Jonas, El Vengativo – Bosquejo para Sermones

Este es el Bosquejo para Sermones «Jonas, El Vengativo » que te servirá para predicar en tu iglesia, en alguna reunión, para poder enseñar la palabra de Dios.

Cita Bíblica: Jonás 3

Introducción:

Jonás era uno de los profetas perseguidos durante el reinado de Acab y Jezabel que recibió orden de trasladarse a Nínive la capital de Asiria para predicar acerca de sus pecados y del juicio de Dios. Pero el profeta que había conocido la historia se espantó y creyó que le recibirían mal y le matarían por lo cual emprendió viaje en dirección opuesta por el Mediterráneo hacia Tarsis (o sea, Cádiz) pero nadie puede ocultarse de Dios.

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1. Dios interviene en su vida: mediante una tempestad poco común en ese mar. Él había tomado pasaje y no era conocido por la tripulación. Todos clamaban a sus dioses respectivos, pero Jonás estaba dormido en la bodega y esto le denunció. El capitán le hizo despertar y le asedió a preguntas por las que sacó que él no podía orar a su Dios porque le había desobedecido, y él mismo se impuso la sentencia de que le echaran al mar. ¿Es que era cerca de la costa y quizá pensaba escaparse nadando? Si fuera así tuvo otra sorpresa desagradable al encontrarse en el estómago de un gran pez. La tradición lo llamó ballena yello produjo muchas objeciones en el siglo pasado. Se dijo que el cuello de las ballenas es demasiado estrecho, pero hallazgos posteriores lo han desmentido. Otra objeción es que los ácidos del estómago del pez que fuera le habrían matado, pero «nada es imposible para Dios» y Él podía haberle preservado la vida, puesto que su objetivo era dar una lección al desobediente profeta, quien de todos modos mantenía la fe de un modo parcial y egoísta, pues oró durante esta aleccionadora experiencia.

2. Justicia y providencia: el autor de los salmos tenía muchas experiencias acerca de que el Dios justo para las naciones es también providente para los individuos. El Sal. 139 es fruto de tal experiencia de parte del rey David y los cristianos tenemos muchas experiencias de que es así. El Sal. 94 es otra ratificación de esta misma lección. El profeta dormido lo había olvidado, y a veces lo olvidamos también los cristianos. Por esto…

a) Dios nos salva en el momento oportuno: podía haber castigado al profeta desobediente, como castigó a otros profetas por faltas más leves (1 R. 13:11–30), pero Dios tenía un plan para Jonás y tenía que cumplirlo. Vendrá un día, obligará a todos los hombres a doblar sus rodillas, pero no ha llegado aún el tiempo y tenemos que obedecer sin ver, ya que «por fe andamos», estamos en la era de la fe.

b) Dios tenía que dar al profeta una lección de justicia y misericordia: al profeta le habría gustado desde su escondite de la calabacera, ver caer luego del Cielo sobre Nínive, ya que el había anunciado el juicio divino y no quería que Dios le hiciese quedar mal. Pero Dios muestra su misericordia.

c) Haciendo secar la calabacera de Jonás, y cuando éste se enojó le habló acerca de sus planes sobre una ciudad aborrecida por el profeta, pero donde había millares de habitantes que no habían tomado parte en las crueldades de sus antecesores y sobre todo en el caso de los niños. Por esto honra Dios una fe incipiente de un pueblo pagano.

3. Una fe muy débil e incierta: durante los 40 días de plazo anunciados por Jonás, el rey se dijo: «Quizá sea verdad lo que ha profetizado este israelita, es cierto que se cuentan cosas muy maravillosas de este pueblo» e invitó a la gente a arrepentirse, por una duda acerca de la justicia de Dios.

4. Las garantías de nuestra fe: nosotros no tenemos que decir «quizá» porque Jesús vino y anunció el juicio de Dios sobre la humanidad entera, pero aseguró que el que en Él creyere tendría vida eterna y se vería libre del juicio condenatorio de Dios. Por esto, Jesús anunció que un día las gentes de Nínive que se arrepintieron por temor a un «quizá» se levantarían en testimonio de que Dios es misericordioso, pero no para los incrédulos que han resistido la buena nueva del Evangelio.

Conclusión:

Estamos en la edad de la gracia, pero ésta no está desprovista de justicia. Jesús demostró su poder durante su vida y ante todo al resucitar de los muertos. ¿No debemos creer su Palabra sobreponiéndola al «quizá» de nuestra razón natural por un «Yo sé en quién he creído y estoy cierto de que es poderoso para guardar mi depósito para aquel día»? (2 Ti. 1:12). ¿A qué depósito se refería el apóstol? A la promesa que Jesús mismo había hecho cuando predicaba a las gentes: «Haceos tesoros en el Cielo» (Mt. 6:19–21; 10:32, 33; 16:17). El apóstol Pablo por su vida activa de servicio a la causa del Señor a pesar de todos los obstáculos encontraría tales tesoros y un afectuoso recibimiento de parte del Señor a quien había servido tanto en libertad como en las cárceles de Roma escribiendo las epístolas.

Si usted ha sentido o cree que este sermón le ha tocado su corazón y quiere recibir a Jesucristo como su Salvador personal, solo tiene que hacer la siguiente oración:

Señor Jesús yo te recibo hoy como mi único y suficiente Salvador personal, creo que eres Dios que moriste en la cruz por mis pecados y que resucitaste al tercer día  Me arrepiento, soy pecador. Perdóname Señor. Gracias doy al Padre por enviar al Hijo a morir en mi lugar. Gracias Jesús por salvar mi alma hoy. En Cristo Jesús mi Salvador, Amen.

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