La definición clásica de la oración nos habla de pedir dones a Dios si queremos recibirlos. La Sagrada Escritura habla frecuentemente del tema. Recordemos algunos textos sólo del Nuevo Testamento:
Pedid y se os dará; buscad y hallaréis; llamad y se os abrirá. Porque todo aquel que pide, recibe; y el que busca, halla; y al que llama, sé le abrirá. Mt. 7,7-8.
Todo lo que pidiereis en oración, creyendo, lo recibiréis. Mt. 21.22.
Todo lo que pidiereis en oración, creed que lo recibiréis, y os vendrá. Mc. 11,24.
Si vosotros, siendo malos, sabéis dar buenas dádivas a vuestros hijos, cuánto más vuestro Padre Celestial dará el Espíritu Santo a los que se lo piden. Luc. 11, 13
Todo lo que pidiereis al Padre, en mi nombre, lo haré. Jn. 14,13.
Pedid lo que queréis y os será hecho. Jn. 15,7
Todo lo que pidiereis al Padre, en mi nombre, El os lo de. Jn. 15,16
Cuanto pidiereis al Padre en mi nombre, os lo dará. Hasta ahora no habéis pedido en mi nombre; pedid y recibiréis para que vuestro gozo sea cumplido. Jn. 16,23-24
En aquel día pediréis en mi nombre. Jn. 16,26
Ante tanta insistencia de Cristo todo discípulo ha de tener la absoluta certeza de ser escuchado por Dios, y debo crecer en la confianza de presentarle al Padre la gama de sus necesidades y deseos. Hasta evocar el nombre de Jesús para ser escuchado por Dios Padre, pues El se hace tan amigo nuestro que sus actos coinciden con nuestras intenciones, o mejor, logra que nuestros deseos se amolden a su querer divino.
Pero la petición central de todo cristiano es conocer a Jesús, y saber que su amor basta para protegernos. Por eso no liemos de esforzarnos por pedir multitud de pequeños beneficios materiales, como si orar fuese adquirir la llave de un almacén de chucherías. Dios es para nosotros un amigo y no un distribuidor de mercancías. Por eso el gran don suyo es su Espíritu, su Palabra, su Amor, su Eucaristía.
¿Te gustaría anunciar tu empresa aquí? Leer más
¿Qué opinas? Únete a la Discusión