Nadie – Bosquejo para Sermones

En este bosquejo nos explica que la palabra nadie tiene varios significados en la Biblia y que fue ocupada por el apóstol Juan.

Cita Bíblica: Juan 14

Introducción:

nadie, soledad, silencio, anormal, vacio

La palabra «nadie» es una expresión negativa, pero en muchos casos se trata de una expresión afirmativa y positiva, cuando se utiliza como término de comparación o de ponderación. En tal sentido se usa en el Evangelio de Juan varias veces y el estudio de esta simple palabra puede resultamos de gran enseñanza y edificación.

1. Como declaración de poder (Jn. 3:2): «Nadie podría hacer estas señales si no fuera Dios con Él». Los fariseos atribuyeron las obras milagrosas del Señor Jesús a poder diabólico (Mt. 12:24), pero Nicodemo reconoció en ellas el poder divino y así era. Veamos seguidamente unos ejemplos:

a) En Mr. 5 vemos un hombre que nadie pudo domar, excepto el Señor (vv. 4, 15).

b) En Mr. 5:29 se cuenta de una mujer que nadie pudo sanar, curada por Cristo.

c) En Mr. 5:41 vemos a una niña que nadie podía resucitar, pero Jesús lo hizo.

d) Pero Cristo puede hacer mucho más, aun sin estar con nosotros en presencia corporal. Él es el resucitado y ascendido todopoderoso, el único que puede salvar eternamente a los que por Él se allegan a Dios (He. 7:25).

2. Una afirmación de amor (Jn. 15:13): «Nadie tiene mayor amor que éste…», dice el mismo Señor. Algunas personas, no muchas, han dado su vida por su patria o por un amigo, pero ninguna lo ha hecho por un enemigo; pero Pablo mismo era un ejemplo de cómo el Señor se compadeció de él y le salvó siendo un enemigo (Ro. 5:6–8). El amor de Cristo no tan sólo supera a todo amor humano, sino que, como dice Pablo, excede a todo conocimiento (Ro. 5 6–8; Gá. 2:20; Ef. 3:19).

3. Una afirmación de voluntad (Jn. 10:17, 18): «Pongo mi vida…» «Nadie me la quita». El Señor no murió como un mártir impotente, sino como un sacrificio voluntario. En diversas ocasiones, sus enemigos atentaron contra su vida en vano (Lc. 4:29–30; Jn. 8:59). El Señor demostró que no podían tocarle sin su permiso en el mismo huerto de Getsemaní (Jn. 18:4–6). Su resurrección comprobó que su muerte era voluntaria, redentora y victoriosa (Fil. 2:6–11; He. 10:5–12).

4. Una afirmación de seguridad (Jn. 10:28): «Nadie las arrebatará de mi mano». He aquí la «caja fuerte» de la cual nadie puede sustraer los «tesoros» del Hijo y del Padre. Pablo tenía plena confianza en esta seguridad (2 Ti. 1:12. véase también Jn. 5:24).

5. Una afirmación amonestativa (Jn. 14:6): «Yo soy el Camino… nadie viene al Padre sino por Mí». Todo aquel que procure ir al Cielo por otro camino jamás llegará, pues representa que desprecia el amor de Cristo, rechaza su sacrificio, desconfía de su poder y rehúsa creer a su Palabra. ¿Cómo puede Dios aceptar a semejante persona?

Si usted ha sentido o cree que este sermón le ha tocado su corazón y quiere recibir a Jesucristo como su Salvador personal, solo tiene que hacer la siguiente oración:

Señor Jesús yo te recibo hoy como mi único y suficiente Salvador personal, creo que eres Dios que moriste en la cruz por mis pecados y que resucitaste al tercer día  Me arrepiento, soy pecador. Perdóname Señor. Gracias doy al Padre por enviar al Hijo a morir en mi lugar. Gracias Jesús por salvar mi alma hoy. En Cristo Jesús mi Salvador, Amen.

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