Ensayo sobre las Confesiones de Fe

El presente ensayo sobre las Confesiones de Fe nos ayudará a comprender las razones teológicas y contextuales de su existencia.

I.       Introducción

En el presente ensayo estudiaremos que es una Confesión de Fe, en qué consisten, cual fue el propósito de escribirlas, que representaban para los diferentes grupos cristianos, quienes las redactaron, en qué circunstancias se llevaron a cabo,  cual es el propósito de una confesión de fe y que es confesar, que es una reforma, qué es la reforma protestante, la importancia de las confesiones.

A través de la historia ha habido diferentes Confesiones de Fe, tanto católicas, como protestantes. Entre las protestantes encontraremos que algunas de ellas se redactaron en situaciones verdaderamente difíciles, otras tal vez en tiempos de paz, o porque se necesitaba establecer una base sólida para la fe.

Quizá una da las razones principales para elaborar los diferentes Confesiones de Fe se debió a las diferentes denominaciones cristianas nacientes, como la protestante, la de las diferentes iglesias reformadas a partir de Juan Calvino, la Presbiteriana de Escocia, y otras.

Todos estos temas son de mucha utilidad para comprender el proceso por el que ha pasado la iglesia en sus diferentes etapas y contextos, y especialmente, lo sucedido en el siglo XVI que es el período de la historia cuando se dan la mayor parte de las Confesiones de Fe.

II.       Una breve reseña histórica de la Iglesia en su extraordinario desarrollo del siglo XVI y XVII 

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Para poder estudiar el tema de las Confesiones de Fe, y cuál fue la razón para que se  escribieran, necesitamos estudiar un poco el aspecto histórico de la Iglesia convulsionada, tanto en Europa por las luchas internas de poder de las diferentes monarquías, como por el ataque abierto de la Iglesia Católica Romana contra Iglesia Protestante de la época. Así como por la situación conflictiva de América Latina y el Caribe durante el período de la conquista española en el siglo XVI.

El propósito de este trabajo es involucrarnos más en el quehacer de la Iglesia a través de los tiempos, especialmente en el siglo XVI, que es cuando tiene lugar la mayor parte de la Reforma Protestante y el surgimiento de las Confesiones de Fe, acontecimiento iniciado por el protestantismo que tomó su verdadero impulso con Martín Lutero en Alemania, seguido por la Reforma de Juan Calvino en Ginebra, Suiza, así como por Guillermo de Orange en Escocia y llevada a Latinoamérica y el Caribe durante la conquista del Nuevo Mundo por los españoles. El protestantismo llegó al Nuevo Mundo por medio de los hugonotes que salieron de Francia buscando un mejor lugar para vivir, llevando con ellos el cristianismo reformado a América y el Caribe.

Ginebra se convirtió en el centro de la Reforma Protestante en Europa, funcionando como un movimiento misionero internacional, que abarcó desde Europa hasta Brasil. La teología y dirección de Calvino contribuyó no solo a la Reforma Protestante, sino también a los esfuerzos misioneros del siglo XVI.

Debido a esta expansión del Protestantismo, y a los diferentes conflictos con la Iglesia Católica Romana en los diferentes países se hizo necesario elaborar Confesiones de Fe para declarar las bases de sus principios cristianos que profesaban los cristianos reformados.

Antes del nacimiento y la formación de las iglesias evangélicas, nacieron en Europa y en las Américas en el siglo XVI las iglesias Protestantes:

Luteranos en Alemania

Hugonotes en Francia

Reformados en Suiza

Presbiterianos en Escocia

Reformadores en Holanda

Como podemos ver todas estas iglesias necesitaban un patrón o guía de sus creencias o doctrinas, es por esto que se hizo imperativo el desarrollo de las diferentes Confesiones de Fe.

III.           ¿Por qué son necesarios los Credos y Confesiones de fe?

En todos los tiempos y en todas las ramas de la Iglesia, se ha encontrado que los Credos y Confesiones son necesarios, y cuando no se ha abusado de ellos han servido para los fines siguientes: (1) Para mandar, diseminar y preservar las adquisiciones alcanzadas en el conocimiento de la verdad cristiana, por alguna rama de la Iglesia en alguna crisis de su desenvolvimiento. (2) Para discernir entre la verdad y los malos comentarios de los falsos maestros, y presentarla con integridad y debida proporción. (3) Para servir de base de asociación eclesiástica a los que están acordes en trabajar juntamente en armonía. (4) Para usarlos como instrumentos en la gran obra de la instrucción popular.

Debe recordarse, sin embargo, que la materia de estos Credos y Confesiones liga a la conciencia de los hombres nada más en aquello que es puramente bíblico, y sólo por serlo: y en cuanto a la forma en que la materia se asienta, sólo liga a los que voluntariamente admiten la Confesión; y la razón para ello es la de que la han admitido.

En todas las iglesias se hace una distinción marcada entre los términos en que son admitidos los miembros privados a la comunión, y los términos en que son admitidos los funcionarios a los oficios sagrados de enseñanza y gobierno. Una iglesia no tiene derecho de hacer condición de recepción sino lo que Cristo haya hecho condición de salvación. La Iglesia es el redil de Cristo. Los Sacramentos son los sellos del pacto. Tienen derecho a pedir su admisión, aquellos que hacen una profesión creíble de la verdadera religión, —aquellos de los cuales se pueda tener la presunción de que sean del pueblo de Cristo. Esta profesión creíble, envuelve de contado, un conocimiento competente de las doctrinas fundamentales del cristianismo— una declaración de fe personal en Cristo y de consagración a su servicio, y el estado debido en la mente y la disposición necesaria para ello. Por la otra parle, ningún hombre debe ser instalado en algún oficio de una iglesia, cuando no profesa creer en la verdad y sabiduría de la constitución y leyes que es su deber conservar y administrar. De otra manera la armonía de sentimiento y la cooperación efectiva sería imposible. 

IV.       Credos antiguos que expresan la fe común de toda la Iglesia Cristiana. 

Son pocos los Credos que se formaron antes del tiempo de la Reforma, y se refieren a los principios fundamentales del Cristianismo, especialmente a la Trinidad y a la persona del Dios Hombre, y son la herencia de toda la Iglesia.

1. Credo de los Apóstoles. Éste no fue escrito por los Apóstoles sino que se fue formando gradualmente por un consentimiento común, fundándose en las varias confesiones que separadamente habían adoptado las congregaciones particulares y que usaban en la recepción de sus miembros. Adquirió su forma actual y el uso entre todas las iglesias, a fines del siglo segundo. Fue puesto al fin del Catecismo Menor juntamente con la Oración del Señor y los Dios Mandamientos en la primera edición publicada por orden del parlamento, «no porque se creyera que había sido compuesto por los Apóstoles, o porque debiera considerarse como escritura canónica… sino por ser un breve resumen de la fe cristiana, de acuerdo con la Palabra de Dios, y recibido antiguamente en las iglesias de Cristo.» Los que formaron nuestra Constitución lo dejaron en las ediciones actuales como parte del Catecismo. Es como sigue: 

Creo en Dios Padre Todopoderoso, Creador del cielo y de la tierra: Y en Jesucristo su único Hijo, Señor nuestro, Que fue concebido por el Espíritu Santo, Nació de María Virgen, Padeció bajo el poder de Poncio Pilato, Fue crucificado, muerto y sepultado, Descendió a los infiernos; Al tercer día resucitó de entre los muertos; Subió al cielo; Está sentado a la diestra de Dios Padre Todopoderoso; Desde allí vendrá al fin del mundo a juzgar a los vivos y a los muertos. Creo en el Espíritu Santo, La Santa Iglesia Católica, El perdón de los pecados, La resurrección de la carne Y la vida perdurable. Amén

2. Credo Niceno. Éste fue formado sobre las bases de los Apóstoles, y la cláusula relativa a la divinidad substancial de Cristo, fue agregada por el Gran Concilio celebrado en Nicea, Bitinia, A. D. 325. y las que se refieren a la divinidad y personalidad del Espíritu Santo, las añadió el segundo Concilio Ecuménico reunido en Constantinopla, A. D. 381, y la cláusula «filioque» la añadió el Concilio de la Iglesia Occidental verificado en Toledo, (España) A. D. 569. En su forma actual es el Credo de toda la Iglesia Cristiana; la Iglesia Griega sólo rechaza la última cláusula mencionada. Dicho credo es como sigue:

Creo en un solo Dios Padre Todopoderoso, Creador del cielo y de la tierra, y de todas las cosas visibles e invisibles; Y en un solo Señor Jesucristo, Hijo Unigénito de Dios, Engendrado del Padre antes de todos los siglos, Dios de Dios, Luz de Luz, verdadero Dios de Dios verdadero. Engendrado, no hecho, consubstancial con el Padre; Por el cual todas las cosas fueron hechas, El cual por amor de nosotros y por nuestra salud descendió del cielo, Y tomando nuestra carne de la virgen María, por el Espíritu Santo, fue hecho hombre, Y fue crucificado por nosotros bajo el poder de Poncio Pilato. Padeció, y fue sepultado; Y al tercer día resucitó según las Escrituras, Subió a los cielos y está sentado a la diestra de Dios Padre. Y vendrá otra vez con gloria a juzgar a los vivos y a los muertos; Y su reino no tendrá fin. Y creo en el Espíritu Santo, Señor y Dador de vida, procedente del Padre y del Hijo, El cual con el Padre y el Hijo juntamente es adorado y glorificado; Quien habló por los profetas. Y creo en una santa Iglesia Católica y Apostólica. Confieso un bautismo para remisión de pecados, Y espero la resurrección de los muerto? Y la vida del siglo venidero. Amén

3. Credo Atanasiano. Evidentemente éste fue compuesto mucho tiempo después de la muerte del gran teólogo cuyo nombre lleva, cuando, concluyendo las controversias, fueron establecidas las definiciones de los Concilios de Efeso y Calcedonia ya mencionados arriba. Es un gran monumento, único de la fe inmutable de la Iglesia en lo que se refiere a los grandes misterios de la piedad, de la Trinidad de personas en un solo Dios, y de la dualidad de naturalezas en la persona de Cristo. No podremos citarlo todo por ser demasiado largo. Hablando de la persona del Dios Hombre dice así:

«También es necesario para la salvación, creer fielmente en la encarnación de Nuestro Señor Jesucristo. Es entonces fe verdadera que creamos y confesemos que Nuestro Señor Jesucristo es Dios y Hombre. Es Dios, engendrado de la substancia del Padre desde la eternidad; hombre nacido en el tiempo, de la substancia de su madre. Dios perfecto, perfecto hombre que subsiste compuesto de una alma racional y carne humana.  Respecto a su divinidad es igual al Padre; menos que el Padre en lo que toca a su humanidad. No obstante que es Dios y Hombre, no son dos sino un solo Cristo. Pero dos, no de la conversión de la divinidad a la carne, sino de !a asunción de su humanidad a Dios. Uno, no por confusión de substancia, sino por unidad de persona.  Como el hombre es carne y alma racional, así el Cristo es Dios y hombre, etc.» 

V.           ¿Cómo es que está conformada una confesión de fe? 

1.    ¿Qué es confesar?

Por lo general, es un reconocimiento de fe en Dios y en su superioridad y autoridad, o una admisión de pecado; cualquiera de los dos, de acuerdo con las circunstancias, puede ser público o privado, y ya sea a Dios o a los hombres. La Confesión del poder y la supremacía de Dios puede ser o no sincera (1 R. 8:33,35: Is. 48:1), voluntaria o involuntaria (Ro. 14:11; Fil. 2:11), como también la Confesión del pecado. En la Confesión individual debe haber un reconocimiento específico del pecado o pecados involucrados (Lv. 5:5), acompañado de arrepentimiento (Mt. 3:2,6,8; Hch. 2:38; cf Sal. 38:18), restitución si es necesaria y posible (Lv. 6:4; Lc. 19:8; cf Nm. 5:7,8), y reforma (1 R. 8:35; Pr. 28:13; Is. 55:7; Hch. 19:18,19). Si se cumplen los requisitos, se asegura el perdón (1 Jn. 1:9). Todos los pecados se deben confesar a Dios, y los que afectan a las personas, también a ellas (Mt. 5:23,24; Lc. 17:4; Stg. 5:16). La palabra «confesión» se usa a veces para describir una declaración de fe en Cristo (Lc. 12:8; Ro. 10:9; 1 Jn. 4:15); un reconocimiento abierto o una profesión de las creencias de la persona (Hch. 23:8; Ro. 10:10); o la aceptación o afirmación de una creencia o de un hecho (Jn. 1:20; Hch. 24:14). También se usa la palabra para describir el reconocimiento que Cristo hace de su propio pueblo ante el Padre (Mt. 10:32; Ap. 3:5). No existe apoyo bíblico para establecer una Confesión eclesiástica en la que la absolución del pecado viene a ser una función sacerdotal. 

2.    Que es una confesión de fe. 

Una Confesión de fe es una declaración de doctrian muy similar a un credo, pero usualmente más largo y complicado, así como didáctico. Las confesiones de fe suelen asociarse con el protestantismo, aunque no son exclusivas del mismo. Se produjeron muchas en los siglos XVI y XVII, entre las cuales están:

  • Los Setenta y siete artículos de los reformadores suizos, escritos por Zuinglio en 1523;
  • La Confesión de Schleitheim de los Hermanos Suizos anabautistas escrita en 1527 – (esta confesión no era ni católica ni protestante);
  • La Confesión de Augsburgo de 1530, hecha por Martín Lutero y Philipp Melanchthon,  que marcó la ruptura con Roma;
  • La Confesión Tetrapolitana de la Iglesia Reformada Alemana, en 1530;
  • Los Artículos de Esmalcada de Martín Lutero, en 1537;
  • La Confesión Escocesa, escrita por John knox en 1560;
  • La Confesión Belga escrita por Guido de Bresen en 1561;
  • Los Treinta y Nueve Artículos de la Iglesia de Inglaterra en 1562;
  • La Confesión Gala de 1559;
  • La Fórmula de la Concordia en 1577 (luterana);
  • Los Artículos Irlandeses de 1615;
  • La Confesión de Fe de Westminster en 1647 fue el trabajo de la Asamblea de Westminster, la cual es muy recomendada por las Iglesias presbiterianas para todos los países de habla inglesa, así como en otros lenguajes. Es también la declaración de doctrina protestante más reconocida. 

Esta confesión es un resumen teológico apologético del credo protestante calvinista promulgado en 1646 recoge la ortodoxia doctrinal de las tres iglesias Reformadas nacidas del movimiento calvinista en Gran Bretaña, cuyas raíces históricas están en la doctrina expuesta por Juan Calvino durante el siglo XVI en Ginebra, Suiza.

Aunque se hizo primeramente para la Iglesia de Inglaterra, permanece como un ‘estándar subordinado’ de doctrina para la Iglesia de Escocia, y ha influido sobre las iglesias presbiterianas de todo el mundo.  Por más de tres siglos, varias iglesias a lo largo del mundo han adoptado la confesión y sus catecismos como su estándar de doctrina, subordinado a la Biblia.

En 1643, el parlamento inglés convocó a «teólogos piadosos, doctos y juiciosos» para que se reunieran en la Abadía de Westminster para dar su opinión sobre cuestiones de adoración, doctrina, gobierno y disciplina de la Iglesia de Inglaterra. Sus reuniones, que se llevaron a cabo a lo largo de cinco años, produjeron la confesión de fe, así como un Catecismo Mayor y un Catecismo Menor. La Confesión de Fe de Westminster fue modificada y adoptada por los congregacionalistas de Inglaterra dando lugar a la Declaración Saboya (1658). De la misma forma, los bautistas de Inglaterra modificaron la Declaración Saboya para producir la Segunda Confesión Bautista de Londres (1689). Los presbiterianos, congregacionalistas y bautistas ingleses llegaron a ser conocidos todos ellos (junto con otros) como los «no conformistas», puesto que no se conformaron a el Acta de Uniformidad de 1662 que establecía la Iglesia de Inglaterra como la única iglesia aprobada legalmente, aunque ellos estaban unidos de muchas formas por sus confesiones comunes, basadas todas en la Confesión de Westminster. 

3.    ¿En qué consiste una Confesión de Fe?

Una Confesión consiste en una exposición sistemática de la ortodoxia calvinista (a la cual los eruditos neo-ortodoxos se refieren como “calvinismo escolástico”), influencia por la teología puritana. Incluye doctrinas comunes a la mayoría de la cristiandad, como la Trinidad y la muerte sacrificial y resurrección de Jesús. Incluye doctrinas específicas del protestantismo, tales como la sola scriptura (solo la Escritura) y sola fide (sola la fe)

Sus rasgos más controversiales incluyen la doble predestinación (sostenida junto con la libertad de elección), el pacto de obras con Adán, la doctrina puritana que dice que la seguridad de salvación no es necesariamente concomitante con la fe. 

4.    ¿Cuál fue el propósito de una Confesión de Fe? 

El propósito es establecer los lineamientos de la fe que se profesa basada en los puntos básicos o doctrinas de la Biblia a los cuales se adhieren como miembros de dicha denominación. Por ejemplo el Catecismo de Heidelberg preparado por Ursinus y Oleviano, A. D. 1562. La autoridad civil lo estableció tanto para tipo doctrinal como para la instrucción religiosa en las Iglesias del Palatinado. (estado Alemán que en aquel tiempo incluía ambas orillas de Rhin). La de Heidelberg que contiene cincuenta y dos secciones, llamadas “Jornadas del Señor” y  fueron diseñados para ser enseñados en cada uno de los 52 domingos del año. 

5.    ¿Que representaban estas Confesiones para los diferentes grupos cristianos?

Para los diferentes cristianos adheridos a dicha Confesión de fe o Credos Confesionales representaba una norma de fe o base para su práctica cristiana.

En el transcurso del tiempo brotaron en el seno de la iglesia opiniones heréticas respecto a la constitución de la persona de Cristo. Por esta razón la iglesia se vio forzada a proveer definiciones adicionales que sirvieran de defensa a la verdad. Una tendencia herética se desarrolló hasta el extremo en el Nestorianismo que sostenía que las naturalezas divina y humana de Cristo, constituían dos personas.

Esto fue condenado por el Concilio de Éfeso, A. D. 431. La tendencia herética opuesta llegó a su colmo en el Eutiquianismo, que sostenía que las naturalezas divina y humana de Cristo, estaban unidas de tal manera que no eran sino una sola. Estas herejías las condenó el Concilio de Calcedonia, A. D. 451. Estos Credos que sostienen que Cristo tiene dos naturalezas en una persona, definen la fe de la Iglesia y son recibidos y aprobados por ella.  

La mayor parte de las Confesiones de las Iglesias Reformadas fueron hechas por un solo autor, o por un grupo pequeño de teólogos a quienes se les encomendaba el trabajo de formar una exposición de Doctrinas. La Confesión de Augsburgo que sirve de lazo de unión a las iglesias Luteranas, fue formada principalmente por Lutero y Me-

lanclhon. La Segunda Confesión Helvética, la formó Bullinger por encargo de algunos teólogos suizos; y el célebre Catecismo de Heidelberg fue la obra de Ursinus y Oleviano quienes la hicieron por orden de Federico III, Príncipe de la Corona en el Palatinado. La Antigua Confesión Escocesa que fue el modelo doctrinal de la Iglesia Presbiteriana en Escocia casi desde un siglo antes de que adoptara la Confesión de Westminster, la formó un comité de seis teólogos presididos por Juan Knox, comisionado por el Parlamento Escocés. Los Treinta y nueve Artículos de la Iglesia Episcopal de Inglaterra y América, fueron preparados por los obispos de la Iglesia en 1562 y fueron el resultado de la revisión de los «Cuarenta y dos Artículos de Eduardo VI» elaborados por el Arzobispo Cranmer y el Obispo Ridley en 1551.

Los «Cánones del Sínodo de Dort», tipo doctrinal de la Iglesia de Holanda y de gran autoridad entre todas las iglesias reformadas, fueron escritos por un gran Sínodo internacional formado de representantes de todas las iglesias reformadas, menos la de Francia. La Confesión y Catecismos de Westminster fueron hechos por una asamblea nacional, ilustre y numerosa de teólogos y laicos reunidos en Westminster, Inglaterra, por el «Largo Parlamento» de julio 1° de 1643 a febrero 23 de 1648. 

6.    ¿En qué circunstancias se llevaron a cabo?

Algunas se llevaron a cabo en situaciones de muerte, otras para establecer lineamientos, y otras bajo situaciones específicas como la de Escocia e Inglaterra.

7.     ¿Qué es la reforma?

Movimiento politicorreligioso surgido en Europa a principios del siglo XVI. Fue una verdadera revolución religiosa, cultural, social y política que tuvo sus precedentes en las ideas de Wyclef y de Hus y en las doctrinas del Renacimiento, pero que no se concretó hasta la rebelión de Lutero contra la autoridad pontificia (1521). El éxito de la Reforma en la Europa central y nórdica se debió a la penetración de sus principales ideas entre las clases populares. La Iglesia había llegado a un estado de evolución crítico por la corrupción de la estructura eclesial y la crisis de autoridad (cisma de Occidente). El protestantismo proponía, en principio, una vuelta a los orígenes del cristianismo, desde un prisma igualitarista basado en la caridad. Pero tras ser adoptado por los príncipes alemanes y las monarquías escandinavas, persiguió las tendencias que suponían una desestabilización del orden social. 

Seguida por Juan Calvino en Ginebra  Suiza con la fundación de la Academia y la publicación de su libro “La Institución de la religión Cristiana” que sirvió para establecer las bases de una reforma más organizada.

8.    ¿Qué es una reforma protestante?

Una reforma es un cambio de un sistema religioso preestablecido a través de una lucha que puede ser religiosa o poli-tico religiosa a otro sistema. Como ejemplo veremos cómo se llevó a cabo la Reforma de Escocia e Inglaterra..

El ilustre Patricio Hamilton en 1528, cuando volvió de su viaje al Continente donde recibió instrucción de Lutero y Melancthon. No fue una revolución política, ni la principiaron las personas que gobernaban. Fue una revolución puramente religiosa, promovida en varias ocasiones en la masa del pueblo y de la iglesia misma por personas eminentes, principalmente por Juan Knox y Andrés Melville. «La Iglesia de Escocia hizo su Confesión de Fe, su primer Libro de Disciplina, y reunió su primera Asamblea General para gobernarse a sí misma, siete años antes de recibir la sanción de la Legislatura. La primera Asamblea General se reunió en 1560 y hasta 1567 el Parlamento por primera vez la reconoció como Iglesia Nacional.» Conservó su independencia de las prescripciones civiles y su integridad como Iglesia Presbiteriana hasta el tiempo en que Jacobo ocupó el trono de Inglaterra.

Después de esa época, la influencia inglesa y el poder creciente del trono, destruyó muchas veces temporalmente la independencia de la Iglesia Escocesa. Con el fin de resistir esta invasión a sus libertades religiosas, los amigos de la libertad y de la religión reformada entre la nobleza de Escocia, el clero y el pueblo firmaron el memorable Convenio Nacional en Sterling, febrero de 1638 y el Convenio y Liga Solemne entre los reinos de Inglaterra y Escocia en 1643. «Este Convenio y Liga Solemne (firmado por la Asamblea General de Escocia, el Parlamento inglés y la Asamblea de Westminster,) obligaba a los reinos unidos a hacer lo posible para conservar la religión reformada en la Iglesia Escocesa, en su doctrina, culto, disciplina y gobierno; la reforma de !a religión en los reinos de Inglaterra e Irlanda, conforme a la Palabra de Dios y el ejemplo de las mejores iglesias reformadas. Con el mismo deseo de asegurar en ambos reinos la libertad religiosa, la más perfecta reforma y uniformidad eclesiástica, el pueblo escocés prestó todo el apoyo de su simpatía al Parlamento inglés en su lucha con Carlos V y la Iglesia Escocesa mandó a sus hijos más eminentes como delegados a la Asamblea de Westminster.

La Reforma en Inglaterra ofrece dos faces distintas; la de una verdadera obra de la gracia y la de una revolución política y eclesiástica. El primer carácter se manifiesta en la publicación de la Palabra de Dios, o sea el Testamento Griego de Erasmo, publicado en Oxford.1517. y en la traducción inglesa de la Biblia por Tyndal, quien la envió desde Worms y que se imprimió en Inglaterra en 1526. La Biblia inglesa y los trabajos de muchos hombres verdaderamente piadosos entre los clérigos y laicos, produjeron una revolución popular completa en las ideas religiosas de la nación, y convirtió sus corazones para siempre al Protestantismo. Los verdaderos reformadores de Inglaterra, tales como Cranmer, Ridley, Hooper, Latimer y Jewell, fueron calvinistas y evangélicos del todo, en relaciones fraternales y correspondencia constante con los teólogos y predicadores suizos y alemanes. Esto se deja ver en sus escritos, tales como los Cuarenta y dos Artículos de Eduardo VI (1551), los Artículos actuales de Inglaterra preparados en 1562, y aun en los últimos Artículos Lambeth escritos por el Arzobispo Whicliff en 1595.

No obstante que esta obra de reformación fue en su principio ayudada materialmente por la revolución político-religiosa que introdujo Enrique VIII y fue continuada por su hija la reina Isabel, sin embargo, fue grandemente estorbada y detenida muy al principio por esta misma reina. «El Acta de Supremacía» que constituyó al Soberano en Cabeza de la Iglesia aquí en la tierra, y sujetaba todas las cuestiones de orden, doctrina y disciplina de la Iglesia bajo su voluntad absoluta, puso a Isabel en capacidad de contener en aquello que determinaba su inclinación mundana y su lujuria de poder, los cambios constitucionales que brotaban en la Iglesia como resultado del progreso de la reforma. Una jerarquía eclesiástica naturalmente debía unirse a la Corte, y podía ser en manos de la Corona un instrumento útil para reprimir la libertad tanto religiosa como civil del pueblo. La lucha entre el partido llamado Puritano y el represivo de la Corte, gradualmente se fue haciendo más intensa y amarga en todo el período de los reinados de Jacobo I y Carlos I. Un nuevo elemento de discordia se introdujo con el hecho de que el partido despótico de la Corte, fue poco a poco abandonando el Calvinismo de los fundadores de la Iglesia, y adoptando la doctrina Arminiana que siempre ha dominado entre los parásitos del poder arbitrario y entre los sectarios de una religión fanática y formalista. 

9.    ¿Cual es la importancia de las confesiones?

Su importancia radica en que ayuda a establecer una base bíblica-religiosa a un grupo de personas de una misma denominación.

i)              ¿Por qué ayudan?

Porque definen un modelo de pensamiento religioso a seguir para una comunidad religiosa y ayudan a mantener una visión de sus convicciones de fe.

ii)             ¿Cómo nos benefician?

Nos benefician porque no guían en nuestro caminar cristiano y nos mantienen y firmes en nuestras creencias básicas de religión y fe.

VI.                 Confesiones de suma importancia.

 1.    Primera Confesión de la Fe Reformada.

En enero de 1558, el barco “Le Jacques” parte para Francia, de Coligny, Brasil,  con 15 hugonotes, de los cuales se regresaron cinco por la sobrecarga. Estos cinco son recibidos por Villegaignon, bajo la condición de que no hablaran de su religión a los otros colonos, pero cuando Villegainon empezó a sospechar de los hugonotes los mandó a la cárcel y para probarlos les pidió que hicieran una confesión de fe por escrito. Convirtiéndose esta en la primera Confesión de Fe reformada de Latinoamérica. Los protagonistas fueron Jean de Bordel, Mattieu Verneuil, Pierre Bourdon, y André Lafon. Murieon estrangulados y arrojados al mar, salvándose Lafon por su oficio de sastre.  

2.    La Confesión de Heidelberg

El Catecismo de Heidelberg, una de las tres formas de unidad, es un documento protestante confesional tomando la forma de una serie de preguntas y respuestas, para su uso en la enseñanza de la doctrina cristiana reformada. Ha sido traducido a muchos idiomas y es considerado como uno de los más influyentes de los catecismos reformados.

El Catecismo está dividido en cincuenta y dos secciones, llamadas «Jornadas del Señor», que fueron diseñados para ser enseñados en cada uno de los 52 domingos del año. El Sínodo de Heidelberg aprobó el catecismo en 1563. En los Países Bajos, el Catecismo fue aprobado por los Sínodos de Wesel (1568), Emden (1571), Dort (1578), La Haya (1586), así como el gran Sínodo de Dort de 1618-1619, que la adoptó como una de las tres formas de unidad, junto con la Confesión Belga y de los Cánones de Dort. Se requerían que los ancianos y diáconos se suscribieran y adhieran a la misma, y los ministros están obligados a predicar en una sección del Catecismo cada domingo, así como para aumentar la frecuencia escaso conocimiento teológico de los miembros de la iglesia. En muchas denominaciones reformadas holandesas esta práctica es aún continuaba..

3.    Confesiones de la Iglesia Luterana

Todas las iglesias Protestantes del tiempo de la Reforma se dividieron en dos grandes familias. La Luterana que incluye todas aquellas a las cuales imprimió su carácter el gran reformador cuyo nombre llevan; la Reformada, que por la otra parte incluye todas aquellas que derivaron su carácter de Calvino. La familia de Iglesias Luteranas la componen todos los protestantes de Alemania y de las provincias Bálticas de Rusia que se adhirieron a la Confesión de Augsburgo, juntamente con las Iglesias nacionales de Dinamarca, Suecia y Noruega, y la gran denominación de este nombre en América.

Sus libros Simbólicos son: (1) La Confesión de Augsburgo, de la que fueron autores Lutero y Melancthon. Firmada por los jefes y príncipes Protestantes, fue presentada al Emperador y a la Dieta imperial en Augsburgo, A. D. 1530. Es la Confesión Protestante más antigua, la base en que se funda la teología Luterana, y el modelo más universalmente aceptado por dichas Iglesias. (2) La Apología (Defensa) de la Confesión de Augsburgo pre- parada por Melancthon, A. D. 1530, y firmada por los teólogos pro- testantes en Smalcalda, A. D. 1537.  (3) Los Catecismos Mayor y Menor preparados por Lutero, A. D. 1529; «el primero para el uso de los predicadores y maestros, y el segundo como guía para instruir a los jóvenes.» (4) Los Artículos de Smalcalda, elaborados por Lutero y firmados por los teólogos evangélicos en febrero, A. D. 1537, en el lugar cuyo nombre llevan. (5) La Fórmula Concordiae (Forma de Concordia) fue preparada en A. D. 1577 por Andrea y otros para aclarar ciertas controversias que se habían levantado en la Iglesia Luterana, que se referían especialmente (a) a la actividad de la gracia divina y el libre albedrío humano en la regeneración, (b) y a la presencia del Señor en la Eucaristía. Su autoridad, sin embargo, sólo se reconoce por lo más formalista del partido Luterano, es decir por aquellos que observan rígidamente las peculiaridades de la teología Luterana, llevada hasta su último desenvolvimiento. 

4.    Confesiones  de las  Iglesias Reformadas Calvinistas

Las Iglesias Reformadas son aquellas de Alemania que suscribieron el Catecismo de Heidelberg, las Iglesias Protestantes de Suiza, Francia, Holanda, Inglaterra y Escocia, los Independientes y Bautistas de Inglaterra y América, y las ramas diferentes de la Presbiteriana en los dos últimos países mencionados.

Las Confesiones Reformadas son muy numerosas aun cuando esencialmente están de conformidad en la doctrina que enseñan. Las recibidas y consideradas más comúnmente como los tipos más elevados de autoridad simbólica del sistema general, son las siguientes. (1)  La segunda Confesión Helvética, preparada por Bullinger, A.D. 1564. «La aceptaron todas las Iglesias Reformadas de Suiza con excepción de Basilea  (que se conformó con la primera Confesión Helvética, su antiguo símbolo,)  y por las Iglesias Reformadas de Polonia, Hungría, Escocia y Francia.» * (2) El Catecismo de Heidelberg preparado por Ursinus y Oleviano, A. D. 1562. La autoridad civil lo estableció tanto para tipo doctrinal como para la instrucción religiosa en las Iglesias del Palatinado. (estado Alemán que en aquel tiempo incluía ambas orillas de Rhin.) También lo autorizó el Sínodo de Dort, y es la Confesión de las de las Iglesias Reformadas de Alemania y Holanda, y de las Iglesias Reformadas Alemanas y Holandesas en América. 

VII. Conclusión:

Podemos concluir que el tema de las Confesiones de Fe es de suma importancia en el conocimiento teológico, pues nos ayuda a comprender el proceso por el que ha tenido que pasar la Iglesia a través de la historia. Hemos visto que por la situación política-reliosa se hizo imperativo el establecimiento de “Confesiones” estatutos, o guías para el desarrollo de los diferentes grupos religiosos que profesaban una misma fe, como es  el caso de la protesta en Alemania liderada por Martín Lutero contra la Iglesia Católica Romana de la época, y por la Reforma iniciada por Juan Calvino para guiar a las nacientes iglesias reformadas.

Con este trabajo hemos aprendido que es una Confesión de Fe, cual es su propósito, como se elaboraron, cual ha sido su ayuda, y otros aspectos muy importantes.


Argumedo, Marvin, Conferencia No. 1 p 17

Hodge, Archibal Alexander, Comentario de la Confesión de Fe de Westminster, p 33-34

Ibid, p 36-37

http://www.wikicristiano.org/diccionario-biblico/1459/confesi%F3n/

Hodge, Archibal Alexander, Comentario de la Confesión de Fe de Westminster, p 43

www.monografias.com › Religio

Hodge, Archibal Alexander, Comentario de la Confesión de Fe de Westminster, p 34

Ibid, p 35

Ibid, p 44

es.thefreedictionary.com/reforma

Ibid, p 45-46

Hegeman, Cornelio, de la Española a Martín Lutero, p 25

Hodge, Archibal Alexander, Comentario de la Confesión de Fe de Westminster, p. 35

VIII. Bibliografía 

  • González, Justo, Historia del Cristianismo, tomo II, Desde la era de la Reforma hasta la era inconclusa, 1994 Edición revisada en 2 tomos, Publicada por Editorial Unilit Miami, Fl USA.
  • Hegeman, Cornelio, Oostendorp, Derk, Rooy, Desde la Española a Lutero. 1441 Old Cutler Road, Miami, Fl. 33158.
  • Hodge, Archibal Alexander, Comentario de la Confesión de Fe de Westminster. Editorial Clie, Galvani, 113, Terrassa (Barcelona)
  • es.wikipedia.org/wiki/Confesión_de_fe
  • http://www.wikicristiano.org/diccionario-biblico/1459/confesi%F3n/
  • http://es.wikipedia.org/wiki/Confesion de fe
  • www.monografias.com › Religio

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