Por lo demás, hermanos, todo lo que es verdadero, todo lo digno, todo lo justo, todo lo puro, todo lo amable, todo lo honorable, si hay alguna virtud o algo que merece elogio, en esto meditad.(Fil. 4:8) (LBLA).
La Biblia cuando utiliza la palabra “meditar” la usa para comunicar diferentes ideas y significados; por ejemplo, “oír la palabra de Dios”, “reflexionar en las obras de Dios, “recordar los hechos de Dios”, “rumiar la ley de Dios”, “considerar”, “pensar”. En cada caso se enfatiza cambios de conducta como el resultado de nuestro encuentro con el Dios viviente. La meditación cristiana es la habilidad de oír la voz de Dios y obedecerle. Con la práctica de la meditación crecemos espiritualmente. Es un ejercicio espiritual que nos mantiene en forma y en “buena salud” interior. En el Salmo 19:14 nos dice:
Sean gratos los dichos de mi boca y la meditación de mi corazón delante de ti, Oh Jehová, roca mía, y redentor mío.
A través de este hermoso texto el salmista desea que la meditación de su ser interior sea grata delante del Señor. Séale agradable mi meditación; yo me alegraré en el SEÑOR (LBLA), debemos buscar agradarle con nuestra meditación.
A través de la meditación podemos obtener un entendimiento mayor del carácter de Dios, y también de algunas de las verdades profundas de nuestra fe; por ejemplo meditando en un simple concepto tal como la santidad o el gozo, eso puede permitir a Dios enseñarnos mucho más de lo que podríamos aprender a través de la exégesis normal. No quiere decir esto que la exégesis no nos sea útil para el estudio o reflexión de la palabra de Dios; por el contrario es una herramienta hermenéutica importante para todo cristiano que desea aprender más acerca de Dios. Pero, una meditación por simple que sea, nos puede revelar muchas verdades que Dios quiere mostrarnos, recordemos que Él se revela en lo simple; el Salmo 119:27 nos corrobora esto:
Hazme entender el camino de tus mandamientos, Para que medite en tus maravillas. (RVR)
El propósito de la meditación es capacitarnos a escucharle a Dios más claramente. Meditación es escuchar, sentir, prestar atención a la vida y a la luz de Cristo. Es caracterizado más por la reflexión que por el estudio, más por escuchar que por pensar, más por soltar que por tomar. Es tomarnos un momento a solas, en total concentración de nuestra mente, enfocándola en Dios, es sentir su voz en nuestro interior, dando respuestas a nuestras interrogantes y a nuestras necesidades espirituales. Es una conexión entre nuestro espíritu y el Espíritu Santo de Dios.
A través de la meditación, le prestamos mucha mas atención a lo que nos acontece en la vida, mientras este mundo vive en desorden y caos total, donde el activismo, el consumismo, la tecnología a través de las redes sociales nos roban la unidad familiar y nos privan de momentos especiales; es aquí donde la meditación es un oasis en medio de un desierto que nos ahoga y nos aísla.
La Meditación tiene como objeto el traernos paz interior. Tal vez usted en este momento esta siendo atribulado por algún problema, dificultad económica, una enfermedad incurable, problemas en la familia, en el trabajo, en sus estudios. Déjeme decirle que un tiempo con Dios meditando en su palabra puede traerle respuestas a sus necesidades, es un tiempo de sensibilización espiritual que le trae consuelo; en el Salmo 1:1-3, nos dice:
Bienaventurado el varón que no anduvo en consejo de malos, Ni estuvo en camino de pecadores, Ni en silla de escarnecedores se ha sentado; Sino que en la ley de Jehová está su delicia, y en su ley medita de día y de noche. Será como árbol plantado junto a corrientes de aguas, Que da su fruto en su tiempo, y su hoja no cae; Y todo lo que hace, prosperará.
Si usted hace de la meditación parte de su vida, tenga por seguro que no cualquier problema le derribara, su vida será prospera espiritualmente y sus cargas disminuirán.
Ahora bien, la pregunta es ¿Cómo hacerlo?. He aquí unos pasos sencillos pero muy efectivos para que usted se ejercite espiritualmente meditando:
- Tome un simple concepto bíblico o un verso cualquiera y léalo varias veces.
- Repítalo en su mente. Pregúntese a usted mismo que puede significar.
- Pregúntele a Dios que puede significar.
- Medite en un verso o concepto a la vez. La meditación puede durar el tiempo que usted desee.
- Tome tiempo para orar y agradecer a Dios por las respuestas recibidas en la meditación.
Este tiempo es sumamente importante en su vida, porque puede cambiar totalmente su vida. Hágalo parte de su vida, no importa en la situación que se encuentre, el Señor esta presto a ayudarle en su situación.
Así dijo el SEÑOR de los ejércitos: Pensad bien sobre vuestros caminos. (Hageo: 1:5) RV2000.
Por Mario Samayoa y José Alberto Vega
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