Todo cristiano debe de saber como comunicarse con Dios de una manera efectiva. La oración es el modo efectivo de comunicación con Dios.
Aunque nuestro deseo sea vivir en una buena comunicación con Dios, no será fácil lograr nuestro objetivo. Sabemos que muchos hombres de oración lo alcanzaban fácilmente. Por ejemplo el rey Salomón:
Luego se puso Salomón delante del altar de Jehová, en presencia de toda la congregación de Israel, y extendiendo sus manos al cielo, dijo: Jehová Dios de Israel, no hay Dios como tú, ni arriba en los cielos ni abajo en la tierra, que guardas el pacto y la misericordia a tus siervos, los que andan delante de ti con todo su corazón; que has cumplido a tu siervo David mi padre lo que le prometiste; lo dijiste con tu boca, y con tu mano lo has cumplido, como sucede en este día. Ahora, pues, Jehová Dios de Israel, cumple a tu siervo David mi padre lo que le prometiste, diciendo: No te faltará varón delante de mí, que se siente en el trono de Israel, con tal que tus hijos guarden mi camino y anden delante de mí como tú has andado delante de mí. Ahora, pues, oh Jehová Dios de Israel, cúmplase la palabra que dijiste a tu siervo David mi padre. Pero ¿es verdad que Dios morará sobre la tierra? He aquí que los cielos, los cielos de los cielos, no te pueden contener; ¿cuánto menos esta casa que yo he edificado? Con todo, tú atenderás a la oración de tu siervo, y a su plegaria, oh Jehová Dios mío, oyendo el clamor y la oración que tu siervo hace hoy delante de ti (1 Reyes 8:22-28).
Por supuesto que se requiere empeño para lograr una buena comunicación con Dios, pero sobre todo tener una relación de Padre a hijo. Es una gracia de Dios que puede obtenerse pidiéndola. Hay que orar para poder orar. Simone Weil lo decía:
“Es solo Dios quien desciende y se posesiona del alma, pero es solo el deseo quien hace que Dios descienda. Solamente viene a los que le piden que venga, y El no puede negarse a venir a aquellos que le imploran largo tiempo, muchas veces y ardientemente”.
Para favorecer la oración se requiere ante todo una actitud espiritual. Pero el hombre es también cuerpo material. Por eso muchos recomiendan ayudar a la concentración interior y crear un ambiente de paz, mediante el retiro a un lugar apartado, y sin ruidos, donde uno pueda concentrarse específicamente en la oración, sin las distracciones de la música o de ruidos.
Mas tú, cuando ores, entra en tu aposento, y cerrada la puerta, ora a tu Padre que está en secreto; y tu Padre que ve en lo secreto te recompensará en público. (Mateo 6:6)
Cuando oramos teneos que ser específicos y no usar siempre las mismas frases o repetir siempre lo mismo. Dios lo que desea es una comunicación real, como cuando un hijo habla con su padre. A Dios le gusta la sinceridad, Él nos manda que hablemos y le pidamos lo que necesitamos:
Y orando, no uséis vanas repeticiones, como los gentiles, que piensan que por su palabrería serán oídos. No os hagáis, pues, semejantes a ellos; porque vuestro Padre sabe de qué cosas tenéis necesidad, antes que vosotros le pidáis (Mateo 6:7-8)
El cristiano le pertenece al Señor. Todo nuestro organismo puede ser útil para servir y amar al Señor, y no solo en el servicio, sino también en la oración, no únicamente como objeto de nuestro pensamiento, sino como colaborador eficiente en nuestra relación personal con el Creador.
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