Lecciones del Creyente Abraham – Bosquejo

abraham, profeta, lecciones

Cita Bíblica: Génesis 17:15–22

INTRODUCCIÓN:

El diluvio fue un cambio tan grande en el mundo que no sólo perecieron las generaciones de Adán hasta Noé, sino que el mismo mundo antiguo quedó enterrado en una capa muy espesa de lodo. Los arqueólogos han tenido que cavar y atravesar tres metros de lodo para llegar a la ciudad de Abraham en Ur de los caldeos. Pero aún era una raza de pecadores. Noé mismo se embriagó, y los hijos, nietos y biznietos de aquel gran patriarca edificaron una torre, no sabemos con qué objeto, si asaltar el Cielo o conseguir seguridad en caso de otro diluvio. Hoy los arqueólogos han descubierto una montaña de arena con un camino que da vueltas alrededor, así fue esparcida la simiente de Noé, y el culto primitivo que se practicaba al Dios creador quedó olvidado.

Según la tradición judía, Abraham luchó contra la idolatría, hasta que Dios le llamó a salir de Ur de los caldeos. Podemos, pues, considerar que Abraham era un creyente del culto al Dios Altísimo, que se practicó por los descendientes de Set, hasta que su mezcla con las hermosas muchachas descendientes de Caín llevaron la confusión religiosa al mundo y la maldad que determinaron al Todopoderoso a enviar el diluvio sobre el mundo entero.

1. Un mandato difícil: lo mejor era dejar mucha tierra buena que quedaba en la desembocadura del Eufrates, a 150 kilómetros del mar. Parece que habían pasado 400 años desde el diluvio, y Abraham, que era muy querido, pues Taré no le dejó partir solo, le acompañó en sus primeras jornadas, pero Dios quería preparar un pueblo aislado que conservara la fe antigua e hizo a Abraham grandes promesas.

2. Un mandato garantizado: todos los mandatos de Dios van acompañados de promesas en cada edad, especialmente cuando se cumplió la gran promesa de la venida del Hijo de Dios al mundo, se multiplicaron las promesas…

a) Cree… y serás salvo.

b) Buscad primeramente… y todas las cosas serán añadidas.

c) Venid a Mí… los trabajados y cargados y os haré descansar.

d) El que deja padre o madre… tendrá cien veces más (esto se refiere sin duda a la edad del Milenio sobre la Tierra, pues nadie en la presente época del dominio temporal de Satanás ha recibido tal promesa, pero la declaración en el presente «aion» da a entender que ha de tener lugar sobre la Tierra).

e) Sé fiel hasta la muerte… y yo te daré la corona de la vida. Ésta es una promesa para el final de la vida, ya que tenemos textos que afirman que el morir es ir a estar con el Señor.

3. Un mandato cumplido: Abraham se quedó con su padre en Harán, pero Dios había dicho: «Deja a tu padre y a tu madre y vete a la tierra que yo te mostraré», y ello es una lección acerca de la influencia de los consejos bien intencionados muchas veces, pero que privan la libertad. Taré murió y Abraham no siguió su camino de fe hasta que estuvo libre de su influencia, y antes de dejar Ur podemos figuramos cómo luchó con otros miembros de su familia, como su hermano Nacor.

a) Jesús también dice en Mt. 19:29 acerca de dejar a familiares que se oponen. Estos textos del Evangelio han sido mal empleados por líderes de sectas diversas, como los llamados «Niños de Dios», pero Jesús no dice: «por causa de una secta o de un líder», sino «por causa de Mí». Esto significa que sólo en el caso de que familiares se opongan hasta tal punto a la profesión de fe, el creyente debe poner primero al Señor Jesús. Éste es el caso ocurrido muchas veces con mártires y misioneros deseosos de cumplir la voluntad de Dios.

b) Juan el apóstol descubrió el amor de Dios y estaba pasmado de la importancia y gloria de sus promesas. Por, algún tiempo no fue más que un desterrado en Patmos, pero miraba al futuro lejano, pues las promesas de Dios nunca dejarán de cumplirse. El mundo no nos conoce porque no le conoce a Él. Todos los santos han tenido un secreto basado en la Palabra de Dios, sólo lo descubren los que tienen un corazón para ello. Fijémonos que la promesa de Cristo incluye las palabras «en la regeneración», lo que da a entender el Milenio. Dios tiene planes tan grandes que son inimaginables para los creyentes. Abraham nunca podía imaginarse lo que fue su descendencia y mucho menos lo que será para aquellos que no sólo esperan en las promesas de Dios en esta vida, sino en el «aion» venidero.

4. Un mandato con esperanza: «La tierra que yo te mostraré…». Los creyentes andamos por fe hacia una tierra desconocida. Los científicos humanos no han encontrado sino mundos vacíos peores que el nuestro, pero Dios tiene lo que posiblemente fue revelado a Abraham según He. 11:10. Esta cita de Hebreos nos hace creer que Abraham tuvo otras revelaciones de Dios que no están consignadas en el A.T. Así nosotros andamos por fe hacia un mundo prometido y asegurado por las promesas de Jesús (Jn. 14:14) y tenemos muchas más razones para creer a Jesucristo hecho hombre por amor a nosotros, que las que tenía Abraham y que sus conciudadanos consideraban sin duda quimeras de su imaginación aquella voz que él decía haber oído de Dios, un Dios desconocido llegado sólo a sus oídos por tradiciones del Edén, pero por su fe lo veía más allá de las estrellas, «Por amor del cual realizó grandes heroicidades materiales, como la separación de su sobrino Lot, pero él era un amigo de Aquel cuya voz había escuchado y en quien creía, como el Dios de toda la Tierra» (Gn. 18:25), pese a sus escasos cononocimientos geográficos, pero manifestando con ello su fe en un Dios único, poderoso e inmenso.

CONCLUSIÓN:

Abraham fue el padre de la fe según el sentir de todos sus descendientes por muchos siglos. Pero era una fe susceptible a vaivenes y errores, poniéndose a sí mismo en apuros de los cuales siempre vino a sacarle el Señor en sus viajes a Egipto y sus relaciones con personas poderosas de la Tierra. Nosotros, aunque no hayamos oído ninguna voz del Cielo, tenemos buenos motivos para creer en la grandeza y poder de Dios, por la resurrección de Jesucristo y el testimonio de tantos hermanos fieles que nos han precedido. ¡Que Él nos ayude y aumente nuestra fe para evitar tristes consecuencias en nuestra vida, y esperar lo que nos ha prometido en el Reino futuro!

Si usted ha sentido o cree que este sermón le ha tocado su corazón y quiere recibir a Jesucristo como su Salvador personal, solo tiene que hacer la siguiente oración:

Señor Jesús yo te recibo hoy como mi único y suficiente Salvador personal, creo que eres Dios que moriste en la cruz por mis pecados y que resucitaste al tercer día  Me arrepiento, soy pecador. Perdóname Señor. Gracias doy al Padre por enviar al Hijo a morir en mi lugar. Gracias Jesús por salvar mi alma hoy. En Cristo Jesús mi Salvador, Amen.

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