Pero… Todo el Mundo lo Hace – Reflexión

Romanos 12:2 (BLA): Y no os adaptéis a este mundo, sino transformaos mediante la renovación de vuestra mente, para que verifiquéis cuál es la voluntad de Dios: lo que es bueno, aceptable y perfecto.

¿Está el cristiano llamado a una vida diferente a la de los demás?

¿Debe el cristiano participar de la diversión que el mundo ofrece?

¿Cuál es la posición bíblica respecto a este tema?

Si todo el mundo lo hace, ¿Por qué voy a ser diferente?, es la pregunta que muchos cristianos hoy en día se hacen. No es fácil nadar en contra de la corriente. A veces seguimos al mundo por presión de otros, pero a veces lo hacemos simplemente porque nos atrae y ni siquiera analizamos si es pecado o no.

pero todo el mundo lo hace, bailar

Hagamos un listado de aquellas prácticas populares en nuestras sociedades que la gente justifica diciendo: “….pero todo el mundo lo hace.” Podría ser fumar, beber, bailar, escuchar música, ir al cine a ver películas con diverso contenido, tener sexo, las redes sociales, etc. Son solo algunas prácticas populares que todo el mundo practica, sin detenerse a pensar el beneficio que puede traer a nuestras vidas. El texto que nos ocupa en Romanos (12:2), nos exhorta a NO ADAPTARNOS a este mundo; otras versiones de la Biblia lo traducen así: “amoldarse”, “no seguir la corriente” y “no vivir como vive el mundo”; ¿Por qué nos hace esta exhortación? Ciertamente porque Dios sabe que este mundo caído, nos llevara a la perdición y al desenfreno, a vivir vidas sin propósito alguno.

En los cuales anduvisteis en otro tiempo,  siguiendo la corriente de este mundo,  conforme al príncipe de la potestad del aire,  el espíritu que ahora opera en los hijos de desobediencia. (Efe 2:2).

Me parece muy interesante la traducción que dice: “No seguir la corriente”. Esto me recuerda la conducta de un pez que vive en las frías aguas de los ríos, y es el salmón. Es muy interesante que en su recorrido rio abajo, este pez pasa peligros y solo algunos alcanzan su destino en las aguas del océano. Después de unos años, ya grande siente el deseo de regresar a su arroyo natal. El viaje es duro, es una lucha contra la corriente, sortea cataratas, depredadores y otros obstáculos. Salta y salta una y otra vez sobrepasando obstáculos hasta alcanzar su objetivo de llegar a su destino a poner huevos, y a morir, dando a luz a una nueva generación.

Preguntémonos ahora, que pasaría si el salmón no regresara a su origen, pues, sucedería que se adaptaría al océano, sin reproducirse, produciendo el fin de su especie. Pues así sucede con muchos cristianos hoy día. Se acomodan y no avanzan hacia su objetivo. El llamado de Dios es a no conformarnos, amoldarnos, a vivir como el mundo, sino a ser personas diferentes. Ahora bien, ¿qué es necesario para ser diferentes? , es necesario renovar nuestro entendimiento, nuestra mente, una renovación interior, cambiar de manera de ser y de pensar. Esto implica el permitir que la Biblia, reemplace los pensamientos negativos que nos enseño el mundo. Es cambiar de hábitos, de lugares que frecuentábamos y por que no, hasta de personas que no nos permiten crecer espiritualmente.

Es como una reprogramación de la mente, para ser luz en el mundo en lugar de participar en las obras de las tinieblas. Es muy difícil, pero no imposible. A veces nuestras actividades diarias como el trabajo, nuestros lugares de estudio, nuestro círculo de amigos y hasta la familia misma, son lugares donde nos hacen difícil y nos presionan a amoldarnos al mundo. En 1ra de Pedro 2:11 nos dice:

Amados, os ruego como a extranjeros y peregrinos, que os abstengáis de las pasiones carnales que combaten contra el alma.

Notemos que según este versículo, somos “extranjeros” y “peregrinos” en este mundo, vamos de paso, y nos dice también que nos abstengamos de las pasiones carnales, porque están en una cruenta guerra contra nuestras almas, estos combaten como parásitos, chupando nuestra energía espiritual. Podemos decir, con toda propiedad que esto de abstenerse del mal no es opcional, es urgente que lo pongamos en práctica, para que vivamos vidas espirituales sanas y victoriosas. Nuestra mente juega un papel importante en esta lucha, ya que es ahí donde nacen los deseos y las pasiones, y si les damos rienda suelta podemos llegar a caer en un abismo del cual no podremos salir.

Revisemos rápidamente otro pasaje muy clave en este tema, se trata de Filipenses 2:15-16:

Para que seáis irreprensibles y sencillos, hijos de Dios, sin tacha en medio de una generación torcida y perversa, en medio de la cual resplandecéis como luminares en el mundo.

Dios nos llama a ser intachables, íntegros y puros en medio de una cultura maligna y perversa. Cuan importante es la integridad en nuestras vidas, el texto nos dice claramente que vivimos en una sociedad torcida, depravada, lejos de Dios, perversa; nuestra actitud como cristianos debe de ser diferente. Por ejemplo, cuantas veces nos toca escuchar en nuestros círculos familiares, laborales y de amigos; conversaciones fuera de tono, referentes a temas sexuales, chismes, palabras obscenas y estamos inmersos en ellas.

Es verdaderamente incomodo, pero es ahí donde dónde debemos ejercitar nuestra mente y repeler el ataque contra nuestra alma. Otras veces, nuestros pensamientos nos traicionan y pensamos cosas feas y perversas. Es aquí donde debemos recordar la palabra de Dios y reaccionar no dejando que esos pensamientos aniden en nuestra mente. La meditación de la Palabra de Dios debe ser un ejercicio diario, ya que por medio de esta, aplicamos el pensamiento a la consideración de ciertas cosas, y podemos discernir entre lo bueno y lo malo.

Finalmente, veamos el Salmo 1, donde nos instruye a cómo debemos vivir en un mundo lleno de maldad. El versículo 1, nos dice: 

Cuán bienaventurado es el hombre que no anda en el consejo de los impíos, ni se detiene en el camino de los pecadores, ni se sienta en la silla de los escarnecedores. (BLA)

Claramente nos sugiere que no debemos ser participes con los que nos alejan de Dios. Tampoco significa que seremos enemigos, ni que ya no iremos a trabajar o a estudiar, debido a que ahí están los “escarnecedores”, no, el sentido es a prepararnos a combatir primero con nosotros mismos y alejarnos de ellos. Y no perder de vista que debemos brillar en medio de la oscuridad.

Debemos trabajar en todas las áreas de nuestra vida, enmendando nuestros defectos primeramente, orando y meditando la palabra de Dios; ya que es de esta manera que podremos hacerle frente a la batalla que libramos, y también nos proporcionara la oportunidad de ayudar a los demás a salir de la oscuridad en que viven, dando testimonio de que solo Jesucristo puede ayudarnos a librar esa batalla.

Y tomad el yelmo de la salvación,  y la espada del Espíritu,  que es la palabra de Dios; orando en todo tiempo con toda oración y súplica en el Espíritu,  y velando en ello con toda perseverancia y súplica por todos los santos. (Efe 6:17-18)

Por Mario Samayoa y José Alberto Vega

¿Te gustaría anunciar tu empresa aquí? Leer más

¿Qué opinas? Únete a la Discusión