Los Tropiezos de la Fe: Jacob – Bosquejo

sueño de jacobCita Bíblica: Hebreos 11:21

 INTRODUCCIÓN:

Es fácil llevar a cabo un gran propósito de fe y hacer planes de amor y servicio al Todopoderoso, cuando tenemos alguna evidencia de que Él está con nosotros y por nosotros. Esto es lo que le sucedió a Jacob en Bethel. Fue un gran momento de acercamiento de su alma sedienta de Dios y turbada entre los ejemplos de piedad que había recibido de su abuelo Abraham, y en una menor medida de su anciano padre, que también mantuvo la fe hasta el fin en el Autor del llamamiento a su abuelo. Bethel fue el descubrimiento de Dios, a lo que en nuestros días equivale a la conversión y transformación espiritual de los millones de corazones que encuentran a Dios y se unen a Él por una fe viva. Pero la vida de fe no es una pista llana y suave, sino un camino a veces abrupto en el que ha de obtenerse la victoria en medio de muchas desazones y contrariedades, muchas de las cuales, por no decir todas, son proporcionadas por la misma Providencia para hacer eficaz y de valor nuestra propia fe.

1. La vida de Jacob es un conjunto de contrariedades, empezando con la de su propio matrimonio y continuando a causa del carácter astuto y conflictivo de su suegro. No obstante, él continuaba viendo en las circunstancias que rodeaban su vida la mano de Dios. Las veleidades y contradicciones del carácter de su suegro con respecto a sus labores, se veían colmados y contrarrestados por la bendición de Dios que le fue prometida en Bethel, y ello era suficiente para mantener su fe. ¿No es esto lo que nos ocurre muchas veces a todos los creyentes cuando somos zarandeados por las adversidades de la vida?

2. Vino un momento en que la prueba llegó a su colmo. No se trataba de pérdidas reparables con su trabajo y contra astucia, sino de una amenaza de extinción de su tribu. No se trataba de un suegro más o menos enojado, pero que al fin y al cabo era padre de sus esposas y abuelo de sus hijos, sino de un hermano enojado desde muchos años atrás, que había jurado deshacerse de él, y, según todas las apariencias estaba resuelto a llevarlo a cabo. ¿No nos ocurren también circunstancias semejantes en nuestras vidas normales? Jacob buscó auxilio en la oración insistente, para conseguir la bendición de Dios. ¿Y no es éste también nuestro único refugio? (Sal. 121:1, 2).

3. Culpable por culpa de otros (Gn. 34). Este capítulo es un borrón negro en la historia de Jacob y del pueblo de Israel. Muchos se han extrañado de hallar tal historia en la Biblia, pero Dios no disimula las vilezas de los hombres, aun de sus elegidos. Lo hijos de Jacob, Simeón y Leví, debían tener un nombre honroso en la historia de las tribus de Israel, pero el Espíritu de Dios nunca dice bueno a lo malo, por política o conveniencia. Nos conviene, empero, tener en cuenta que para Dios, que ve la vida y la historia humanas desde el otro lado de la muerte, las perspectivas son diferentes, pues ha de venir un día en que los hombres serán juzgados según sus obras y la vergüenza que semejante acto ha arrojado por la historia bíblica en contra de tales hombres, es ya su castigo y los creyentes Hamor y Siquem que aceptaron el símbolo de la circuncisión serán ensalzados posiblemente como participantes en la fe, que, a través de los siglos, ha justificado a tantos gentiles (Gá. 6:15).

4. El retorno a la fe: Jacob tuvo ocasión de ver cumplid la promesa de Dios en Bethel, en circunstancias aparentemente tan adversas como la pérdida de su hijo José por muchos años, transformada en grandiosa bendición, y es natural que todo ello contribuyera a un retorno a la fe más firme en los últimos días de su vejez, y éste es el punto que se destaca en la lista de los héroes de la fe en He. 11:21.

CONCLUSIÓN:

De otros héroes, el autor puede destacar hechos mucho más notables, pero Jacob había tenido una fe oscilante por muchos años; sin embargo, en los últimos días, creció de tal modo su fe que mereció una investidura profética por parte del Espíritu Santo, que estaba redactando la historia del pueblo de la promesa. Es curioso observar en el discurso profético de Jacob muchos detalles que se han cumplido en la historia de las tribus de Israel. Dios le honró de este modo, a pesar de todas sus flaquezas. Su retorno a la comunión con Dios parece ser un símbolo de lo que ha de acontecer en los últimos tiempos con la raza entera de Jacob, según nos enseña el Nuevo Testamento.

Si usted ha sentido o cree que este sermón le ha tocado su corazón y quiere recibir a Jesucristo como su Salvador personal, solo tiene que hacer la siguiente oración:

Señor Jesús yo te recibo hoy como mi único y suficiente Salvador personal, creo que eres Dios que moriste en la cruz por mis pecados y que resucitaste al tercer día  Me arrepiento, soy pecador. Perdóname Señor. Gracias doy al Padre por enviar al Hijo a morir en mi lugar. Gracias Jesús por salvar mi alma hoy. En Cristo Jesús mi Salvador, Amen.

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