¿Son Peligrosos los Judíos?

El pastor Juan Bueno, responde a la interrogante de este hermano, ¿Son Peligrosos los Judíos?:

Siempre he oído hablar mal de los judíos. Se les califica de peligrosos, y yo nunca he encontrado una razón de peso para tales aseveraciones. La historia secular señala a este pueblo como una agrupación o comunidad religiosa, pero nunca como nocivos.

Yo quisiera saber si ustedes los evangélicos tienen algo que ver con los judíos.

Ningún pueblo en el mundo ha sufrido tanto como el pueblo de Israel.

Debo decirle desde el principio que éste es el pue­blo de Dios, y que esa es una de las más poderosas razones para que aun se conserve con vida a pesar de que han tratado de exterminarlos varias veces. Tenemos el caso del holocausto alemán, en los campos de exterminio que plantó por casi toda Alemania. En varios países del mundo han tratado a través de toda la historia de exterminarlos, pero no han podido, pues son el el pueblo de Dios.

Permítame leerle una de las muchas promesas que Dios hizo y cumple en el pueblo de Israel. “Y haré de ti una nación grande, y te bendeciré, y engrandeceré tu nombre, y serás bendición. Bendeciré a los que te bendijeren, y a los que te maldijeren maldeciré; y serán benditas en ti todas las familias de la tierra.”

A pesar de ser el pueblo de Dios, Israel ha sufrido los más humillantes cautiverios: Egipto, Babilonia, Siria, Asiría, Roma. Y cuando en 1492 fueron ex­pulsados por los reyes católicos de España, y dos años después los echaron de Portugal, la vida para los judíos se tomó más dura.

En la segunda guerra mundial, Adolfo Hitler em­prendió una cruel campaña antisemítica, en la que perdieron la vida más de seis millones de judíos.

Dos han sido las razones por las que los judíos han sido mal vistos en el mundo: la envidia y el fanatismo religioso.

¡Dios le ha bendecido porque son su pueblo! Y dondequiera que han trabajado, han alcanzado no­table prosperidad. De allí viene la envidia.

También se les acusa de ser los autores de la muerte de Cristo, y es ahí donde el fanatismo religioso los persigue. No debemos olvidar que Cristo el Señor era judío.

Así que todos los que hemos aceptado a Cristo como nuestro Salvador, estamos íntimamente ligados a la historia y a la profecía que atañe al pueblo de Israel. Aunque debe decirse también que hay muchos judíos que aún no creen que Jesucristo es el Mesías prometido.

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