El Plan de Misiones – Bosquejo

Bosquejo para Sermones.

Cuando pensamos en misiones recordamos las palabras de Jesús sobre este asunto en Mateo 28:18-20 y Hechos 1:8.

«Y Jesús se acercó y les habló diciendo: Toda potestad me se dada en el cielo y en la tierra.  Por tanto, id, y hacer discípulos a todas las naciones, bautizándolos en el nombre del Padre, y del Hijo y del Espíritu Santo; enseñándoles que guarden todas las cosas que os he mandado; y he aquí estoy con vosotros todos los días, hasta el fin del mundo. Amén»  Mateo 28:18-20

«Pero recibiréis poder, cuando haya venido sobre vosotros el Espíritu Santo, y me seréis testigos en Jerusalén, en toda Judea, en Samaria, y hasta lo último de la tierra».  Hechos 1:8

La palabra misionemisiones, bosquejo, planro significa alguno que va a un lugar con un propósito específico, con una tarea para hacer.  En relación con el evangelio, es llevar el mensaje de salvación a un lugar distinto, a veces distante y desconocido.

En los cuatro evangelios encontramos la historia del gran misionero, el Señor Jesucristo, que dejó su hogar celestial y llegó a este mundo con el propósito de ser nuestro Salvador.

«Porque el Hijo del Hombre vino a buscar y a salvar lo que se había perdidos». Lucas 19:10

En el evangelio de Mateo encontramos las palabras de Jesús sobre este asunto.  Vamos a leer el capítulo 9:35 – 10:5 y ver lo que Jesús habló sobre misiones.

1.           LA OBSERVACIÓN – «Al ver las multitudes» Vs. 9:36

Jesús estaba siempre mirando para las personas en vuelta de El y viendo sus necesidades.

«¿No decís vosotros: Aún faltan cuatro meses para que llegue la siega?  He aquí os digo: alzad vuestros ojos y mirad los campos, porque ya están blancos para la siega».  Juan 4:35

Jesús vio el mundo desamparado y las personas como ovejas sin pastor.  Jesús sabía que las personas estaban sin alguno para enseñarles el camino para el cielo, y que no pudrían encontrar el camino para llegar a este lugar celestial.

Cristo sabía que los ojos dos incrédulos estaban ciegos por Satanás.

«En los cuales el dios de este siglo cegó el entendimiento de los incrédulos, para que no les resplandezca la luz del evangelio de la gloria de Cristo, el cual es la imagen de Dios».  2 Corintios 4:4

Pablo también observó el mundo perdido.

«Mientras Pablo los esperaba en Atenas, su espíritu se enardecía viendo la ciudad entregada a la idolatría».  Hechos 17:16

2.           LA COMPASIÓN – «tuvo compasión de ellos»  Vs. 9:35

Una cosa es ver la necesidad de alguno, y otra cosa hacer algo para aliviar o ayudar la persona con su necesidad.

«Y saliendo Jesús, vio una gran multitud, y tuvo compasión de ellos, porque eran como ovejas que no tenían pastor; y comenzó a enseñarles muchas cosas».  Marcos 6:34

La Biblia enseña que como cristianos debemos tener compasión de las multitudes que encontramos sin Cristo.

«Finalmente, sed todos de un mismo sentir, compasivos, amándoos fraternalmente, misericordiosos, amigables».  1 Pedro 3:8

3.           LA ORACIÓN – «Rogad»  Vs. 9:35

La oración es un medio que usted puede usar para participar y ayudar en la obra de misiones.

«Cooperando también vosotros a favor nuestro con la oración, para que muchas personas sean dadas gracias a favor nuestro por el don concedido a nosotros por medio de muchos».  2 Corintios 1:11

La oración es de suma importancia en la obra misionaría y debemos tener propósitos específicos en nuestras oraciones.

A.          DEBEMOS ORAR PARA QUE HAYA MAS OBREROS –

«Rogad, pues, Señor de la mies, que envíe obreros a su mies». Mateo 9:38

B.           DEBEMOS ORAR PARA LA SEGURIDAD DE LOS MISIONEROS –

«Por lo demás, hermanos míos, fortaleceos en el Señor, y en el poder de su fuerza.  Vestios de toda la armadura de Dios, para que podáis estar firmes contra las asechanzas del diablo.  Porque no tenemos lucha contra sangre y carne, sino contra principados, contra potestades, contra los gobernadores de las tinieblas de este siglo, contra huestes espirituales de maldad en las regiones celestes.  …..  «Orando en todo tiempo con toda oración y súplica en el Espíritu, y velando en ello con toda perseverancia  súplica por todos los santos».  Efesios 6:10-12, 18

C.          DEBEMOS ORAR PARA LAS ALMAS PERDIDAS –

«Hermanos, ciertamente el anhelo de mi corazón, y mi oración a Dios por Israel, es para salvación».  Romanos 10:1

Tal vez Usted no puede ir al campo misionero, pero Ud.  puede tener parte e ayudar  otros por  sus oraciones y interés en sus trabajos.

4.           LA ACCIÓN – «a estos doce envió Jesús»  Vs. 10:5

El plan de Dios es para que hombres y mujeres escuchen la llamada del Señor para llevar el evangelio al mundo perdido.  El propio Jesús escogió doce apóstoles para ser los primeros misioneros y los mandó a predicar el mensaje de salvación.

Las últimas palabras de Jesús fueron órdenes para que su iglesia lleve este mensaje maravilloso hasta los confines de la tierra.

«Y les dijo: Id por todo el mundo y predicad el evangelio a toda criatura».  Marcos 16:15

Hasta hoy el Señor continua llamando personas para que lleven el evangelio a otros pueblos en otros países.  Usted puede ser uno de ellos.

Es mucho más fácil escuchar la llamada del Señor cuando Usted está  activamente sirviendo a Dios en su iglesia cono Pablo y Bernabé estaban haciendo en la iglesia de Antioquia.

«Había entonces en la iglesia que estaba en Antioquia, profetas y maestros: Bernabé, Simón el que se llamaba Niger, Lucio de Cirene, Manaén el que se había criado junto con Herodes el tetraca, y Saulo.  Ministrando éstos al Señor, y ayunando, dijo el Espíritu Santo: Apartadme a Bernabé y a Saulo para la obra a que los he llamado.  Entonces habiendo ayunado y orado, les impusieron las manos y los despidieron».  Hechos 13:1-4

Si usted ha sentido o cree que este sermón le ha tocado su corazón y quiere recibir a Jesucristo como su Salvador personal, solo tiene que hacer la siguiente oración:

Señor Jesús yo te recibo hoy como mi único y suficiente Salvador personal, creo que eres Dios que moriste en la cruz por mis pecados y que resucitaste al tercer día  Me arrepiento, soy pecador. Perdóname Señor. Gracias doy al Padre por enviar al Hijo a morir en mi lugar. Gracias Jesús por salvar mi alma hoy. En Cristo Jesús mi Salvador, Amen.

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