La Paz de Dios – Reflexión

Y la paz de Dios, que sobrepasa todo entendimiento, guardará vuestros corazones y vuestros pensamientos en Cristo Jesús. (Filipenses: 4:7)

Hoy día nuestro mundo esta urgido de paz. Se busca la paz de muchas formas y maneras. Desde los famosos acuerdos de paz entre grupos o países en conflicto, marchas, discursos, incluso se ponen las esperanzas en instituciones como la ONU, La OTAN, etc, en personajes y en religiones. ¿Por qué no se alcanza la tan ansiada paz? ¿Será que verdaderamente no se ha comprendido lo que realmente es la paz? ¿No se logra entender completamente? ¿O será que el hombre quiere encontrar la paz en sus fuerzas, o con su intelecto?

El mundo entero se encuentra en una tremenda crisis. La familia desintegrándose, la moral y los valores por el suelo, la sociedad golpeada por la violencia, gobiernos incompetentes para solucionar los problemas, políticos corruptos que no hacen nada por sus pueblos. Esto por un lado, y por el otro; la ciencia tratando de desarrollar cura para enfermedades mortales, el hombre explorando otros planetas, etc. Como es posible que el hombre tenga la capacidad para todo esto y no para solucionar sus propios problemas personales, terminar con las guerras, el hambre y la pobreza. La razón principal, es que el hombre no quiere nada con Dios. Insiste en sacarlo de su vida y olvidarse de él. No quieren conocer a un Ser bueno y amoroso que solo procura el bien común para toda la humanidad, y que solo en Él se encuentra la paz.

paz interior (1)

Nuestro texto nos dice que la paz de Dios sobrepasa todo entendimiento. Pero el problema es que el hombre aún ha entendido mal lo que realmente es la paz de Dios. El concepto de paz del hombre, supone, el estar bien y en buena lid con los demás, es la ausencia de violencia, de problemas. El punto es que no existe tal paz. La paz de Dios tiene que ver con que el nos ilumine, el Salmo 36:9 nos dice:

Porque contigo está el manantial de la vida; En tu luz veremos la luz.

No es sino hasta cuando la Luz Divina nos ilumina, es cuando le vemos propósito a la vida, y logramos dilucidar nuestros problemas. Este entendimiento debe buscarse persistentemente, en la palabra de Dios; ahí encontramos la clave para que esa paz de Dios sobrepase todo entendimiento. El mundo dice que después de la tormenta viene la calma, pero Dios nos dice que Él es paz en medio de la tormenta.

La habilidad Divina para traer la paz y hacer cesar las guerras, y toda forma de violencia, solo se adquiere a través de una búsqueda sincera de Dios y por supuesto de establecer una relación con Él. El Salmo 46:9 nos declara:

Que hace cesar las guerras hasta los fines de la tierra. Que quiebra el arco, corta la lanza.

Ahora bien, en un proceso de paz, se necesita de un pacificador. Este es el encargado de tomar la iniciativa, ejecutar y llevar la paz. La biblia nos enseña de Alguien a quien Dios le encargo esa misión. En Isaías 53:9 nos dice:

Mas él herido fue por nuestras rebeliones, molido por nuestros pecados; el castigo de nuestra paz fue sobre él, y por su llaga fuimos nosotros curados.

Este texto nos esta hablando de Cristo. Él con su sacrificio perfecto se encargó de traernos paz con Dios. Y nos llama también a ser pacificadores también; en Mateo 5:9 dice:

Bienaventurados los pacificadores, porque ellos serán llamados hijos de Dios.

La Biblia llama tres veces felices a los pacificadores, a los que se encargan de llevar la paz de Dios a los demás. Un pacificador comprende perfectamente, lo que implica la paz de Dios. Entienden perfectamente que la paz de Dios no es la ausencia de males y de guerras, sino todo lo contrario, es una paz del alma, Gálatas 1:3 nos dice:

Gracia y paz sean a vosotros, de Dios el Padre y de nuestro Señor Jesucristo.

La Paz de Dios es la que se encarga de guardar nuestros corazones y pensamientos. Esto nos hace confirmar entonces, que la paz tiene mucho que ver con nuestro estado mental. Nuestros pensamientos tienen un vínculo muy fuerte con la Paz de Dios, el Apóstol Pablo lo sabia muy bien, por eso a continuación en el versículo 8 nos dice también:

Por lo demás, hermanos, todo lo que es verdadero, todo lo honesto, todo lo justo, todo lo puro, todo lo amable, todo lo que es de buen nombre; si hay virtud alguna, si algo digno de alabanza, en esto pensad.

En un estado de paz mental, es mal fácil solucionar cualquier tipo de problema. Es más fácil tomar decisiones acertadas. Es más fácil enfrentar situaciones embarazosas. La Paz de Dios, afincada en nuestras mentes impedirá que los malos pensamientos nos agobien y nos dañen nuestro corazón. Muchas personas viven con raíces de amargura a raíz de pensamientos negativos que no pueden sacar de sus corazones; estos a su vez, no les permiten ver con claridad y tomar decisiones sabias para sus vidas.

Lo importante de toda esta reflexión, es lo que nos dice el final del versículo, y dice así:

… Guardará vuestros corazones y vuestros pensamientos en Cristo Jesús.

Definitivamente es en Cristo Jesús, que podemos encontrar la verdadera Paz de Dios. Él lo dijo en Juan: 14:27

La paz os dejo, mi paz os doy; yo no os la doy como el mundo la da. No se turbe vuestro corazón, ni tenga miedo.

Entonces no debemos preocuparnos por nada, si Cristo guía nuestra vida. El mundo no entiende esa paz, ni lo hará, solamente cuando permitan que Cristo gobierne sus vidas, y le cedan el trono de sus vidas, desordenadas y vacías. Cuando el egocentrismo abandones sus corazones y permitan que Dios llene sus vidas. Es entonces cuando verdaderamente encontrara verdadera Paz de Dios.  

Por nada estéis afanosos,  sino sean conocidas vuestras peticiones delante de Dios en toda oración y ruego,  con acción de gracias. Y la paz de Dios,  que sobrepasa todo entendimiento,  guardará vuestros corazones y vuestros pensamientos en Cristo Jesús. (Fil. 4:6-7)

Por Mario Samayoa y José Alberto Vega

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