¿Es la Salvación Ofrecida por medio de la Atalaya?

La Atalaya afirma que “Para recibir vida eterna en el Paraíso terrenal nosotros tenemos que identificar esa organización y servir a Dios como parte de ella” (revista de La Atalaya, el 15 de febrero del 1983, p. 12).  Sin embargo el plan para la salvación de los Testigos de Jehová claramente contradice la Biblia. La «versión» de La Atalaya sobre la salvación rechaza la muerte expiatoria de Cristo en la cruz a favor de un Evangelio de obras. Ellos afirman que la muerte de Jesús en la cruz sólo expió el pecado de Adán, no los nuestros.  A fin de ser salvo, los Testigos tienen que continuamente anunciar el Reino de Dios a otros, ser totalmente obedientes a las leyes de Dios, y ser fieles a lo largo del próximo milenio de 1,000 años – sólo entonces podrán ellos tener alguna esperanza de salvación.  Para citar la revista Atalaya:

 atalaya, salvación¿Esperaría usted recibir el magnífico regalo de Dios de vida eterna en el Paraíso sin algún esfuerzo de su parte?  ¿No es razonable que Dios requeriría algo?  Seguramente lo es… Dios, en efecto, no sólo arroja el regalo a nosotros… está implicado el esfuerzo.

Revista Atalaya, el 15 de abril del 1999; p. 13

Seguramente no esperamos que en el sistema presente Jesús nos aplicaría el mérito pleno de su sacrificio.  Aun si él lo hiciera, todavía no tendríamos vida eterna.
Revista Atalaya, el 1 de junio del 1995; p. 30

Se le debería preguntar a La Atalaya las preguntas que San Pablo preguntó en el capítulo 3 de Gálatas, versículos 2 y 3:

Esto solo quiero saber de vosotros: ¿Recibisteis el Espíritu por las obras de la ley, o por el oír con fe?  ¿Tan necios sois?  ¿Habiendo comenzado por el Espíritu, ahora vais a acabar por la carne?

La Palabra Santa de Dios quita cualquier duda, en el capítulo 2 de Efesios versículos 8 y 9, en cuanto a si nuestra salvación está basada en obras o en la gracia:

Porque por gracia sois salvos por medio de la fe; y esto no de vosotros, pues es don de Dios; no por obras, para que nadie se gloríe.

Cristo pagó el precio en la cruz no sólo por el pecado de Adán, pero por el pecado de toda la humanidad:

Porque primeramente os he enseñado lo que asimismo recibí: Que Cristo murió por nuestros pecados, conforme a las Escrituras 1 Corintios 15:3

Mientras que La Atalaya no le ofrece a sus seguidores ninguna seguridad de salvación, la promesa simple y clara del Evangelio de Jesucristo nos ofrece la vida eterna ahora, sin condiciones:

De cierto, de cierto os digo: El que cree en mí, tiene vida eterna. Juan 6:47

Por último, la salvación depende en saber quién Jesús es (Juan 17:3).  La Atalaya alega que Jesús es un ser creado, el arcángel Miguel. Ellos alegan que Él dejó Su existencia como ángel y se hizo humano (sólo humano – no ambos humano y divino). Cuando Jesús murió, Él entonces fue recreado como el Arcángel Miguel.  Ninguna resurrección física ocurrió.  La Atalaya alega que Jesús es un dios menor, no el Dios Omnipotente Jehová.

El Jesús de La Atalaya no es el Jesús de la Biblia.

El Jesús de la Biblia es el Hijo de Dios, por lo tanto de la misma naturaleza que Dios el Padre, quien existió con el Padre y el Espíritu Santo desde la eternidad, la Palabra, el Dios que creó el cielo y la tierra, El Dios quien se hizo carne como hombre, el Dios que fue crucificado por nuestros pecados, murió, y se levanto de nuevo en Su propia carne.  El Jesús de la Biblia es tanto Dios como hombre, la segunda persona de la Trinidad, sentado en la mano derecha de Dios el Padre, hasta Su venida visible en el último día.

Jesús declara en Juan 8:24: “Por eso os dije que moriréis en vuestros pecados; porque si no creéis que yo soy, en vuestros pecados moriréis.”  ¿Quién alega ser Jesús?  Él declara ser el Mesías, que viene para perdonar pecados, lo cual sólo Dios puede hacer.  El «yo soy” en este versículo es seguido por la declaración culminante de Jesús en Juan 8:58: “‘De cierto, de cierto os digo:’ contestó Jesús, ‘Antes que Abraham fuese, ¡yo soy!’”  El «yo soy” en estos versículos es una referencia directa al YO SOY de Éxodo 3:14, en el cual Dios se llama YO SOY.  La Atalaya deliberadamente malinterpreta Éxodo 3:14 y Juan 8:58 para ocultar la alegación de la deidad de Jesús y Su posición legítima como la segunda persona de la Trinidad. Los Testigos de Jehová no creen que Jesús es quien Él declara ser, y que ellos en efecto morirán en sus pecados.  La Atalaya bloquea la alegación exclusiva de Jesús de ser tanto Dios como Salvador, y haciéndolo así, bloquea el camino a la vida eterna.

¿A cuál va a elegir usted?  ¿Al Jesús de la secta La Atalaya y la muerte eterna, o al Jesús de la Biblia y la vida eterna?

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