La Religión del Dios Alto Antediluviana – Bosquejo

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Cita Bíblica: Génesis 5:1–27

INTRODUCCIÓN:

Los escépticos, al leer con poca atención los primeros capítulos del Génesis, preguntan: «Adán y Eva tuvieron dos hijos, Caín y Abel. Caín mató a Abel. ¿De quién, pues, tenía temor Caín cuando Dios le reprendió por su crimen y le puso señal para que cualquiera que le hallara no le matara?». Luego se dice que «salió Caín de delante de Jehová y habitó en tierra de Nod al oriente del Edén». Esto es por no fijarse en los vv. del 3 al 6 del cap. 5, donde leemos: «Y fueron los días de Adán después que engendró a Set ciento treinta años, y engendró hijos e hijas». Si Adán vivió 130 años después de engendrar a Set y durante este tiempo había engendrado hijos e hijas, tenemos que deducir lógicamente: que Caín se casó con una hermana mucho más joven que él; que durante estos 130 años en que Caín se apartó de su familia y del contacto con los descendientes de Set (Gn. 5:7) se iniciaron dos ramas genealógicas, los que mantuvieron el recuerdo del Edén y los que se alejaron con Caín, quien se había apartado de su familia para fundar una ciudad amurallada, no sólo por temor a las bestias salvajes de la tierra, sino también de sus propios parientes a los que temía que procuraran vengar la muerte de su hermano. Es de notar que Caín tuvo un hijo al que puso el mismo nombre que diera a su ciudad, Enoc, que algunos comentadores han confundido con el segundo Enoc hijo de Jared. Naturalmente, la religión del Dios Alto profesada por los descendientes de Set era más bien un conocimiento y un temor reverencial del Dios que había arrojado a Adán y Eva del jardín del Edén, pues desconocían el propósito misericordioso del mismo Dios que vino a revelarnos Jesucristo. Tenemos diversas pruebas en el mismo libro de Génesis respecto al culto al Dios Altísimo anterior al diluvio.

1. Revelaciones anteriores al Sinaí: 

Dios dio al pueblo de Israel sus mandamientos en los días de Moisés en el monte Sinaí, casi tres mil años después del diluvio. Sin embargo:

a) ¿De dónde sacó José la idea de que adulterar con la mujer de Potifar era pecado? (Gn. 39:9).
b) Igual podemos deducir del día de reposo semanal ordenado a Israel, ya que en Gn. 20:9, 10 leemos: «Acordarte has del día de reposo para santificarlo». No es una nueva institución, sino una renovación o recuerdo de algo que Dios había ya revelado.
c) La ley de los sacrificios, pues Abel y Caín, como más tarde el patriarca Noé, hicieron altares y sacrificaron a Dios de diversas maneras.
d) Otra prueba del culto al Dios Alto anterior a Moisés es el caso de Melquisedec, rey de Salem y sacerdote del Dios Alto, a quien Abraham ofreció los diezmos del botín adquirido con motivo de la derrota de los reyes confederados que subieron contra Sodoma antes de que esta ciudad fuera destruida por el fuego del cielo.

2. Dos líneas genealógicas desde Adán:

a) La declaración de Gn. 4:25: «Entonces los hombres empezaron a invocar el nombre de Jehová» demuestra que fue Set un profeta de Dios, que trajo un despertamiento espiritual a su pueblo. Eva lo llamó Set, que significa «sustituto» de Abel. Posiblemente ella recordaba la promesa de Gn. 3:15, o sea, que habría un descendiente de la mujer que aplastaría la cabeza de la serpiente, pero no fue así, sino que debía venir en el transcurso de los tiempos el Mesías «Herido por nuestras rebeliones, molido por nuestros pecados, Dios hecho hombre» y Set no fue sino un heraldo en aquella antiquísima época de aquel que tenía que venir. Sin duda, fue al final de esta etapa de adoración al Dios Alto a lo que Pablo se refiere en Ro. 1:21 acerca de la degradación de aquellos que habiendo conocido a Dios no le glorificaron como a Dios ni le dieron gracias, y la deducción lógica es que esto aconteció cuando se mezclaron las dos razas (Gn. 6:1–3), cuando Dios tuvo que hacer venir el diluvio sobre la Tierra en los días próximos a Jared, abuelo de Noé. Otro hombre que la Sagrada Escritura designa como justo a pesar de que la Palabra de Dios no oculta su pecado de embriaguez, por ignorancia de los efectos que producía el zumo de la vid…

b) Pero desde Set hasta Enoc parece haberse practicado en la Tierra el culto al Dios Alto de los que habían conocido a Dios y las enseñanzas que Adán había recibido del Todopoderoso en el tiempo en que prevaleció su inocencia y era visitado con frecuencia por aquella teofanía que no sabemos cuánto duró, pero debería ser un tiempo suficientemente largo para que Dios trajera ante nuestro padre Adán todas las bestias a quienes él puso nombre. Estos dos nombres iguales pero tan diferentes en su carácter y actuaciones han sido considerados por muchos predicadores como tipos de dos clases de personas que existirán en el mundo cuando Jesús vuelva, algunos de los cuales tendrán el privilegio que tuvo el segundo Enoc, de no ver muerte, pero aun cuando han sido envidiados por muchas generaciones, desde los días de Pablo (2 Co. 5:4), no son mucho más privilegiados que los que hemos de entrar en la Casa del Padre en el mismo momento de la muerte y acompañar a nuestro Señor en su venida (véase Fil. 1:24; 1 Ts. 4:14; Ap. 14:13).

CONCLUSIÓN:

Estos y otros muchos textos del Nuevo Testamento y aun del Antiguo nos prueban que la muerte no es algo tan terrible como se ve desde este lado de la vida, sino que al hacemos viejos nos estimula a aprovechar el tiempo y las oportunidades que tengamos para hacer cosas agradables al Señor mientras estamos en la carne, aunque sea con menos facilidades que cuando éramos jóvenes, a fin de continuar en esta misma actitud cuando el Señor nos llame al hogar celestial (véase 2 Co. 5:6–9).

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