Los Labradores Malvados – Bosquejo para Sermones

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Este es el Bosquejo para Sermones titulado «Los Labradores Malvados». Nos enseña la parábola de Jesús dirigida al pueblo de Israel.

Cita Bíblica: Marcos 12:1–12

INTRODUCCIÓN:

Ésta es una parábola de Jesús dirigida al pueblo de Israel, en primer lugar, pero que tiene una aplicación a todo el mundo. Jesús se refirió en ella a cinco cosas bien palpables y ciertas.

1. A las grandes bendiciones concedidas al pueblo israelita (Is. 5:1, [2):

a) Dios plantó la nación en la tierra prometida, y Él mismo era su «cerca» y su «torre» (Sal. 18:1, 2).
b) También Dios ha colmado de bienes a la humanidad entera (Mt. 5:45; Hch. 14:17). ¿Qué más podía hacer por este mundo? (Is. 5:4).

2. El reconocimiento esperado por Dios (v. 2):

a) Era de esperar que un pueblo tan favorecido rendiría a Dios los frutos de obediencia, amor, gratitud, santidad y testimonio fiel a los demás pueblos.
b) Pero qué diferente había sido su modo de actuar (Neh. 9:16, 17–26).
c) Igualmente, Dios espera fruto de los hombres a quienes ha dotado de inteligencia y conciencia, pero ¡cuán pocos corresponden a los favores de Dios!

3. Una rebelión constante (vv. 3–8):

¡Con cuánto anhelo envió Dios sus profetas para rogar al pueblo que caminara por sus sendas! Jeremías declara, 11 veces, que Dios les rogó por su boca y ellos le rechazaron (Jer. 7:25, 26:5, 29:19, etc.). Dios también ha enviado sus mensajeros a predicar el Evangelio entre todos los hombres, pero en su gran mayoría éstos han sido rebeldes, y los predicadores, con mucha frecuencia, han experimentado oposición tenaz y violenta, que ha llegado hasta el sacrificio de la vida (Hch. 13:50 y 14:19). Hoy no existe oposición persecutoria, pero sí se da el rechazo de la indiferencia.

4. Un recurso costoso (v. 1): a pesar del rechazo de Israel el amor de Dios no se agotó, sino que envió a su Hijo amado (Jn. 3:16), mucho mayor que los profetas (He. 1:1–2). Pero a éste no sólo lo rechazaron, sino que lo mataron (Jn. 1:11); y esta maldad trajo al mundo la salvación. Todo aquel que no recibe al Hijo de Dios como su Salvador personal se afilia de hecho a los que le crucificaron. Dios considera un gran pecado el no confiar en Jesucristo (Jn. 3:18, 24 y 16:9).

5. Un castigo inevitable (v. 9):

a) Los israelitas fueron castigados con la destrucción de Jerusalén en el año 70 y su esparcimiento por el mundo entero.
b) Los que se niegan a rendir su alma al Señor Jesucristo no podrán escapar del juicio de Dios (Mt. 23:33; He. 2:3 y 10:28, 31; 12:25).

CONCLUSIÓN:

¡Cuán verídica y solemne es la advertencia de Gá. 6:7!

Si usted ha sentido o cree que este sermón le ha tocado su corazón y quiere recibir a Jesucristo como su Salvador personal, solo tiene que hacer la siguiente oración:

Señor Jesús yo te recibo hoy como mi único y suficiente Salvador personal, creo que eres Dios que moriste en la cruz por mis pecados y que resucitaste al tercer día  Me arrepiento, soy pecador. Perdóname Señor. Gracias doy al Padre por enviar al Hijo a morir en mi lugar. Gracias Jesús por salvar mi alma hoy. En Cristo Jesús mi Salvador, Amen.

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