La Salvación no se Pierde

La Salvación

La idea básica del término “s.» es rescatar y preservar de un peligro inminente; implica dar salud y seguridad. En su sentido más profundo, sin embargo, es un término cuyo significado está limitado cada vez más a la expresión del milagro divino de la emancipación espiritual del hombre del dominio y culpa del pecado y la muerte, y al goce de una vida eterna de comunión renovada con Dios. En las Sagradas Escrituras el tema se desarrolla desde el concepto puramente físico, hasta el plano moral y espiritual.

Según el AT, el hombre, a causa del pecado, es perseguido hasta la muerte por el peligro y la calamidad física (Gen 4:12ss.). Su situación es la de un huérfano. Dios es el único que lo puede socorrer y salvar y, cuando la s. divina se manifiesta, tanto el individuo como la comunidad son liberados íntegra y vitalmente. El individuo es liberado de peligros físicos, injusticias y necesidades. La comunidad es liberada de guerras, trastornos políticos, hambres, etc.

Dios tiene en sus manos todos los medios para la s. del hombre, y es señor de todos los instrumentos salvadores. Salva en ocasiones por medio de una persona usada momentáneamente y que aparentemente actúa por móviles personales y humanos (1 S. 25:26-33; cp. Jue. l4:I-4), Pero otras veces actúa por medio de instrumentos exclusivamente seleccionados y  otras en forma directa. Dios salva (Éx. 14: 13) y él es la s. (15:12). El éxodo es el gran paradigma de la s., y su significado teológico se celebra en las grandes fiestas de los Israelitas (p. e. la Pascua).

La esperanza y doctrina de la s. se desarrolla progresivamente. En un principio son los impotentes y los pobres los que tienen particular motivo para esperar la s. de Dios. El libro de Salmos es elocuente en este sentido. y en varias partes del AT hay destellos de una s. más allá de lo finito (p.e. Job 19:26s.). Pero, puesto que personal y nacionalmente el hombre trata de escapar de manos de sus enemigos, la s. generalmente adquiere un concepto político y religioso que llega a su cenit en la presentación del sufrimiento del Siervo en Is. 53, En este aspecto el AT prepara la escena de la s. en el NT.

El NT toma el amplio concepto del AT y lo liga a la persona de Jesucristo, el Salvador que trae s. a todos los hombres (1 Ti. 1:15; 2:4ss.). Jesús es  la respuesta definitiva a las esperanzas de s. del AT, como se ilustra en la profecía de Simeón en Lc. 2:29-32, y en la explicación del significado del nombre de Jesús (Mt. 1:21). Jesús enfoca la s. desde la perspectiva del deber del hombre (Mt. 10:22; Mr. 8:35; Lc. 7:50) y .el significado del ministerio del Hijo del Hombre. Proclamó que su tarea era servir y dar su vida para la s. de muchos (Mt. 18:11; 20:28; Mr. 10:45; Lc. 4:18).El concepto de la s. en el cuarto Evangelio tiene aspectos aún más significativos. Aquí se pone énfasis en el nuevo nacimiento como requisito esencial para entrar al reino (Jn.3:5), pero a la vez la vida no es posible sin poner la confianza definitivamente en Cristo (Jn.3:14,16). El hombre que no cree ya ha sido condenado» (Jn. 3:18; -+Juicio, INFIERNO).La s. se presenta en un plano cristológico y Jesucristo es el agente de la misma. Para ser salvo es necesario volverse a él, por la fe, en esperanza y confesión.

Pablo en sus cartas da al tema su máximo desarrollo, haciendo destacar que la s. es gratuita y no la puede merecer ningún hombre por sus buenas obras ni por el cumplimiento de la ley (Gá. 2:21; 3:11), sino que éstos más bien son la manifestación externa de una s. interna (Ef. 2:10). Todo es de gracia (2:5); la conversión que produce la s. en el individuo es operada por el-+Espíritu Santo de Dios (Ro. 8:1ss.); y es un cambio de vida tan radical como de la noche al día (2 Ti. 1:10; 1 p.2:9; RENACIMIENTO). El hombre pecador puede valerse de la s. únicamente identificándose; por la fe en Cristo, el  Cordero divino quien expió la culpa del mundo (Expiación, Sacrificio) y quien por su muerte y resurrección se califica como único salvador y mediador del pacto entre Dios y la humanidad (1 Ti.2:5).Un elemento enteramente específico de la s. neotestamentaria es su carácter escatológico. La s. constituye el objeto de la herencia cristiana, la posesión de la gloria divina (2 Ti. 2:10), sin que esto quiera decir. -porque no estamos plenamente salvados más que en esperanza (Mt.10:22; Mr. 13:13; Ro. 8:24) que esa vida no sea ya posesión actual nuestra (escatología anticipada. Ef. 2:5-8). (Elección, JUSTICACION, SANTIFICACION).

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