Profetas y Reyes de Judá – Estudio

Después de la muerte de Salomón, el reino unido de Israel se dividió en dos: diez tribus formaron el reino del norte llamado Israel, y dos tribus formaron el reino del sur llamado Judá.

Roboam “libertador del pueblo”

Roboam, hijo y sucesor del rey Salomón, heredó un reino que, aunque pacífico y próspero en lo exterior, estaba plagado de descontento. Cuando Roboam rehusó disminuir la carga de los impuestos, amenazando* en lugar de ello con aumentar los impuestos, los israelitas se rebelaron. Sólo las tribus de Benjamín y Judá permanecieron fieles a Roboam y a la casa de David. 1 Reyes 12; 14:21-31; 2 Crónicas 10-12

Abías “el Señor es mi padre”

Abías, el segundo rey de Judá, era hijo del rey Roboam. Gobernó durante tres años. Aunque no fue un rey piadoso, cuando surgió una emergencia y su ejército fue amenazado, clamó a Dios por ayuda. Sus tropas se unieron y él obtuvo una gran victoria. 1 Reyes 14:1-15:8; 1 Crónicas 12

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Asa “sanador”

Asa, tercer rey de Judá, trató de eliminar la ado­ración pagana de Judá. 1 Reyes 15:9-24; 2 Crónicas 14-16

Josafat “Dios es juez”

Josafat, hijo de Asa, fue el cuarto rey de Judá. Aunque se alió con el malvado rey Acab, era un rey piadoso que destruyó los ídolos y defendió las leyes de Dios. 1 Reyes 22; 2 Reyes 3; 2 Crónicas 17:1-21:3

Joram “Dios es supremo”

Joram, hijo y sucesor de Josafat, estaba casado con Atalía, hija de la reina Jezabel y del rey Acab, quien lo alejó de los caminos rectos de su padre. Asesinó a sus seis hermanos y permitió que el pueblo adorase ídolos. Tal como predijo Elias, murió de una enfermedad incurable. 2 Reyes 8:16-24; 2 Crónicas 21:4-20

Ocozías “Dios sostiene”

Hijo de Joram, Ocozías fue el sexto rey de Judá. Bajo la influencia de Atalía, su madre, “hizo lo malo ante los ojos de Jehová”.

Gobernó menos de un año y fue asesinado por Jehú, jefe militar, mientras visitaba a su tío Joram, rey de Israel. 2 Reyes 8:25-29; 9:14-29; 2 Crónicas 22:1-9

Atalía “Dios es fuerte”

La única reina de Judá, cuando murió el rey Ocozías, su hijo, asesinó a sus nietos para obtener el trono, y se comportó tal como Jezabel, su malvada madre. Aunque ella lo ignoraba, uno de sus nietos, Joás, sobrevivió, y lo mantuvieron escondido hasta que tuvo siete años. Entonces fue proclamado rey y los soldados asesinaron a Atalía. 2 Reyes 11; 2 Crónicas 22:10-23:21

profeta jeremias, israel, judáJoás “Dios ha concedido”

Joás, hijo del rey Ocozías, llegó a ser rey de Judá cuando tuvo siete años. Bajo la influencia del sacerdote Joiada restauró el templo y eliminó la ado­ración a Baal. Cuando murió Joiada, Joás perdió su compromiso con Dios y permitió que se introdujese de nuevo la adoración de ídolos. Gobernó cuarenta años antes de que sus cortesanos lo asesinaran. 2 Reyes 11-12; 2 Crónicas 24

Amasias “Dios tiene fortaleza”

Amasias, hijo de Joás, comenzó bien, pero poco a poco se alejó de los caminos de Dios, introduciendo de nuevo la adoración de ídolos. Fue asesinado en Laquis después de gobernar veintinueve años. 2 Reyes 14:1-22; 2 Crónicas 25

Azarías “Dios ha ayudado”

Azarías, llamado también Uzías, era hijo de Amasias. Se convirtió en rey cuando tenía dieciséis años. Aunque sirvió a Dios, Azarías no quitó los «lugares altos» de idolatría. Por usurpar el papel de un sacerdote e intentar ofrecer incienso en el templo fue afligido con lepra, y tuvo que vivir aislado. 2 Reyes 15:16; 2 Crónicas 26

Isaías “salvación de Dios”

Isaías profetizó en Jerusalén durante los reinados de Uzías, Jotam, Acaz y Ezequías, reyes de Judá, un período de aproximada­mente cuarenta años. Isaías estaba casado con una profetiza y sus dos hijos tenían nombres simbólicos: Sear-jasub, que significa “un remanente regresará” y Maher-salal-hasbaz, que significa “rápido para el pillaje”. El llamamiento de Isaías a ser profeta le llegó en una visión de la santidad de Dios que inspira temor reverente, la cual aparece registrada en Isaías 6. Su libro habla firmemente del poder de Dios, combinando indignación por el pecado y profecías de juicio catastró­fico con tiernas y hermosas visiones de paz y bendi­ciones futuras. Es Isaías quien primero presenta al Mesías como siervo sufrien­te, muerto por los pecados de su pueblo. Isaías fue asesor cortesano de reyes, oponiéndose con firmeza a las alianzas políticas extranjeras y predicando la necesidad de tener una total confianza en Dios. Isaías (especialmente 1:1; 7:3; 8:1-4)

Jotam “Dios es perfecto”

Jotam siguió los caminos piadosos de su padre, el rey Uzías. Fue coronado rey en vida de Uzías, cuando la lepra obligó a éste último a vivir aislado. 2 Reyes 15; 32-38; 2 Crónicas 27

Acaz “él sostiene”

Acaz, hijo de Jotam, fomentó la adoración a Baal e incluso ofreció sacrificios humanos de sus propios hijos. Cuando los ejércitos de Aram e Israel marcharon contra él fue presa del pánico. Ignorando el consejo de Isaías, acudió a Tiglat-Pileser III de Asiría en busca de ayuda, pero terminó sometiéndosele. 2 Reyes 16; 2 Crónicas 28; Isaías 7

Manasés “el que causa olvido”

Manasés era tan malvado como Ezequías, su padre, había sido bueno. Pasó a su propio hijo por el fuego como sacrificio, pidió consejo a los médiums y adivinadores, y practicó la magia. «Derramó Manasés mucha sangre inocente en gran manera, hasta llenar a Jerusalén de extremo a extremo.» Fue capturado por los asirios y exiliado a Babilonia, pero regresó a Judá completamente reformado, confiando en Dios. 2 Reyes 21:1-18; 2 Crónicas 33:1-20

Ezequías “Dios es fortaleza”

Contrario a Acaz, su padre, Ezequías se mantuvo firme en Dios, e introdujo una amplia y completa gama de reformas religiosas. Su dependencia en Dios lo llevó a rebelarse contra Asiria. En preparación para un ataque asirio, construyó un famoso acueducto (533 metros/1.745 pies de largo) a través de una sólida piedra caliza de tal forma que la ciudad de Jerusalén siempre tuviese un suminis­tro de agua cuando fuese asediada. Cuando los asirios le pidieron que se rindiese, Ezequías le pidió ayuda a Dios, y Dios condujo al ejército. 2 Reyes 18-20; 2 Crónicas 29-32; Isaías 36-39

Amón “obrero”

Amón, hijo de Manasés, sucedió a su padre en el trono y conservó las mismas malvadas prácticas. Después de dos años fue asesinado por los funcionar­ios de su corte. 2 Reyes 21:18-23; 2 Crónicas 33:20-25

Josías “Dios apoya”

Josías, el niño rey de Judá, fue coronado cuando tenía ocho años, cuando Amón, su padre, fue asesinado. Bajo su reinado se purgó la idolatría y se reparó el templo de Jerusalén. En el templo se halló una copia del rollo perdido de la Ley, y Josías puso en práctica las instrucciones que encontró en ese rollo. 2 Reyes 21:26-23:30; 2 Crónicas 33:25-35:27

Joacim “Dios establece”

El rey Joacim revocó las reformas piadosas que Josías, su padre, estableció y restableció la adoración a Baal. Se opuso al profeta Habacuc e hizo quemar los rollos del profeta Jeremías. 2 Reyes 23:36-24:7; 2 Crónicas 36; Jeremías 36

Joaquín “Dios establecerá”

Los babilonios hicieron a / Joaquín rey en lugar de Joacim, su padre. Catorce semanas más tarde fue exiliado a Babilonia por el rey Nabucodonosor. 2 Reyes 24:8-16; 2 Crónicas 36:9-10; Jeremías 52:31-34

Sedequías “Jehová es poderoso”

Sedequías fue el último rey de Judá, tomando el trono de su sobrino Joaquín. Aunque fue el rey títere de Nabucodonosor, Sedequías se rebeló. Esto provocó la destrucción de Jerusalén. 2 Reyes 24:17-25; 2 Crónicas 36:10-23; Jeremías 21; 32; 34; 37-39

Habacuc “Dios es fortaleza”

Habacuc escribió su libro profético durante los reinados de Joacim y Josías. Advirtió que los babilonios capturarían a Judá, lo cual iba a ser un castigo de Dios por su violencia, idolatría y corrupción. Habacuc hizo hincapié en la importancia de la fe personal, y escribió que «el justo por su fe vivirá». Libro de Habacuc

Nahum “consolador”

La corta profecía de Nahum animó al pueblo de Judá cuando enfrentaban la derrota por los babilonios. Nahum predijo la caída de Nínive, capital de Asiria, que durante mucho tiempo había oprimido a los israelitas. Este hecho ocurrió en el 612 a.C. Libro de Nahum

Jeremías “Dios es supremo”

Jeremías, cuyas profecías están registradas en los libros de Jeremías y Lamentaciones, vivió en los sombríos días de los últimos cinco reyes de Judá: Josías, Joacaz, Joacim, Joaquín y Sedequías. A Jeremías lo aborrecieron y lo llamaron traidor porque apremió al pueblo a no resistir al ejército babilonio, declarando también que la inminente destrucción de Jerusalén era un juicio de Dios contra la idolatría. Su libro comunica gráfica­mente el horror y la desgracia que sintió al contemplar la destrucción de su amada tierra natal. Jeremías fue probable­mente llevado a Egipto después de la caída de Jerusalén a manos del rey Nabucodonosor en el 587 a.C. Su profecía de que los judíos regresarían a Jerusalén setenta años más tarde también se cumplió. Libro de Jeremías

Miqueas “¿quién como Dios?”

Miqueas profetizó contra el reino del norte de Israel (durante los reinados de Jotam, Acaz y Ezequías), y también contra el reino del sur de Judá (durante los reinados de Peka y Oseas). Aunque Miqueas condenó las prácticas malvadas y anunció claramente el inminente juicio de Dios (diciendo que Samaría se convertiría en «montones de ruinas»), también fue un profeta de esperanza, y predijo que de Belén saldría un gran Señor para Israel. Libro de Miqueas

Sofonías “Dios ha atesorado”

El profeta Sofonías era el chozno del rey Ezequías. Su mensaje de juicio sobre Judá fue emitido durante el reinado de Josías. Predijo que un pequeño número (un «remanente») regresaría a Jerusalén. Libro de Sofonías

Abdías “siervo de Dios”

Abdías profetizó contra el pueblo de Edom, el persis­tente enemigo de Judá. Libro de Abdías

Hulda “comadreja”

El sacerdote Hilcías consultó a Huida, la profetisa, en nombre del rey Josías, después de que el Libro de la Ley se había hallado en el templo. 2 Reyes 22:14-20; 2 Crónicas 34:22-28

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