Tempestades en la Vida – Bosquejo

En la vida muchas veces pasamos por tiempos difíciles, tormentos y tempestades que vienen por varias razones.  Debemos buscar la razón de éstas tempestades y aprender una lección de ellas.

tempestad, tormenta, tempestades1.  LA GRAN TEMPESTAD DE JONAS – Jonás Cap. 1

Esta tormenta vino directamente por causa del pecado.  Jonás había recibido una llamada del Señor para ir a la gran ciudad de  Nínive a predicar,  pero no quiso.   Pensó que podía huir de la presencia del Señor en desobediencia.  «Vino palabra de Jehová a Jonás hijo de Amitai, diciendo: Levántate y ve a Nínive, aquella gran ciudad, y pregona contra ella; porque ha subido su maldad delante de mí.  Y Jonás se levantó para huir de la presencia de Jehová a Tarsis, y descendió a Jope, y halló una nave  que partía para Tarsis: y pagando su pasaje, entró en ella para irse con ellos a Tarsis, lejos de la presencia de Jehová.»  Jonás 1:1-3

Muchas veces en la vida cristiana los problemas y dificultades vienen por causa de nuestra desobediencia al Señor y su palabra, la Biblia.  El pecado tiene su precio.  Leemos que Jonás «pagó su pasaje» vs. 3.  Es una ley Bíblica que lo que una persona sembrare, eso también segará.  «No os engañéis; Dios no puede ser burlado: pues todo lo que el hombre sembrare, eso también segará».  Gálatas 6:7

El pecado de Jonás no solamente causó daño a su vida, pero también a la vida de las otras personas que estaban con el en el navío.  Un padre que no está dispuesto a seguir la dirección del Señor puede causar mucho daño a su familia.  Una esposa que quiere su propia voluntad en vez de seguir a su esposo y apoyarlo en su trabajo puede traer mucho daño a su trabajo y a su iglesia.

La Palabra de Dios tiene una solución para calmar esta tempestad.  «Yo reprendo y castigo a todos los que amo; sé, pues, celoso, y arrepiéntete.» Apoc. 3:19  Jonás se arrepintió de su rebeldía y fue bendecida grandemente cuando predicó en Nínive.

2.   LA TEMPESTAD DEL APOSTOL PABLO en Hechos 27.

Esta tempestad no vino por causa del pecado o rebeldía.  Pablo estaba deseoso de llegar a la ciudad de Roma para predicar el evangelio allá y visitar a los cristianos.  Esta vez la tempestad no cesó, pero Dios estaba con ellos en medio de ella. Pabló  dijo: «confío en Dios» vs. 25 y por su fe todos los otros en el navío fueron salvos de la tempestad.

Muchas veces en la vida cristiana hay tormentas y tempestades, pero el Señor ha prometido estar con nosotros en medio de ellas. «…y he aquí yo estoy con vosotros todos los días, hasta el fin del mundo»  Mateo 28:20  «Sean vuestras costumbres sin avaricia, contentos con lo que tenéis ahora; porque él dijo: No te desampararé, ni te dejaré; de manera que podemos decir confiadamente: El Señor es mi ayudador; no temeré lo que  me pueda hacer el hombre»  Hebreos 13:5-6.

Muchas veces en la vida una tempestad puede venir en forma de una enfermedad.  El pastor Charles Spurgeon de Inglaterra pastoreó la gran iglesia Metropolitano Tabernáculo. Esta iglesia creció tanto que llegó a ser la mayor iglesia Bautista del mundo durante su vida.  Por 38 años más de 5,000 personas llenaron su iglesia tres veces por semana para escuchar sus mensajes.  El ha sido llamado por muchos «el príncipe de los predicadores».  Pero en los últimos 15 años de su vida sufrió un gran dolor en sus articulaciones y quedó muchas veces en una silla de ruedas, pero no se desanimó y pastoreó hasta el final de su vida cuando murió en 1892 con 58 años.

Su esposa Susana también sufrió físicamente y con sólo 33 años quedó inválida por lo que tuvo que quedarse en la cama.  Solamente fue llevada a la iglesia cuando su esposo celebró sus 25 años como pastor de la iglesia.  Pero eso no la desanimó y fue muy activa, apoyando a su esposo en muchas maneras.  Ella fundó una sociedad para distribuir libros a los pastores pobres y durante su vida más de cien mil libros fueron dados a los pastores de Europa.

No se desanime, sea como Pablo y diga: «Yo confío en Dios».

Si usted ha sentido o cree que este sermón le ha tocado su corazón y quiere recibir a Jesucristo como su Salvador personal, solo tiene que hacer la siguiente oración:

Señor Jesús yo te recibo hoy como mi único y suficiente Salvador personal, creo que eres Dios que moriste en la cruz por mis pecados y que resucitaste al tercer día  Me arrepiento, soy pecador. Perdóname Señor. Gracias doy al Padre por enviar al Hijo a morir en mi lugar. Gracias Jesús por salvar mi alma hoy. En Cristo Jesús mi Salvador, Amen.

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