Amigos y Enemigos de Jesús – Estudio

Además de sus doce apóstoles, Jesús tuvo muchos seguidores y amigos devotos, aunque algunos de los líderes religiosos se opusieron a Él.

Zaqueo  “puro”

Zaqueo, un publicano rico y deshonesto, se subió a un árbol para poder ver bien a Jesús cuando éste pasaba por Jericó. Jesús le dijo a Zaqueo que bajase del árbol y luego fue a su casa, donde Zaqueo llamó a Jesús «Señor» y anunció que repartiría la mitad de sus bienes a los pobres y que pagaría cuadruplicado el dinero que había ganado por engaño. Lucas 19

María Magdalena  (una forma de Miriam)

María era llamada Magdalena por Magdala, la ciudad de la que procedía. Jesús expulsó siete demo­nios de ella y ella le siguió de ahí en adelante. Cuando Él murió, María Magdalena estaba al pie de la cruz. María Magdalena fue la primera persona a quien Jesús se apareció después de su resurrección. Mateo 27:55; 28:1-10; Marcos 15:40; 16:1-8; Lucas 8:2; Juan 19:25; 20:1-18

Nicodemo “conquistador de la gente”


Simón “él escucha”
Nicodemo, un fariseo, principal entre los judíos, visitó a Jesús de noche. Jesús le dijo que tenía que nacer de nuevo. Como miembro del concilio gobernante judío, Nicodemo salió en defensa de Jesús, diciendo que debían concederle una audiencia antes de condenarle. Nicodemo ayudó a José de Arimatea a colocar el cuerpo de Jesús en la tumba, y llevó mirra y áloes para embalsamarlo. Juan 3:1-21; 7:45-52; 19:39

De camino a Jerusalén desde su país, Simón de Cirene fue obligado a cargar la cruz de Jesús cuando se dirigía al lugar de ejecución. Mateo 27:32; Marcos 15:21; Lucas 23:26

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Bartimeo “hijo de Timeo”

Cuando Jesús pasaba por Jericó, un mendigo ciego que se hallaba al borde del camino comenzó a dar voces y a llamar a Jesús. Jesús se detuvo, llamó a Bartimeo y lo sanó de su ceguera. Bartimeo entonces siguió a Jesús junto al camino. Marcos 10:46-52

José de Arimatea “que añada”

José de Arimatea, un acaudalado judío miembro del sanedrín, era un seguidor secreto de Jesús. Tan pronto como Jesús murió en la cruz, José le pidió permiso a Pilato para enterrar el cuerpo de Jesús. Acompañado de Nicodemo, quien llevó las especias, José llevó el cuerpo de Jesús a una tumba nueva en la cual no habían puesto a nadie, y envolvió el cuerpo con las especias en lienzos de lino. Esto se hacía de conformidad con las costumbres judías de enterramiento. Mateo 27:57-61; Marcos 15:42- 44; Lucas 23:50-55; Juan 19:38-42

Jairo “él iluminará”

Jairo, un principal de la sinagoga de Capernaum, le pidió a Jesús que sanase a su hija de doce años. Mientras Jesús se dirigía a la casa, llegaron noticias de que la hija había muerto. No obstante, Jesús fue con Jairo hasta su casa, tomó a la niña por la mano y la sanó. Marcos 5:21-43

Barrabás “hijo de padre”

Barrabás había sido condenado a muerte por homicidio. En el tiempo de la fiesta de la Pascua, era costumbre que el gober­nador soltase a un pri­sionero escogido por la multitud. Pilato quería liberar a Jesús, pero la multitud pidió que soltasen a Barrabás y que ejecutasen a Jesús. Pilato cedió a sus deseos. Mateo 27:11-26; Marcos 15:1- 15; Lucas 23:18; Juan 18:40

Anás “gracia”

Después que Jesús fue traicionado por Judas en el huerto de Getsemaní fue arrestado, atado y llevado a Anás, quien había sido sumo sacerdote del 6 al 13 d.C. De ahí enviaron a Jesús a Caifás, yerno de Anás, quien era sumo sacerdote ese año. Después de la ascensión de Jesús, Pedro y Juan fueron también interrogados ante Anás, debido a su predicación cristiana. Juan 18:12-14, 19-23; Hechos 4:6

Caifás “depresión”

Caifás, yerno de Anás, tenía una posición de poder entre los saduceos y fue sumo sacerdote judío durante muchos años. Era el sumo sacerdote en Jerusalén entre el 18 y el 36 d.C. Fue el autor intelectual del arresto de Jesús, aconse­jando a las autoridades judías que un hombre, Jesús, debía morir por todo el pueblo. Caifás presidió el juicio ilegal de Jesús efectuado por el sanedrín, declarando a Jesús culpable de blasfemia. Caifás, que no tenía poder para hacer cumplir la sentencia de muerte, envió luego a Jesús a Pilato para que lo sentenciase. A Caifás se le llama simplemente el «sumo sacerdote» en Hechos, y fue responsable de perseguir a los primeros cristianos. Mateo 26:3-5, 57-68; Marcos 14:53-55; Lucas 3:2; Juan 11:49-51; 18:12-14, 19-24; Hechos 5:27

Pilato “portador de jabalina”

En su calidad de coman­dante en jefe de los soldados romanos, Poncio Pilato era el gobernador romano todopoderoso de Judea (26-36 d.C.), y era la única persona que podía emitir una sentencia de muerte. Caifás envió a Jesús a Pilato, quien reconoció que Cristo era inocente, e incluso intentó liberar a Jesús por medio del indulto anual que se concedía a un prisionero.

La esposa de Pilato le dijo a su marido que no tuviese nada que ver con Jesús, pues ella había sido atormentada en sueños acerca de Jesús y creía que era inocente. Pero cuando las multitudes le gritaron a Pilato que si dejaba ir a Jesús iba a tener que enfrentar al César, entregó a Jesús para crucificarle. Pilato tenía un aviso preparado y lo clavó en la cruz.

El aviso rezaba: «Jesús NAZARENO, REY DE LOS JUDÍOS.» Mateo 27:11-26; Marcos 15:1- 15; Lucas 22:66-23:25; Juan 18:28-19:22

Lázaro “Dios ha ayudado”

Lázaro, hermano de María y de Marta, era muy amado por Jesús. Lázaro murió, y cuatro días más tarde Jesús fue a su casa de Betania, lloró junto con sus dos afligidas hermanas, y luego resucitó a Lázaro, explicando al mismo tiempo que Él era la resurrección y la vida. Los fariseos trataron de matar a Lázaro y a Jesús porque mucha gente depositó su fe en Jesús cuando se enteraron de este milagro. Juan 11:1-12:11

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María (forma de Miriam, “fuerte”)

A María, hermana de Marta y de Lázaro, le encantaba sentarse a los pies de Jesús y escuchar sus enseñanzas. Poco tiempo antes de la muerte de Jesús, María ungió sus pies con un caro perfume, y le secó los pies con el pelo. Marcos 14:3-9; Lucas 10:38-42; Juan 11:1— 12:8

Marta “dama”

Junto con su hermana María y su hermano Lázaro, Marta invitaba a Jesús con frecuencia a su casa de Betania, que quedaba a unas dos millas (3 km) de Jerusalén. Marta se le quejó una vez a Jesús de que María no hacía más que sentarse a escucharlo mientras ella hacía todo el trabajo de la casa. Sin embargo, Jesús le contestó que María había escogido la mejor parte. Lucas 10:38-42; Juan 11:1-12:8

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