Un Reino Diferente – Reflexión

“Porque si vivís conforme a la carne, moriréis; mas si por el Espíritu hacéis morir las obras de la carne, viviréis”
(Romanos: 8:13)

Los principios del Reino parecen contradecir a la mente natural, estos exigen actitudes diferentes a la de la mayoría de las personas. Nuestra mente parece ser que no esta preparada para asimilar y poner en practica tales principios. Pues la mayoría de veces parecen demasiado imposibles de vivir.

La Biblia nos enseña que estos principios son vitales para poder llevar una vida victoriosa y de entrega al prójimo. Cuando estudiamos la vida de Jesús, descubrimos que su vida misma fue una vida que aplico los principios del Reino. Estos principios, son muchas veces, contradictorios; parecen hasta ilógicos. Estos patrones o modelos se convierten en principios que pueden aplicarse a cualquier situación. Es por esto que algunas veces nos referimos al Reino como un Reino diferente o al revés.

diferente

El Sermón de Monte nos introdujo a conceptos que nunca habían sido oídos hasta que Jesús predico sobre ellos; “amad a vuestros enemigos”, (Mt:44) “el que es mayor entre vosotros, sea vuestro siervo”, “el que quiera salvar su vida la perderá” (Mt 16:25); “si te golpean una mejilla pon la otra” (Lc 6:9); “al que te pida dale” (Mt 5:42).

Ningún hombre es capaz de comprender con su mente natural las leyes, conceptos, y actitudes de este Reino diferente.

El afán del hombre

El afán del hombre se enfoca en ser famosos, en ser grandes, este mundo esta lleno de gente que quiere ser vista, escuchada y respetada. Algunas veces caminarán encima de cualquier persona a fin de lograr sus deseos. No escatimaran recursos ni esfuerzos por lograr lo que se han propuesto. Esto, en verdad, no tiene nada de malo; si el fin es noble y de ayuda a los demás.

Realmente debemos tener presente que la vida es solo un soplo, es corta; y debemos aprovechar cada momento al máximo. Pero lo más importante es saber que todo esto tiene mucho que ver con nuestra mente. Esta debe estar preparada y entrenada para poder recibir y poner en práctica los Principios del Reino.

La Biblia dice que debemos renovar nuestra mente y nuestro entendimiento; esto significa que debemos cambiar nuestras actitudes y formas de pensar, a fin de asimilar en nosotros los principios del Reino. Al principio nuestra mente se rebelará y pondrá resistencia; es lógico, venimos de un estado de egocentrismo, donde todo el universo giraba alrededor nuestro y solo YO era lo más importante, lo demás era secundario, incluso Dios mismo.

Los Principios del Reino están diseñados para enseñarnos a vivir con sentido.

Algunos principios parecen tenerlo. Simplemente siguen la ley de sembrar y cosechar. Consideremos las Bienaventuranzas: “Bienaventurados los misericordiosos, porque ellos alcanzarán misericordia” (Mt 5:7); si sembramos perdón obtendremos perdón. Esto no es ilógico, al contrario es tan razonable como dar y recibir.

Ahora, ¿Qué de aquellos principios que van contra nuestra naturaleza humana? Por ejemplo, revisemos el principio que nos habla acerca de “poner la otra mejilla” (Mt 5:39), ¿qué sucedería si nuestra reacción fuera devolver la bofetada?; la consecuencia seria un pleito y hasta una desgracia. Cuando alguien le enoja y usted reacciona violento, esa persona ha tomado el control de usted.

La Biblia nos enseña que, debemos tomar una actitud pasiva y “poner la otra mejilla”, esto traerá como consecuencia que el que quiso tomar control sobre usted, se aleje y se acabe el conflicto. Usted le quitó a esa persona su poder y habilidad para ser su enemigo; ahora usted es quien tiene todo el poder.

En la parábola del Hijo Pródigo (Lc 15:11-32), se nos ilustra un ejemplo de como trabajan los Principios del Reino, recordemos que el hijo pródigo, pidió su herencia y se fue a derrocharla; cuando estuvo acabado, regreso a su padre. ¿Cuál fue la actitud de este Padre? Lo recibió con amor, con atenciones, con comida y le restituyó como hijo. El tuvo tenia toda la razón de decirle: “Te lo dije”, pero el padre no hizo eso, no tuvo la respuesta “normal” o “común”; al contrario, lo aceptó con un abrazo y le restauro. Esta parábola ejemplifica la naturaleza del Rey de reyes. Esa es la naturaleza que nosotros debemos adoptar, la respuesta que debemos aprender a dar. Dios no nos rechaza, su naturaleza es perdonar y redimirnos. Usted y yo, como súbditos del Reino debemos adoptar esa naturaleza de perdonar y redimir.

Concluyendo

Nos damos cuenta entonces, en solamente un ejemplo de los muchos que contiene la Biblia, de como debemos actuar cuando adoptamos y vivimos los principios del Reino de Dios en nuestras vidas.

La gente vive en niveles de vida y principios de este mundo, donde el egoísmo es la carta de presentación. Gente que no tiene compasión de nadie, donde solo aman a los que les aman y los demás no importan. Nuestro nivel de vida debe trascender estos niveles del mundo. Necesitamos hacer morir los deseos de la carne y vivir en el Espíritu para que tengamos vida, y VIDA ABUNDANTE.

Por: Mario Samayoa Y Jose Alberto Vega

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