguas;  y a otro,  interpretación de lenguas. 11  Pero todas estas cosas las hace uno y el mismo Espíritu,  repartiendo a cada uno en particular como él quiere. 12  Porque así como el cuerpo es uno,  y tiene muchos miembros,  pero todos los miembros del cuerpo,  siendo muchos,  son un solo cuerpo,  así también Cristo. 13  Porque por un solo Espíritu fuimos todos bautizados en un cuerpo,  sean judíos o griegos,  sean esclavos o libres;  y a todos se nos dio a beber de un mismo Espíritu.

Efesios. 4:30 “Y no contristéis al Espíritu Santo de Dios,  con el cual fuisteis sellados para el día de la redención.

Efesios 5:18 “No os embriaguéis con vino,  en lo cual hay disolución;  antes bien sed llenos del Espíritu.”

III. RESPECTO A LA CONDICIÓN HUMANA

adan, eva, huerto del eden, el paraisoCreemos que el ser humano fue creado directamente por Dios a su imagen y semejanza, pero por desobediencia Adán, el primer hombre, cayó en pecado y desde entonces toda la humanidad tiene una naturaleza pecaminosa que le incita a hacer de continuo solamente el mal. El hombre se depravó completamente y no es capaz de hacer nada bueno por sí mismo, y mucho menos salvarse. A sí mismo.

Isaías 1:2-6 “Oíd,  cielos,  y escucha tú,  tierra;  porque habla Jehová: Crié hijos,  y los engrandecí,  y ellos se rebelaron contra mí. 3  El buey conoce a su dueño,  y el asno el pesebre de su señor;  Israel no entiende,  mi pueblo no tiene conocimiento. 4  ¡Oh gente pecadora,  pueblo cargado de maldad,  generación de malignos,  hijos depravados!  Dejaron a Jehová,  provocaron la ira al Santo de Israel,  se volvieron atrás. 5  ¿Por qué querréis ser castigados aún?   ¿Todavía os rebelaréis?  Toda cabeza está enferma,  y todo corazón doliente. 6  Desde la planta del pie hasta la cabeza no hay en él cosa sana,  sino herida,  hinchazón y podrida llaga;  no están curadas,  ni vendadas,  ni suavizadas con aceite.”

“La iniquidad era universal. Aquí hay una comparación tomada de un cuerpo doliente y enfermo. La enfermedad amenaza ser mortal. Desde la planta de los pies a la cabeza; desde el campesino más bajo al mayor de los nobles, no hay salud, ni buen principio, ni religión, porque esa es la salud del alma. Nada sino culpa y corrupción; los tristes efectos de la caída de Adán. Este pasaje declara la depravación total de la naturaleza humana. Mientras el pecado persista sin arrepentimiento, nada se hace para sanar tales heridas y evitar sus efectos fatales.

Jerusalén estaba expuesta y desprotegida, como las chozas o refugios edificados para guardar fruta madura. Esto aun se ve en el Oriente, donde la fruta constituye gran parte de la comida estival de la gente.

Pero el Señor tenía un pequeño remanente de siervos piadosos en Jerusalén. Es por la misericordia de Jehová que nosotros no somos consumidos. La naturaleza mala está en cada uno de nosotros; sólo Jesús y su Espíritu santificador pueden restaurarnos a la salud espiritual.”

 El ser humano está condenado, separado, enemistado y totalmente muerto en delitos y pecados y no podrá por ningún medio, cambiar esta condición, aparte de la revelación de Dios en Cristo. A menos que el hombre nazca de nuevo por el Espíritu Santo, no puede ver el reino de Dios (Gén. 1:1; 26-27; Jn. 1:3; 3:3; Col. 1:16-17; Rm. 3:10, 23).

Romanos 3:10   “Como está escrito: No hay justo,  ni aun uno;

Sus principios y su conducta prueban que no hay temor de Dios delante de sus ojos. Y donde no hay temor de Dios no se puede esperar nada bueno.

Romanos 3:23  “por cuanto todos pecaron,  y están destituidos de la gloria de Dios,”

IV. RESPECTO A LA REDENCIÓN

humillarnos, cristo, jesus, juanCreemos que el Señor Jesucristo derramó Su sangre al morir en la cruz por nuestros pecados, reconciliándonos con el Padre a través de su sacrificio eficaz. Por medio de la fe en la obra redentora de Jesucristo, somos traídos al arrepentimiento, librados de la condenación eterna y del poder del pecado. Creemos que la salvación es un don de pura gracia y bondad de Dios. No puede ser comprada ni hecha más segura por obras meritorias. Es otorgada gratuitamente a todos los que reciben fe para creer en la obra consumada de Jesucristo en el Calvario (Jn. 1:1-3, 12, 14; 3:1-7; Hb. 10:4-14; 1 Jn. 2:2; Hc. 16:30-33; Rm. 10:9-10; Ef. 1:7; 2:8-9).

Romanos 3:23-26 “Por cuanto todos pecaron,  y están destituidos de la gloria de Dios, 24  siendo justificados gratuitamente por su gracia,  mediante la redención que es en Cristo Jesús, 25  a quien Dios puso como propiciación por medio de la fe en su sangre,  para manifestar su justicia,  a causa de haber pasado por alto,  en su paciencia,  los pecados pasados, 26  con la mira de manifestar en este tiempo su justicia,  a fin de que él sea el justo,  y el que justifica al que es de la fe de Jesús.”

“No hay diferencia, su justicia está sobre todo aquel que cree; no sólo se les ofrece, sino se les pone a ellos como una corona, como una túnica. Es libre gracia, pura misericordia; nada hay en nosotros que merezca tales favores. Nos llega gratuitamente, pero Cristo la compró y pagó el precio. La fe tiene consideración especial por la sangre de Cristo, como la que hizo la expiación.

Dios declara su justicia en todo esto. Queda claro que odia el pecado, cuando nada inferior a la sangre de Cristo hace satisfacción por el pecado. Cobrar la deuda al pecador no estaría en conformidad con su justicia, puesto que el Fiador la pagó y Él aceptó ese pago a toda satisfacción.”

Juan 3:1-7 “Había un hombre de los fariseos que se llamaba Nicodemo,  un principal entre los judíos. 2  Este vino a Jesús de noche,  y le dijo: Rabí,  sabemos que has venido de Dios como maestro;  porque nadie puede hacer estas señales que tú haces,  si no está Dios con él. 3  Respondió Jesús y le dijo: De cierto,  de cierto te digo,  que el que no naciere de nuevo,  no puede ver el reino de Dios. 4  Nicodemo le dijo: ¿Cómo puede un hombre nacer siendo viejo?  ¿Puede acaso entrar por segunda vez en el vientre de su madre,  y nacer? 5  Respondió Jesús: De cierto,  de cierto te digo,  que el que no naciere de agua y del Espíritu,  no puede entrar en el reino de Dios. 6  Lo que es nacido de la carne,  carne es;  y lo que es nacido del Espíritu,  espíritu es. 7  No te maravilles de que te dije: Os es necesario nacer de nuevo.”

 Vv. 1-8. Nicodemo temía, o se avergonzaba de ser visto con Cristo, por tanto, acudió de noche, pero aunque vino de noche, Jesús lo recibió, y por ello nos enseña a animar los buenos comienzos, aunque sean débiles. Aunque esta vez vino de noche, después reconoció públicamente a Cristo. No habló con Cristo de asuntos de estado, aunque era un gobernante, sino de los intereses de su propia alma y de su salvación, hablando al respecto de una sola vez.

Nuestro Salvador habla de la necesidad y naturaleza de la regeneración o nuevo nacimiento y, de inmediato llevó a Nicodemo a la fuente de santidad del corazón. El nacimiento es el comienzo de la vida; nacer de nuevo es empezar a vivir de nuevo, como los que han vivido muy equivocados o con poco sentido. Debemos tener una nueva naturaleza, nuevos principios, nuevos afectos, nuevas miras. Por nuestro primer nacimiento somos corruptos, formados en el pecado; por tanto, debemos ser hechos nuevas criaturas. No podía haberse elegido una expresión más fuerte para significar un cambio de estado y de carácter grande y muy notable. Debemos ser enteramente diferentes de lo que fuimos antes, como aquello que empieza a ser en cualquier momento, no es, y no puede ser lo mismo que era antes. Este nuevo nacimiento es del cielo, capítulo i, 13, y tiende al cielo. Es un cambio grande hecho en el corazón del pecador por el poder del Espíritu Santo. Significa que algo es hecho en nosotros y a favor de nosotros que no podemos hacer por nosotros mismos. Algo obra por lo que empieza una vida que durará por siempre. De otra manera no podemos esperar un beneficio de Cristo; es necesario para nuestra felicidad aquí y en el más allá.

Nicodemo entendió mal lo que dijo Cristo, como si no hubiera otra manera de regenerar y moldear de nuevo un alma inmortal que volver a dar un marco al cuerpo. Sin embargo, reconoció su ignorancia, lo que muestra el deseo de ser mejor informado. Entonces, el Señor Jesús explica más. Muestra al Autor de este bendito cambio. No es obra de nuestra sabiduría o poder propio, sino del poder del bendito Espíritu. Somos formados en iniquidad, lo que hace necesario que nuestra naturaleza sea cambiada. No tenemos que maravillarnos de esto, porque cuando consideramos la santidad de Dios, la depravación de nuestra naturaleza, y la dicha puesta ante nosotros, no tenemos que pensar que es raro que se ponga tanto énfasis sobre esto.

La obra regeneradora del Espíritu Santo se compara con el agua. También es probable que Cristo se haya referido a la ordenanza del bautismo. No se trata que sean salvos todos aquellos bautizados, y sólo ellos; pero sin el nuevo nacimiento obrado por el Espíritu, y significado por el bautismo, nadie será súbdito del reino del cielo.

La misma palabra significa viento y Espíritu. El viento sopla de donde quiere hacia nosotros; Dios lo dirige. El Espíritu envía sus influencias donde, y cuando, y a quien, y en qué medida y grado le plazca. Aunque las causas estén ocultas, los efectos son evidentes, cuando el alma es llevada a lamentarse por el pecado y a respirar según Cristo.

V. RESPECTO A LA SANTIFICACIÓN

llama que arde en nuestro interior, espiritu santo, fuegoCreemos que el creyente, por haber sido traído por Dios al arrepentimiento y fe en la obra del Señor Jesucristo, es una nueva criatura y declarado legalmente justo. Creemos que todos somos llamados con un llamamiento santo a andar no conforme a la carne sino conforme al Espíritu y a vivir de tal manera en el poder del Espíritu que mora en nosotros, para que no satisfagamos la concupiscencia de la carne. Aunque todavía pecamos, con la ayuda del Espíritu Santo a través de la Palabra de Dios, vamos siendo transformados cada día para hacer su voluntad y crecer a la estatura de Cristo, varón perfecto. Dios nos va llevando más y más a parecernos a Jesucristo en pensamientos, acciones y sentimientos (Rm. 6:11-13; 8:2, 4, 12-13; Gál. 5:16-23; Ef. 4:22-24; Col. 2:1-10; 1 Pd. 1:14-16; 1 Jn. 1:4-7; 3:5-9).

DIOS VIVE.

Romanos 6:11-13  Así también vosotros consideraos muertos al pecado,  pero vivos para Dios en Cristo Jesús,  Señor nuestro. 12  No reine,  pues,  el pecado en vuestro cuerpo mortal,  de modo que lo obedezcáis en sus concupiscencias; 13  ni tampoco presentéis vuestros miembros al pecado como instrumentos de iniquidad,  sino presentaos vosotros mismos a Dios como vivos de entre los muertos,  y vuestros miembros a Dios como instrumentos de justicia.

Romanos 8:2, 4,12-13  Porque la ley del Espíritu de vida en Cristo Jesús me ha librado de la ley del pecado y de la muerte. 4  para que la justicia de la ley se cumpliese en nosotros,  que no andamos conforme a la carne,  sino conforme al Espíritu.12  Así que,  hermanos,  deudores somos,  no a la carne,  para que vivamos conforme a la carne; 13  porque si vivís conforme a la carne,  moriréis;  mas si por el Espíritu hacéis morir las obras de la carne,  viviréis.

Galatas 5:16  Digo,  pues: Andad en el Espíritu,  y no satisfagáis los deseos de la carne. 17  Porque el deseo de la carne es contra el Espíritu,  y el del Espíritu es contra la carne;  y éstos se oponen entre sí,  para que no hagáis lo que quisiereis…”

VI. RESPECTO A LA IGLESIA

iglesia-primitivaLa iglesia es una institución divina, creada, dirigida y sostenida por Dios. Hacen parte de ella los creyentes con sus hijos y es el cuerpo de Cristo. En ella se enseña la Palabra de Dios, se administran los sacramentos y los creyentes son instruidos y edificados en amor, compañerismo y unidad. La iglesia como reino de Dios, sirve al prójimo y la sociedad. Hasta el regreso de Cristo, el privilegio y deber del creyente es buscar el cumplimiento de la gran comisión de Cristo y ministrar en Su nombre a un mundo necesitado. Somos instrumentos de Jesucristo para la redención y reconciliación del pecador con Dios, mediante la expansión del evangelio (Mt. 25:31- 46; 28:18-20).

La iglesia es de suma importancia pues es lugar diseñado por Dios para que seamos nutridos junto con el estudio de la Palabra. La iglesia estaba desde el principio de la fundación del mundo en la mente de Dios.

VII. RESPECTO A LA VIDA CRISTIANA

Somos totalmente responsables delante de Dios de todo cuanto hacemos, decimos y pensamos. Por tanto, debemos vivir de acuerdo a los principios eternos y valores absolutos que Él ha establecido y que están claramente expresados en Su Palabra, para lo cual hemos sido capacitados por Dios. A través de los medios de gracia somos fortalecidos y animados a vivir para Él. Todo cristiano debe rendirse enteramente a hacer la voluntad de Dios y deleitarse en Él por siempre, porque no hay bien, felicidad o realización fuera de Dios.

VIII. CONCLUSIÓN

Como podemos ver: “adorar a Dios” implica todos estos temas que hemos tocado en este estudio, porque no podemos decir que adoramos a Dios si no creemos en su PALABRA, si no creemos EN DIOS TRINO, esto significa creer en DIOS PADRE, DIOS HIJO, DIOS ESPÍRITU SANTO, RESPECTO A LA CONDICIÓN HUMANA; RESPECTO A LA REDENCIÓN; RESPECTO A LA SANTIFICACIÓN; RESPECTO A LA IGLESIA y, por último pero no menos, RESPECTO A LA VIDA CRISTIANA. En fin como podemos ver Creer en el Dios que adoramos es un todo, no podemos dejar de lado ninguno de estos temas.

Comentario al Nuevo Testamento Mathew Henry, eSword

Ibid

Ibid

Comentario al Nuevo Testamento JFB wSword

Comentario al Nuevo Testamento Mathew Henry eSword

Comentario al Nuevo Testamento Mathew Henry eSword

Ibid.

Ibid

Ibid

 Comentario al Nuevo Testamento Mathew Henry eSword

Ibid

Ibid

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