Cita Bíblica: Hebreos 11:1–6
Introducción:
El Nuevo Testamento es el libro de las grandes afirmaciones, tanto positivas como negativas. Las primeras van precedidas de la frase “De cierto, de cierto os digo”, y la misma frase se puede por inferencia aplicar a las negativas. Nuestro estudio es hoy sobre las últimas.
1. Es imposible que Dios mienta, por muchas razones:
a) A causa de su perfección moral: el autor de nuestra conciencia debe ser un Ser perfecto. No podemos imaginarnos un Dios malo y mentiroso, puesto que nuestra misma conciencia protestaría.
b) No existe imposibilidad para Él: los hombres pueden hallarse impedidos por un motivo que solemos catalogar de fuerza mayor, pero Dios no.
c) Porque nunca ha faltado a su palabra: infinidad de promesas en la Biblia han sido cumplidas. El desafío de Is. 44:7, 8. Cítense las de Tiro (Ez. 26:4). El esparcimiento de Israel (Dt. 28:64 y 65). Las profecías de Cristo acerca de la destrucción de Jerusalén (Mt. 24). El porvenir del Evangelio (Mt. 24:14). El estado del mundo en el tiempo del fin (Mt. 24:37).
2. Agradar a Dios sin fe: si es fiel, es digno de ser creído. La desconfianza es inexcusable (Ro. 1:20). ¿No es cierto que nos ofende la falta de confianza en nuestra palabra? Mucho más a Dios.
3. Salvarnos por la Ley (Ro. 6:5):
a) Los judíos lo intentaron.
b) Los católicorromanos, engañados por la teología de su iglesia. ¿Por qué, pues, la dio? Para mostrarnos nuestra necesidad (anécdota: el náufrago a quien gritaban los que le echaron la cuerda: «Suelta la rama»).
Lo bueno es malo si nos priva de lo mejor.
4. Entrar en el Reino de Dios sin regeneración (Jn. 3:3): es la obra de Dios en el alma en respuesta a nuestra oración y entrega.
5. Servir a dos señores (Lc. 16:13): hay quienes creen que dos o tres horas semanales para Dios son suficientes. Puesto que hacer ambas cosas es imposible, sirvamos al mejor.
6. Que no vengan escándalos (Lc. 17:7): Jesús lo sabía cuando dijo: «Las puertas del infierno no prevalecerán»; y Pedro también, pues tenía experiencias personales cuando compara Satanás a un león rugiente (1 P. 5:8).
7. La última imposibilidad más hermosa es la de Ro. 8:38, 39: el diablo lo intentará. Dios puede permitirle todo lo que expresa el v. 35, para mayor gloria suya y vergüenza del enemigo, pero Él ha cumplido el v. 27 en muchas ocasiones, y en muchos, que han sido más que vencedores.
Conclusión:
Que la evidencia de estas imposibilidades sirva con su advertencia para hacer posibles nuestra salvación y santificación.
Si usted ha sentido o cree que este sermón le ha tocado su corazón y quiere recibir a Jesucristo como su Salvador personal, solo tiene que hacer la siguiente oración:
Señor Jesús yo te recibo hoy como mi único y suficiente Salvador personal, creo que eres Dios que moriste en la cruz por mis pecados y que resucitaste al tercer día Me arrepiento, soy pecador. Perdóname Señor. Gracias doy al Padre por enviar al Hijo a morir en mi lugar. Gracias Jesús por salvar mi alma hoy. En Cristo Jesús mi Salvador, Amen.
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