Parábola de la Gran Cena – Bosquejo para Sermones

Gran Cena, ultima, jesus, apostoles

Cita Bíblica: Lucas 14:15–24

Introducción:

Jesús estaba observando en un convite en casa de un fariseo rico cómo los convidados escogían los primeros puestos de honor y empezó a exhortar—probablemente, en voz baja—a sus discípulos que no imitaran a aquellos orgullosos huéspedes, sino que fueran humildes para poder ser ensalzados, y siguió recomendándoles una política bien diferente a la del mundo, diciéndoles que cuando favorecieran a los humildes, en vez de esperar la recompensa de sus convidados, les sería recompensado por Dios en la resurrección de los justos.

Al oír esto uno de los invitados—quizás, más cercano al grupo apostólico—exclamó: «¡Qué felices serán los que puedan tener acceso al banquete eterno!» Esto motivó que Jesús explicara esta parábola o ejemplo, que contiene…

1. Una gran invitación (v. 17):

Por medio de la predicación del Evangelio Dios invita a los hombres a disfrutar de las bendiciones que ha preparado para los que aceptan su oferta mediante Jesucristo. Jesús aseguró a sus discípulos que iba a preparar un lugar para ellos (Jn. 14:1–3) y en su oración al Padre anticipa la gloria y hermosura que encontrarán en aquel lugar sus convidados (Jn. 17:24). Realmente, ¿qué fiesta más grande y más rica puede haber que la de la salvación y la felicidad eterna? (1 Co. 2:9, 10; Ef. 1:3).

2. Un gran desprecio (vv. 18:20):

Los primeros invitados rechazaron la invitación por amor a sus negocios (véase con vv. 26 y Mt. 19:21–22). Nadie puede ofrecer a Dios una razón justificada por no aceptar el Evangelio. Nadie se atreverá a darle una excusa en el día del juicio.

3. Una gran misericordia (v. 21):

Los primeros invitados representan los judíos. Dios no retiró sus ofertas de salvación, sino que las envió a los gentiles (Mr. 16:15 y Hch. 13:45–47). Ya en los días de Jesús había personas notables y religiosas que despreciaban la oferta, de modo que Jesús pudo responder a Juan cuando le hizo interrogar sobre si El era el Mesías: «A los pobres es anunciado el Evangelio», y así ha sido en cada siglo. Ya lo era en los días de Pablo (1 Co. 1:26), y siempre ha sido así. En nuestros días hay despertamientos en Corea y Nigeria, así como entre gitanos, en nuestro propio país, España, mientras que los llamados religiosos, pagados de sí mismos, rechazan el Evangelio sencillo.

4. Un gran propósito:

«Para que se llene mi casa…» (v. 23):según referencias de las epístolas, Dios tiene un número determinado de almas que han de ser salvas, antes de que venga el Señor (2 P. 3:12, V. 1977).

5. Una gran pérdida (v. 24):

Con esta figura, es representada la salvación eterna. Jesús dijo que cuando ya sea tarde, muchos procurarán entrar, mas no podrán (Lc. 13:24–29).

Conclusión:

Es necesario asegurar la entrada hoy, por medio de la fe.

Si usted ha sentido o cree que este sermón le ha tocado su corazón y quiere recibir a Jesucristo como su Salvador personal, solo tiene que hacer la siguiente oración:

Señor Jesús yo te recibo hoy como mi único y suficiente Salvador personal, creo que eres Dios que moriste en la cruz por mis pecados y que resucitaste al tercer día  Me arrepiento, soy pecador. Perdóname Señor. Gracias doy al Padre por enviar al Hijo a morir en mi lugar. Gracias Jesús por salvar mi alma hoy. En Cristo Jesús mi Salvador, Amen.

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