El Evangelio de Dios según Romanos 1 – Bosquejo

evangelio, romanos

Tema: El Evangelio de Dios es salvación

Complemento: Para toda la humanidad

Cita Bíblica: Romanos 1

INTRODUCCIÓN:

En este capítulo hay cinco cosas que el apóstol Pablo dice y atribuye a Dios, las cuales, explicándolas por orden, nos dan una exposición completa, ordenada, del mensaje del Evangelio.

1. El Evangelio de Dios Romanos 1:1-2:

«Pablo, siervo de Jesucristo, llamado a ser apóstol, apartado para el evangelio de Dios, 2 que él había prometido antes por sus profetas en las santas Escrituras»

a) Pablo fue llamado a predicar este Evangelio, o sea Buena Nueva, la cual tiene esta característica, muy importante para los judíos y también para nosotros.
b) Dios lo había prometido antes por boca de los profetas; puede citarse aquí (Is. 53 y otros pasajes adecuados).

Isaias 53:1-5 «¿Quién ha creído a nuestro anuncio? ¿y sobre quién se ha manifestado el brazo de Jehová? 2 Subirá cual renuevo delante de él, y como raíz de tierra seca; no hay parecer en él, ni hermosura; le veremos, mas sin atractivo para que le deseemos. 3 Despreciado y desechado entre los hombres, varón de dolores, experimentado en quebranto; y como que escondimos de él el rostro, fue menospreciado, y no lo estimamos. 4 Ciertamente llevó él nuestras enfermedades, y sufrió nuestros dolores; y nosotros le tuvimos por azotado, por herido de Dios y abatido. 5 Mas él herido fue por nuestras rebeliones, molido por nuestros pecados; el castigo de nuestra paz fue sobre él, y por su llaga fuimos nosotros curados».

En ninguna otra parte del Antiguo Testamento, como en este capítulo, se profetiza tan clara y plenamente que Cristo debía sufrir y luego entrar a su gloria. Pero a esta fecha pocos disciernen o reconocen el poder divino que va con la palabra. Se desecha el informe más importante y auténtico de la salvación a través del Hijo de Dios por los pecadores.

La condición vil a que se sometió y su manifestación al mundo no concuerdan con las ideas del Mesías que los judíos se habían formado. (CMH e-Sword)

2. El hijo de Dios (vv. 3, 4):

Romanos 1:3-4 «Acerca de su Hijo, nuestro Señor Jesucristo, que era del linaje de David según la carne, 4 que fue declarado Hijo de Dios con poder, según el Espíritu de santidad, por la resurrección de entre los muertos»

Vs. 3, 4. Acerca de su Hijo … Jesucristo Señor nuestro—la gran carga de este “Evangelio de Dios.” hecho de la simiente de David—como “de conformidad con las Santas Escrituras” fué menester que lo fuese. (Véase nota, Mat_1:1.) según la carne—Es decir en su naturaleza humana (comp. cap. 9:5, y Joh_1:14, quedando entendido, por cierto, que tenía otra naturaleza, de la que el apóstol en seguida habla. fué declarado—lit., “señalado,” “definido,” “determinado,” esto es, “demostrado” o “probado.” Hijo de Dios—Nótese cuán estudiosamente el lenguaje cambia aquí. “Fue hecho (dice el apóstol) de la simiente de David, según la carne;” pero no fué hecho, sino solamente “declarado (o comprobado) ser Hijo de Dios.” (JFB e-Sword).

a) Nacido del linaje de David: esto era muy importante para los judíos, pero también lo es para nosotros, teniendo en cuenta las promesas del Antiguo Testamento a este respecto. A María fue anunciado que el niño que nacería sería llamado hijo del Altísimo, pero ella no podía comprender en aquellos momentos la tremenda trascendencia de tal declaración. Pero se fijó muy bien, según expresa en sus cánticos, que aquel niño prodigioso sería el descendiente de David y el Mesías o Rey de Israel. Ahora ella entiende, sin duda, que Jesús es muchísimo más que esto, y ya empezó a entenderlo cuando le vio en la cruz como Redentor.

b) La resurrección de Jesús fue la garantía de que Él era ambas cosas a la vez.

3. La potencia de Dios (v. 16): 

«Porque no me avergüenzo del evangelio, porque es poder de Dios para salvación a todo aquel que cree; al judío primeramente, y también al griego».

«para dar salvación a su pueblo». Éste es el glorioso resultado de ser Jesús lo que fue. Pero tal poder es un poder espiritual que es para salvación de todo aquel que cree o recibe el Evangelio, sin distinción de raza; su pueblo traspasa ampliamente las fronteras de Israel.

4. La justicia de Dios (v. 17):

«Porque en el evangelio la justicia de Dios se revela por fe y para fe, como está escrito: Mas el justo por la fe vivirá».

por medio de la obra expiatoria de Cristo Dios ha podido ser justo y justificar a aquel que acepta a Jesucristo (Ro. 3:26; 2 Co. 5:21). Los que no quieran creer tendrán que sufrir el juicio de Dios (v. 19), que tendrá que juzgar algún día el pecado de todo el mundo y perderán un gran privilegio y sufrir sus pecados, sea cual sea su condición como pecadores (Ro. 3:23; Ap. 20).

5. La gloria de Dios (v. 23): «Y cambiaron la gloria del Dios incorruptible en semejanza de imagen de hombre corruptible, de aves, de cuadrúpedos y de reptiles».  En cambio los que creyeron tendrán la oportunidad de:

a) Ver la gloria de Dios (Jn. 17:24).

«Padre, aquellos que me has dado, quiero que donde yo estoy, también ellos estén conmigo, para que vean mi gloria que me has dado; porque me has amado desde antes de la fundación del mundo».

b) Rendirle adoración y gloria (Ap. 4:9–11).

«Y siempre que aquellos seres vivientes dan gloria y honra y acción de gracias al que está sentado en el trono, al que vive por los siglos de los siglos, 10 los veinticuatro ancianos se postran delante del que está sentado en el trono, y adoran al que vive por los siglos de los siglos, y echan sus coronas delante del trono, diciendo: 11 Señor, digno eres de recibir la gloria y la honra y el poder; porque tú creaste todas las cosas, y por tu voluntad existen y fueron creadas».

c) El apóstol Pablo da a conocer la multiforme sabiduría de Dios a principados y potestades en lugares celestiales (Ef. 3:8-13).

«A mí, que soy menos que el más pequeño de todos los santos, me fue dada esta gracia de anunciar entre los gentiles el evangelio de las inescrutables riquezas de Cristo, 9 y de aclarar a todos cuál sea la dispensación del misterio escondido desde los siglos en Dios, que creó todas las cosas; para que la multiforme sabiduría de Dios sea ahora dada a conocer por medio de la iglesia a los principados y potestades en los lugares celestiales, 11 conforme al propósito eterno que hizo en Cristo Jesús nuestro Señor, 12 en quien tenemos seguridad y acceso con confianza por medio de la fe en él; 13 por lo cual pido que no desmayéis a causa de mis tribulaciones por vosotros, las cuales son vuestra gloria.

Conclusión: Jesucristo vino a la tierra a predicar el Evangelio de la salvación y a establecer su iglesia. El objetivo principal de encarnarse y vivir como uno de nosotros, y sentir lo que nosotros sentimos, fue para mostrarnos que estaba dispuesto a padecer y entregar su vida por nosotros, y para darnos el ejemplo que teníamos que vivir como Él vivió, en humildad, y que nosotros también somos capaces de humillarnos hasta lo sumo como Él lo hizo. Con su sacrificio supremo en la cruz nos mostró su inmenso amor hacia nosotros, y todo, para darnos la salvación y perdón de pecados y la vida eterna.

Si usted todavía no le ha entregado su vida a Jesús, este es el momento que tome la decisión y le abra las puertas de su corazón y le reciba como su único y suficiente Salvador personal, lo único que tiene que hacer es arrepentirse de todo corazón de sus pecados e invitarlo a que Él more en usted por medio de su Santo Espíritu.

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