Dios nos invita a leer el Apocalipsis que es el libro de los últimos tiempos. Libro del triunfo de Cristo sobre el mundo y sobre el pecado. Libro de la esperanza y de la consolación.
Este mundo moderno logró algo sorprendente, ya que no pudo ni puede quitar la tremenda realidad de la muerte, ha borrado absolutamente el pensamiento de ella. Los medios de comunicación que son los que dirigen al hombre actual nunca hablan de la muerte. Ni los periódicos, ni el cine, ni la televisión. Es un tema inoportuno.
Sin embargo la muerte y lo que sucederá después, es un pensamiento serio e importantísimo en la vida humana. El cristiano no debe olvidar la muerte ni el regalo de la vida eterna que le sigue.
Cuando Cristo venga por segunda vez, veremos algo maravilloso, veremos a un Jesucristo triunfante, que vendrá a gobernar con vara de hierro; Ya no el Jesucristo paciente, sino al Jesucristo triunfante, vencedor.
El dice en el Apocalipsis: Yo soy el Alfa y la Omega. El Primero y el Ultimo.
Jesucristo es el que está en medio de siete candelabros de oro, que significan la irradiación de todo el universo, ante Él, la gloria suprema que lo rodea. En medio de estos siete candelabros que son todo el universo ardiendo alrededor de Él, aparece, con una profunda semejanza el Hijo del Hombre.
Vestido con una ropa que llega hasta los pies. Aparece Jesús sublimado y soberano de toda la creación. Su cabeza y sus cabellos son blancos como blanca lana, como nieve y sus ojos como llama de fuego.
Esta visión la veremos nosotros con nuestros propios ojos. Con estos ojos que están acostumbrados a ver solamente lo efímero.
Su voz es como el estruendo de muchas aguas; la voz de Jesucristo, la voz poderosa de Jesús que tiene el eco y la resonancia y de la infinidad de Dios. La voz maravillosa de Cristo cuando se presente en posesión absoluta de su infinito poderío.
Continúa San Juan: “Cuando lo vi, caí como muerto a sus pies”. El hombre ante la visión de Dios cae extenuado, temblando. Todos estos hombres que vemos orgullosos, auto suficientes, que se creen dueños del mundo, todos los poderosos de la tierra y también los mediocres, los insignificantes, todos caeremos como muertos a los pies de Jesucristo glorificado.
Pero hay una palabra bella para el creyente, para el que ama a Jesucristo y colocan en El su esperanza. El puso su diestra sobre mí diciéndome:
No temas, que soy el Primero y el Ultimo”, el que vive y estuve muerto, más he aquí que vivo por los siglos de los siglos. Amén. (Apocalipsis 1:18)
Esta es la visión apocalíptica y al mismo tiempo Pascual de Jesucristo Vivo, Resucitado e inmenso. Que desploma al hombre, pero que pone su mano sobre los que le aman.
Debemos preparamos con fe para esta visión que contemplamos personalmente. No permitamos que la mirada superficial y vana de las cosas que nos rodean, nos roben el gozo e inmensidad de ver a Jesucristo a quién vamos a mirar con absoluta seguridad.
Usted que lee adore a Jesucristo. ámele de todo corazón, crea profundamente en El. Téngalo por sobre todas las cosas, y cuando El venga en su infinitud, en su majestad que supera todo el universo, tenga confianza de que El pondrá su mano sobre usted. y le dirá: “No tema, soy el Primero y el Ultimo”.
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