Regreso del Exilio en Babilonia – Estudio

Después de un exilio en Babilonia que duró setenta años, los judíos de Jerusalén regresaron a reconstruir su ciudad, la cual había quedado en ruinas.

Senaquerib «el pecado (el dios-luna) ha multiplicado sus hermanos»

Senaquerib, rey de Asiría, derrotó a los babilonios y luego asedió al rey Ezequías de Judá. En cumplimiento de la predicción de Isaías de que Dios salvaría a Jerusalén, 185.000 soldados asirios murieron misteriosa­mente por la noche, muertos por «el ángel de Jehová». Senaquerib regresó a Nínive, donde dos de sus hijos lo mataron. 2 Reyes 18:17-19:37; 2 Crónicas 32; Isaías 36—37

Nabucodonosor «que el dios Nebo defienda la frontera»

Nabucodonosor, el poderoso rey de Babilonia, derrotó a los israelitas de Judá, capturó Jerusalén, y exilió a la mayoría de la gente a Babilonia. Nabucodonosor construyó muchos edificios y templos hermosos, incluyendo los fabulosos jardines colgantes de Babilonia, los cuales se contaron después como una de las siete maravillas del mundo antiguo. Durante siete años, Nabucodonosor estuvo loco, un castigo de Dios por su petulante orgullo. Le fue restaurada la cordura cuando alabó a Dios. 2 Reyes 24—25; 2 Crónicas 36:6-20; Daniel 1-4

Ezequiel «Dios fortalece»

Hijo del sacerdote Buzi, Ezequiel vivió en Jerusalén hasta que fue deportado en el 597 a.C. y llevado a Babilonia, junto con el rey y la mayoría de las princi­pales familias de la ciudad. Hasta el 586 a.C., cuando Jerusalén fue destruida, Ezequiel vivió junto al río Quebar, desde donde apremió al pueblo que permaneció en Jerusalén a que se arrepintiesen. Posteriormente, después de la destrucción de Jerusalén, Ezequiel predicó un mensaje de esperanza y profetizó un futuro regreso a Jerusalén. De esta forma consoló a los judíos cautivos, quienes habían perdido sus hogares, su tierra y su templo, y se sentían abandonados por Dios. Ezequiel demostró que la fe en Dios podía seguir aun en tierra extranjera y sin templo. Muchas veces representó sus profecías en formas muy dramáticas e incluso extravagantes. Libro de Ezequiel

Abed-nego «siervo de Negó»

Abed-nego era uno de los tres amigos cercanos de Daniel que se encontraba entre los exiliados judíos en Babilonia. Junto con Sadrac y Mesac, Abed-nego se negó a postrarse ante la estatua de Nabucodonosor para adorarla. Por esa rebeldía fue echado en un horno de fuego, pero sobrevivió milagrosamente y salió ileso. Daniel 1-3

nehemías, exilio, regreso, babiloniaBelsasar «Bel proteja al rey»

Como coregente y sucesor del rey Nabucodonosor, Belsasar fue el último rey de Babilonia. Durante la celebración de un ban­quete, Belsasar llamó a Daniel para que le interpre­tase una extraña escritura que había aparecido en la pared. La interpretación de Daniel fue que Belsasar había sido pesado en la balanza de Dios y había sido encontrado falto. Como resultado de ello, estaba a punto de perder su trono derrotado por los medos y los persas. «La misma noche -se nos dice- fue muerto Belsasar», finalizando así el grandioso poder de Babilonia. Daniel 5

Ciro

Ciro, fundador del Imperio Persa, capturó Babilonia en el 539 a.C. Se distinguió porque su gobierno fue instruido y humano. En armonía con eso, permitió que los exiliados judíos regresaran a Jerusalén y reconstruyesen el templo, a expensas de su tesoro real. Esdras 1-6

Daniel «Dios es mi juez»

Daniel, que procedía de una familia aristocrática de Jerusalén, fue exiliado a Babilonia cuando era adolescente. Daniel fue enviado a la corte real para entrenarlo como administrador, y llegó a ocupar puestos de mucha impor­tancia en los Imperios Babilónico y Persa. Era un hombre de una fe extraordi­naria y de oración. Se distinguió por su valentía y sabiduría, incluyendo la capacidad de interpretar sueños. Puesto que rehusó negar su fe, fue echado en un foso de leones donde fue milagrosamente preservado. Era un visionario, y la segunda parte del libro que lleva su nombre registra la revelación que Dios le dio de los acontecimientos mundiales del futuro. Libro de Daniel

Darío «el que se informa a sí mismo»

Darío el medo, que sucedió a Belsasar como rey de Babilonia, fue víctima de un engaño por parte de sus funcionarios que querían echar a Daniel en el foso de los leones. Cuando vio que Daniel había sido librado milagrosamente dijo: «Que en todo el dominio de mi reino todos teman y tiemblen ante la presencia del Dios de Daniel.» Daniel 5-6

Nehemias «Jehová consuela»

Nehemias se crió en Babilonia en la época del exilio judio. Llegó a ocupar el influyente cargo de copera del rey Artajeijes de Persia. Cuando a los judíos se les permitió regresar a Jerusalén, la familia de Nehemias se quedó atrás. Nehemias se sintió profun­damente perturbado cuando escuchó que los exiliados que habían regresado no habían podido reconstruir los muros de Jerusalén. Después de orar y ayunar durante cuatro meses, Nehemias pidió permiso para conducir un grupo de exiliados judíos de vuelta para reconstruir la ciudad de Jerusalén, que se hallaba en ruinas. Sanbalat, Tobías, los árabes, los amonitas y los hombres de Asdod se opusieron al programa de edificación de Nehemias, pero como resultado de una ardua labor y vigilancia en oración, los muros fueron reconstruidos. Libro de Nehemias

Esdras «Jehová ayuda»

Esdras, sacerdote y escriba, condujo al segundo grupo de israelitas que se encon­traban exiliados en Babilonia de vuelta a Jerusalén. Tenía permiso escrito para ejecutar las leyes de Dios, como por ejemplo la ley de la tierra.

El templo había sido reconstruido, pero se dio cuenta de que el pueblo se había vuelto laxo e ignora­ban las leyes de Dios. Trece años después de la llegada de Esdras, Nehemias fue a Jerusalén como gobernador, y el pueblo tuvo un avivamiento espiritual. Libro de Esdras

Zorobabel «simiente de Babilonia»

Zorobabel fue el líder y último gobernante del primer grupo de israelitas que regresaron a Jerusalén del exilio en Babilonia. Estimulado por los profetas Hageo y Zacarías, y contra una fiera oposición, recons­truyó y dedicó el templo. Esdras 1-5; Hageo

Ester «mirto»

Ester, una hermosa judía, se crió en Susa, la capital de Persia. Era huérfana, y fue su primo Mardoqueo quien cuidó de ella. El rey Jerjes la escogió como consorte después que la reina Vasti perdió el favor del rey. Al principio, Ester no dijo que era judía, pero cuando Amán planificó la masacre de todos los judíos del imperio, Ester, después de Y orar y ayunar, ideó un valeroso plan para salvar a su nación. Libro de Ester

Jerjes (o Asuero)

Jerjes fue el rey de Persia que se casó con la judía Ester después de repudiar a su primera esposa, la reina Vasti. Libro de Ester

Hageo «nacido en día de fiesta»

Hageo reprendió a los exiliados que habían regresado por vivir en casas ostentosas mientras que el templo estaba todavía en ruinas. Zorobabel, gober­nador de Judá, y Josadac, sumo sacerdote, siguieron las instrucciones de Hageo y reconstruyeron el templo. Libro de Hageo

Amán

Amán llegó a ser el primer ministro de Jerjes, rey de Persia, y en su odio hacia Mardoqueo, utilizó toda su riqueza y posición para dirigir magistralmente la masacre de todo el pueblo judío en Persia. Su malvado plan hubiese tenido éxito de no haber sido por Ester. Amán fue ahorcado en la horca de 75 pies (25 m) de altura que él mismo había construido para ejecutar al judío Mardoqueo. Ester 3-9

Malaquías «mi mensajero»

Malaquías reprendió a los judíos por reemplazar el entusiasmo por Dios con un ritual de culto en el nuevo templo. Libro de Malaquías

Mardoqueo «dedicado a Marte»

Mardoqueo era un judío exiliado que vivía en Susa, la capital de Persia. Ester, su prima, se convirtió en la esposa del rey Jerjes. Al delatar un complot contra el rey Jerjes, Mardoqueo salvó la vida del rey. Posteriormente provocó la ira de Amán por negarse temerariamente a inclinarse ante él. En su ira, Amán decidió matar a todos los judíos y hacer colgar a Mardoqueo en una horca. Mardoqueo se cercioró de que Ester se enterase del complot y actuase rápida­mente para salvar a su pueblo. Mardoqueo fue entonces nombrado primer ministro. Libro de Ester

Sanbalat «el dios Sin ha procreado»

Sanbalat, gobernador de Samaría, junto con Tobías y Gesem, se opuso al gobier­no de Nehemias e hizo todo lo posible por impedir la reconstrucción de los muros de Jerusalén. Nehemias 2:19, 20; 6:1-14; 13:28. 29

Tobías «Jehová es bueno»

Tobías amonita, junto con Sanbalat y Gesem el árabe, luchó contra la determi­nación de Nehemias de reconstruir Jerusalén. Tobías ridiculizó a los judíos diciendo que si una zorra se subía por los muros se desplomarían. Nehemias 2:19, 20; 4:3-9; 6:28, 29; 13:1-9

Zacarías «Jehová recuerda»

Las profecías de Zacarías sacaron a los judíos que habían regresado a Jerusalén de su apatía, pereza espiritual y caminos pecaminosos. Era sacerdote y profeta, descendiente de una de las antiguas familias de sumo sacerdotes. Nació durante el exilio en Babilonia, pero regresó con el primer grupo de judíos y profetizó junto al profeta Hageo. Libro de Zacarías

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