Parábola del Rico Insensato – Bosquejo para Sermones

Este es el Bosquejo para Sermones titulado «Parábola del Rico Insensato» que nos enseña que no tenemos que preocuparnos por lo material…

Cita Bíblica: Lucas 12:13–21

Introducción:

Parabola del Rico, millones, dinero, moneda, abundancia, insensatoEsta parábola fue consecuencia de una proposición materialista hecha al Salvador. Nótese que Él estaba en medio de un discurso en el que se refirió al alma y a la otra vida (vv. 4 y 5), con tal solemnidad que exhorta a las gentes a no preocuparse de salvar el cuerpo cuando estuvieran en peligro de muerte (v. 12), y uno de la multitud le interrumpió con un negocio personal. Para el que veía los asuntos de la vida desde la altura de donde Jesús procedía, no puede menos que sentir lástima por las vanas preocupaciones humanas, y ello dio lugar a la más apremiante parábola de todas las que pronunció el Salvador. En ella vemos.

1. Un hombre prosperado (v. 16): probablemente, envidiado por sus vecinos. «¡Éste sí que tiene suerte!», se dirían.

2. Un hombre preocupado (v. 17): pero entre sus pensamientos no había ninguno tocante a Dios (Sal. 10:4).

3. Un hombre perplejo (v. 17): había muchos pobres a quienes habría podido dar lo sobrante (1 Ti. 6:17–19). Pero no tenía amor para con sus prójimos, sólo pensaba en sí mismo.

4. Un hombre previsor (vv. 18, 19): pero la previsión puede ir más allá de los límites naturales y convertirse en avaricia. ¡Qué vida holgada pensaba disfrutar durante muchos años! (Sal. 49:10, 11).

5. Un hombre perdido (v. 20). Era un necio porque:

a) Hizo previsión para esta vida, pero ninguna para la eternidad.

b) Codició las riquezas terrenales sin interesarse en las celestiales (Mt. 6:19–21). El consejo de Jesucristo es totalmente al revés (Mt. 6:33, 34).

c) Confió que iba a vivir muchos años, sin considerar que la muerte es un enemigo que no avisa (Pr. 27:1; Stg. 4:13, 14).

d) Creyó que su alma era suya para disponer de ella a su gusto, llenándola de placeres, sin tener en cuenta que se hallaba en las manos de Dios (Ez. 18:4). Ningún hombre es señor de su destino.

6. Un hombre que vivió en vano (v. 20): no podía llevarse nada a la eternidad. Por esto Jesús nos amonesta a hacer tesoros en los Cielos y poner los asuntos del Reino de los Cielos en primer lugar (Mt. 6:33).

Si usted ha sentido o cree que este sermón le ha tocado su corazón y quiere recibir a Jesucristo como su Salvador personal, solo tiene que hacer la siguiente oración:

Señor Jesús yo te recibo hoy como mi único y suficiente Salvador personal, creo que eres Dios que moriste en la cruz por mis pecados y que resucitaste al tercer día  Me arrepiento, soy pecador. Perdóname Señor. Gracias doy al Padre por enviar al Hijo a morir en mi lugar. Gracias Jesús por salvar mi alma hoy. En Cristo Jesús mi Salvador, Amen.

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